«Período en que florecen los cerezos y los japoneses acuden a parques y jardines a contemplar las flores». Así se define el Hanami, una de las temporadas más esperadas en Japón. Mercurio lo celebra con la publicación de Ohanami.

¿EN QUÉ CONSISTE OHANAMI?

Ohanami es un juego de cartas de 2 a 4 participantes, con competiciones de 20 minutos, recomendado a partir de los 8 años. Lo firma Steffen Benndorf, con ilustraciones de Christian Opperer.

Su edición en castellano ya está llegando a las tiendas, de la mano de Mercurio. Cuenta con reglas traducidas y con cartas independientes del idioma, con su ilustración y valor numérico.

Esta novedad toma como referencia el Hanami o fiesta del cerezo. Los japoneses contemplan la belleza de los cerezos en flor, tanto en parques como jardines, mientras disfrutan de un picnic con familiares y amigos. En esta ocasión, serán los jugadores quienes den forma a sus propios jardines, representados mediante hileras de cartas.

Se compone de un mazo con cartas numeradas del 1 al 120, marcadas con un símbolo (entre cuatro distintos). Recurre a una mecánica de ‘draft’, siempre teniendo en cuenta el valor de las cartas para quedárselas o pasárselas al siguiente. Así, la primera ronda comienza con el reparto de diez cartas a cada jugador. Se quedarán con dos y pasarán las restantes al de la izquierda.

Las elegidas se desvelan de forma simultánea para añadir una o dos cartas a las filas personales (también es posible descartar todas). Sólo podrán tenerse tres filas y siempre deberá cumplirse la regla de oro para incorporar cartas a ellas: la carta añadida desde tener el valor más alto o más bajo.

Una vez jugadas o descartadas las diez cartas, se reciben tres puntos por cada carta azul en las filas. Se repite la mecánica en una segunda ronda, aunque pasando las cartas al de la derecha. En esta ocasión, se anotan tres puntos por cada carta azul y cuatro por cada carta verde.

En la tercera, vuelven a pasarse las cartas al de la izquierda. Se obtienen puntos por las azules y verdes, así como siete por cada carta gris. En base a las cartas rosas que se posean, y siguiendo un orden ascendente, también reciben puntos. Se comparan puntuaciones finales. 

Como explica Mercurio, estamos ante un reto muy sencillo de jugar, pero repleto de decisiones. Al fin y al cabo, sólo se llevará la victoria el que tenga el jardín más armonioso y equilibrado.