Es fácil encontrar juegos de mesa que nos trasladen a universos ambientados en la fantasía clásica, con sus dragones y orcos. También, aquéllos que nos permitan explorar peligrosas mazmorras o viajar hasta reinos lejanos para comerciar.
Descubrir uno que convierta un viaje en tren en una red social ya no lo es tanto. Ésta es la carta de presentación de Social Train, una novedad de GDM Games que llega a las tiendas tras una exitosa campaña de búsqueda de financiación en Verkami. Reseñamos esta propuesta.
‘LIKES’ Y ‘DISLIKES’
Social Train es un juego de mesa de 2 a 4 participantes, con competiciones de 30 minutos, indicado a partir de los 8 años. Se trata del primer título publicado de Raúl Franco y Fran Martínez.
GDM Games vuelve a apostar por un juego de producción propia con componentes independientes del idioma e instrucciones en castellano, inglés, francés y alemán. Ya se encuentra disponible, con ilustraciones de Amelia Sales (cartas) y Alba Aragón (tablero).
Con la actualidad por bandera, nos sumergimos en los entresijos de una red social, con sus ‘likes’ y ‘dislikes’. La acción se desarrolla en un viaje en tren, donde escoger a los pasajeros que puedan tener un mejor aceptación. Mientras tanto, resultará fundamental ensuciar la imagen de los viajeros de los rivales.
SOCIAL TRAIN: UNA PARTIDA
Antes de empezar, colocamos el tablero en el centro por el lado correspondiente al número de jugadores. Se barajan el mazo de pasajeros y seis cartas de evento y se dejan junto a los cubos de ‘like’ y ‘dislike’. Cada uno recibe cuatro cartas de pasajero y los peones de su color.
Se colocan tantas cartas de pasajero en el tablero, boca abajo, como participantes haya. Cada uno dejará uno de sus peones en una carta y, a continuación, la girará.
Al igual que ocurrirá a lo largo de toda la partida, sobre la carta situaremos dos cubos de ‘like’ (si se encuentra en primera clase) o uno (en segunda clase). Una partida se desarrolla en una serie de rondas, compuestas por tres fases cada una.
1. Revelar carta de trayecto.
Se descubre la carta superior del mazo de eventos y se aplica su efecto. Permite obtener una carta, puntuar un pasajero o realizar un intercambio entre la mano y el tren.
2. Jugar acciones y puntuar.
Empezando por el jugador inicial, cada uno realizará tres acciones, a escoger entre subir, actuar o robar. Al subir, baja una carta de su mano a un asiento vacío, colocando uno de sus peones al lado y tantos cubos de ‘like’ como pertenezcan a la clase. Cada carta tiene flechas, que señalan sobre qué pasajeros situaremos un cubo de ‘dislike’.
Al actuar, podremos utilizar la habilidad de un pasajero propio, tumbando el peón. Así, moveremos cubos entre unos pasajeros y otros, a la par que colocaremos nuevos, entre otras posibilidades. Por último, al robar obtenemos dos nuevas cartas de personaje.
Cada vez que un pasajero tenga cinco cubos, se puntúa inmediatamente. Cada ‘dislike’ anula un ‘like’. Los ‘likes’ que sobren irán a parar al botín de su propietario. Recupera su peón y descarta la carta de pasajero.
3. Parada.
Se enderezan los peones girados. Los que tengan más de cinco cartas en la mano, deben descartarse hasta tener esta cantidad. Comienza una nueva ronda, siguiendo la misma mecánica.
Fin de la partida.
Al mostrarse la última carta de evento, la partida llega a su fin. En esa última ronda, los jugadores no realizarán sus tres acciones seguidas, sino de una en una, respetando el orden de turno.
Los pasajeros que aún continúen en el tren puntuarán la mitad de los cubos. El ganador será el que más cubos de ‘like’ haya acumulado en su reserva.
SOCIAL TRAIN: CONCLUSIONES
¿Quién me manda, a mis años, meterme en este lío? Dicen que una es capaz de hacer lo que sea por sus nietos y parece que, en mi caso, es verdad. Son ellos los que me han animado a viajar en este tren. No veas la satisfacción que me recorre el cuerpo al escuchar lo mucho que «mola la abuela».
Intento abstraerme de la realidad. Me he cargado con mi cesta de costura y así aprovecho el tiempo. Mi perrete me acompaña, aunque su nerviosismo me inquieta. Parece muy asustado al observar a un chico con tatuajes en la cabeza y a una joven a la que no le vendría mal un buen jersey. Quizás le regale el que estoy a punto de terminar.
Al levantar la mirada, observo como una joven es capaz de pintarse las uñas y leer una revista al mismo tiempo. ¿Cómo lo hace para no pringar todo? Un señor nada atractivo, de esos que parece que no le han quitado el cartoncillo que marca las nuevas camisas, me mira fijamente. Ave María Purísima, ¿acaso me ve como la víctima perfecta a la que soltar su sermón?
El viaje ha durado más de lo que pensaba, pero ha tenido su gracia. He sido la que más ‘likes’ de esos ha conseguido de todos los pasajeros. Parece que nadie ha rebotado su mala leche sobre mi, aunque he de reconocer que yo sí que lo he hecho.
A juego con su indumentaria, he premiado al hombre del crucifijo con unos cuantos ‘dislikes’. ¡Por mirarme de esa forma! Por cierto, la joven Pam se ha llevado su jersey a casa, prometiéndome que se lo pondría muy pronto.
Social Train es un juego de mesa que sorprende por su original temática. Adapta una jugabilidad clásica a una de las ambientaciones más actuales que podemos encontrar, con sus eventos y realización de acciones. Lo hace de tal forma que no necesita reinventar mecánicas.
Cada ronda se inicia con un tradicional evento, con el que la rejugabilidad entra en escena. Continúa con la realización de acciones, con su esencia de la colocación de trabajadores. La libertad para escoger una posibilidad u otra es la representación estratégica por excelencia.
No sólo tendremos que gestionar los tres puntos de acción de la mejor forma posible, sino que, dentro de una misma acción, tenemos numerosas opciones. No es lo mismo bajar a Lisa que a Pierre. A Paolo que a María. Aprender a leer cada carta es fundamental a la hora de tomar una decisión.
Lo primero que tendremos que tener en cuenta es que viajar en primera clase recompensa con dos preciosos cubos blancos. A cambio, puede ser que seamos objeto de todos los ataques. Arriesgarse o tratar de pasar desapercibidos, he ahí la cuestión. Cada carta tiene, además, dos flechas que nos indican sobre qué dos pasajeros colocaremos cubos negros.
Como es lógico, es importante encontrar un espacio en el que nuestros otros pasajeros no se vean perjudicados. Si además conseguimos que con ello alguien pueda puntuar (sin cubos blancos), habremos realizado una jugada maestra.
Por si no hubiese suficiente, no debemos descuidar la habilidad que acompaña a cada personaje. Algunos practicarán el bien, siendo los perfectos aliados para nuestro grupo de pasajeros. Otros se hincharán a repartir cubos negros o a darle la vuelta a la partida. Por supuesto, los personajes «grises» no faltan a la cita.
No hay habilidades mejores que otras, sólo hay que encontrar el momento perfecto para cada una. Escoger un buen combo resulta fundamental para alcanzar la victoria, teniendo en cuenta que tendrá que modificarse en base a las necesidades de los nuevos pasajeros. De lo contrario, no quedará otro remedio que perjudicar a los propios.
Nada será seguro hasta el momento de puntuar. Uno de nuestros personajes podría tener cuatro maravillosos cubos blancos para, segundos después, haberse transformado en negros. Así, es preciso aplicar la rapidez y tratar de exprimir a cada pasajero.
Fiel a la vida real, el tiempo de un viaje es limitado. Al aparecer la sexta carta de evento, todo llegará a su fin. Tras una intensa ronda, será momento de comprobar si hemos aprovechado cada turno. Cada habilidad. Cada espacio.
Como ocurre en estos casos, con más jugadores los giros y las sorpresas son constantes. A dos participantes funciona bien, aunque la locura no esté a la orden del día. El reverso de su tablero, con menos espacios, sigue asegurando la interacción.
Con ello, Social Train es un juego sencillo, con mecánicas ya familiares, apto para todas las edades. Llega dispuesto a enamorar a quienes disfrutan haciendo el mal a los otros jugadores, puesto que la interacción es, quizás, el elemento que más se deja ver en cada partida.
La rapidez también está presente. Los iconos intuitivos lo facilitan todo, de tal forma que el manual podrá guardarse a partir del primer reto. Se acompañan de un diseño de gran calidad, de dos de las mejores ilustradoras del panorama nacional. Es fácil adivinar la personalidad de cada personaje con sólo una carta, fruto del gusto por el detalle.
GDM Games vuelve a ofrecer su tamaño de caja habitual para su nueva apuesta por los autores españoles. El resultado es un juego de producción propia que ya prometía con su prototipo. Aunque se echan en falta más eventos, su contenido es más que suficiente para ofrecer muchas tardes de diversión, piques y algún que otro mareo.
COMPONENTES DE JUEGO
- 43 Cartas de Pasajero
- 7 Cartas de Evento
- 4 Cartas de Puntuación
- 40 Cubos de Like
- 16 Cubos de Dislike
- 12 Meeples de Jugador
- Tablero (doble cara)
- Instrucciones (castellano, inglés, francés, alemán)
2 thoughts on “Social Train: el bien, el mal y el jersey en una red social”
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