Durante la presentación de Red Dead Redemption 2 (RDR2), ya se dejaba intuir que íbamos a estar ante un juego descomunal. Con su lanzamiento, quedó más que confirmado. No sólo recorremos el Salvaje Oeste para completar misiones principales y secundarias, sino para realizar muchas otras actividades.
Algunas de ellas funcionan como pasatiempo y, ya de paso, como forma de obtener un dinero extra. Nos referimos al blackjack, con sus mesas repartidas por diferentes puntos de su enorme mapa. Arthur Morgan demuestra como ganar una partida puede ser tan satisfactorio como luchar contra el mayor enemigo.
EL BLACKJACK EN RDR2
Disfrutar de este juego dentro de Red Dead Redemption 2 no supone demasiadas diferencias respecto al mundo real. Sin ir más lejos, las reglas del blackjack siguen siendo las mismas. Si no estás familiarizado con ellas, puedes visitar esta página, donde se detallan de una forma estructurada.
Una vez que estemos en la mesa, el objetivo será sumar 21 con el valor de las cartas o, en su defecto, la cifra más cercana. Tras el reparto inicial de cartas y el análisis de la situación, será momento de decidir la forma en que aprovecharemos el turno.
La mecánica es tan sencilla como elegir entre pedir una carta o plantarse. Las opciones de separar y doblar forman parte las posibilidades, siempre que se cumplan unas condiciones determinadas. La primera supone dividir la mano en dos, mientras que la segunda es sinónimo de aumentar la apuesta.
Rendirse también está entre las opciones, como forma de recuperar parte del dinero y evitar el desastre. El reto finalizará con una victoria, al haber logrado el objetivo, con un empate o con una derrota. La gestión del riesgo equivale a conseguir los mejores resultados, pero también a pasarse.
Ahora bien, ¿qué valor tienen las cartas? Los ases equivalen a once puntos, mientras que las comprendidas entre el dos y el diez sumarán tantos como correspondan a su valor. La ‘J’, la ‘Q’ y la ‘K’ se traducen en diez puntos.
Las mesas en el mapa
Ahora que hemos repasado las reglas del blackjack, estamos preparados para poner a prueba nuestra suerte y nuestra gestión. Existen diferentes zonas en el mapa con mesas para su disfrute.
Concretamente, en Rhodes, en Blackwater, en Van Horn Trading Post y en el propio campamento. En la primera ubicación, será necesario acudir al salón del extremo sur, mientras que en las dos siguientes al salón del centro. Es en el campamento donde los minijuegos aparecen por sí mismos.
Si ya tenemos localizado el salón, será momento de sentarnos en una mesa libre. Siguiendo con las semejanzas con la realidad, no siempre encontraremos una. ¡Todo el mundo tiene derecho a jugar!
Con la paciencia en las manos, dejaremos pasar el tiempo hasta que se libere un espacio. Pasar la noche en el hotel y acudir al día siguiente es una buena forma de hacerse con un hueco libre, sin necesidad de perder más minutos de los necesarios.
El blackjack no es el único juego que podemos encontrar en Red Dead Redemption 2. El póquer, el dominó y el juego del cuchillo también forman parte de los considerados minijuegos. Como curiosidad, el último se presenta como una prueba de valentía y reflejos, donde pasar el cuchillo entre los dedos de la mano extendida lo más rápido posible.
Recordamos que Red Dead Redemption 2 es una combinación entre acción y aventura de mundo abierto, en tercera persona. Rockstar Games, sus responsables, nos ponen al frente de una banda para la defensa de unos ideales. Su estreno en PS4 y Xbox One estuvo seguido de su versión para PC.