Sólo las historias espectaculares merecen contarse junto a la chimenea. Bajo el calor de sus llamas. Así comienza Effie, aventura dominada por la magia y por la valentía. Analizamos esta novedad, donde la narración, la acción y la fantasía van de la mano.
EL ESTRENO DE EFFIE EN PC
Effie ya no es exclusivo de PS4. Tras su lanzamiento en la consola durante el pasado verano, bajo la iniciativa PlayStation Talents, se estrena hoy en PC. Lo hace en las plataformas Steam y Humble Bundle.
Su precio es de 19,99 euros, aunque durante la primera semana puede adquirirse por 16,99 euros. Sus creadores, el sello valenciano Inverge Studios, recomiendan jugarlo con mando.
Se presenta con voces, textos e interfaz en castellano. El resultado es una aventura en tres dimensiones que combina los puzles y los combates con los elementos propios del género de plataformas. Es un homenaje a clásicos que marcarían a generaciones enteras, como Ratchet and Clank, Spyro o Crash Bandicoot.
UNA ¿MERECIDA? MALDICIÓN
La holgazanería no es buena. Galand, protagonista de Effie, puede dar fe de ello. Famoso por su fuerza, no realizó un favor a tiempo. No por falta de capacidades, sino por falta de ganas. ¿Las consecuencias? Una maldición que le saldría cara.
La persona que le pidió ayuda resultó ser la bruja Melira. El joven perezoso se convirtió en un anciano que, si bien seguía conservando su fuerza, ya no contaría con todo el tiempo del mundo. ¿Podrían ayudarle los Sabios a recuperar su aspecto original?
La misión no iba a ser tan sencilla como creía. Para demostrar la pureza de su corazón, iba a tener en sus manos la responsabilidad de salvar la región de Oblena de la poderosa magia oscura, cortesía de Melira. Para ello, debía obtener las gemas del mal.
Sus habilidades físicas no serían suficientes para completar el desafío, por lo que necesitaba un compañero de aventuras: un escudo mágico. Funcionaría a modo de protección, como complemento a los ataques y como una tabla de surf.
UNA JUGABILIDAD CLÁSICA EN CINCO CAPÍTULOS
Tras una introducción, propia de todo gran cuento, el jugador podrá manejar a Galand. El movimiento y los saltos simples serán la toma de contacto en una aventura en la que adquirimos nuevas habilidades con el paso del tiempo.
Los primeros ataques no se harán esperar. Con ellos, nos enfrentaremos a los primeros enemigos. Aprenderemos a usar el mágico escudo como cúpula defensiva y, más adelante, a utilizarlo como si de un búmeran se tratase. Los terremotos y las embestidas completarán las posibilidades.
Si bien no estamos ante un juego de mundo abierto como tal, sí que se ofrece cierta libertad a la hora de conseguir el objetivo. No habrá un orden determinado, a la par que podremos perdernos entre los secretos del reino.
Las gemas del mal se encuentran en diferentes puntos del territorio, entre las que destaca una preciosa ciudad del vino. Dan forma a una historia dividida en cinco capítulos, donde sortear obstáculos, resolver puzles y enfrentarse a enemigos (jefes incluidos), guiados por el narrador.
El homenaje a algunas de las grandes aventuras de la historia queda patente en lo que se le exige al jugador. Éste debe poner a prueba sus reflejos, su equilibrio y su ingenio a partes iguales. Pisará plataformas, esquivará obstáculos de fuego y activará palancas. En ocasiones, serán un camino a seguir, pero también propiciará la aparición de las propias trampas.
Recurre a un sistema basado en la búsqueda de llaves y en la activación de mecanismos, que abren puertas con más elementos con los que interactuar. Por su parte, aparecen los bonificadores en forma de runas y de cajas para romper.
Al recogerlos, iremos consiguiendo poder, que acabará transformado en una barra de vida y de energía más grande. Será decisión del jugador recoger el mayor número posible, revisando cada rincón, o avanzar sin más.
Si pasa por completo de ellos, le resultará más complicado sobrevivir a los enfrentamientos, puesto que su personaje no estará tan bien preparado ni contará con demasiada vida. Existen distintos enemigos, con un comportamiento diferente. Obligan, por tanto, a utilizar un poder u otro. A cambiar de táctica.
Al perder toda la vida, habrá que empezar desde el último punto de guardado automático. Por suerte, no están demasiado alejados. La energía nos permite hacer uso de las habilidades más eficaces, con su correspondiente gasto. Aunque no podemos abusar de ellas, sí que es suficiente para llevar a cabo los más eficaces combos.
LA PAUSA ENTRE LA ACCIÓN
Effie es un camino hacia la salvación del reino. También, un remanso de paz dominado por los pequeños retos y por una original estética. Entre ciudad y ciudad, Galand se moverá por los distintos parajes que componen el territorio.
Lo hará convirtiendo su escudo en una tabla de surf. Sirve para avanzar muy rápido, sobre todo si atravesamos los puntos de velocidad, y para descubrir todos los secretos. Algunos funcionan a modo de pequeños minijuegos, como una carrera a contrarreloj.
Los desafíos que encontramos por el camino mejoran la salud y la energía del protagonista, pero también sacian la sed de coleccionables. Fiel a los clásicos, cuenta con reliquias para buscar y recoger. Los cofres no deberán pasarse por alto.
EFFIE: CONCLUSIONES
Effie es lo que promete: una aventura capaz de hacer las delicias de los amantes de los clásicos. A su jugabilidad adictiva se le unen una cuidada historia y unos preciosos gráficos. Sin nada que envidiar a los grandes en los que se inspira.
Está indicado para aquéllos que buscan alejarse del mundo real mediante un cuento de fantasía. De ésos que enseñan lecciones para aplicar en el día a día. No revelaremos el final, pero sí adelantaremos que su protagonista es digno de admirar.
No estamos ante un reto exigente. Tampoco frustrante. Los puzles propuestos no son especialmente difíciles y sólo requerirán de un poco de observación. Se evitan los momentos de pausas eternas en los que no sabemos qué hacer.
Los enemigos tampoco son complicados de derrotar. Pueden traducirse en alguna que otra muerte, pero una correcta combinación entre ataque y defensa nos permitirá acabar con ellos sin problemas. Siempre y cuando no seamos demasiado ansiosos. Tomarse un tiempo para recuperarse nunca está de más.
Los jefes finales toman la forma de la bruja Melira. Su barra de salud nos informará del progreso. No nos limitaremos a golpearla, sino que será la interacción con el entorno la causante del daño. Por el contrario, ella sí que estará empeñada en quitarnos vida con ataques directos.
El resultado son intensas luchas, donde esquivar sus ataques, acabar con sus secuaces y esquivar los obstáculos mortales a tiempo. Habrá carreras por plataformas que no se quedan quietas. Es decir, un poco de todo para aplicar todo lo aprendido.
La jugabilidad basada en el salto entre niveles movedizos, la recolección de mejoras y la activación de mecanismos son lo mejor de Effie, sin olvidarnos de los coleccionables, de la inolvidable lucha final ni de la propia historia.
El viaje en el tiempo se experimenta en el camino que debe tomar su protagonista y en los pequeños detalles. Destacamos la acción del personaje de sentarse sobre su escudo cuando estamos un tiempo sin moverlo, como ocurría en los títulos de hace décadas.
Uno de sus puntos a favor son las voces en castellano, algo que no siempre es habitual ni entre los estudios españoles. Sus dobladores nos introducen por completo en la trama y nos llevan a recordar los clásicos cuentos de la infancia.
Ver como hemos progresado con el tiempo, adquiriendo nuevas habilidades, es orgullo en estado puro. Son fundamentales para aplicar distintos estilos de combate. Porque no es lo mismo enfrentarse a hordas de enemigos diminutos que a uno de gran tamaño.
Los guardados automáticos, cercanos entre sí, contribuyen a esa huida de la frustración. Las muertes no son frecuentes y, si se producen un par, no tendremos que repetir largas hazañas. Queda claro, por tanto, que la misión de Inverge Studios no es hacernos sufrir, sino que disfrutemos al máximo.
Su estética en tres dimensiones también mejora con el tiempo. A medida que pasen las horas, el jugador se sorprenderá con las ciudades que vaya visitando. Con el precioso templo.
Los campos rojos son perfectos para perderse, así como las grandísimas estatuas y los efectos del fuego. No se apuesta por el realismo, pero sí por unas espectaculares vistas, fruto de un trabajo impecable. La vuelta al pasado no llega por los gráficos, sino por la jugabilidad.
Effie gustará a los amantes de las aventuras clásicas, con muchas similitudes con el primer God of War. Se valoran la libertad a la hora de enfrentarse a los retos y las sorpresas que veremos desde la tabla de surf.
Por contra, no es apropiado para quienes busquen desafíos exigentes o con una dificultad media-alta. Debe tenerse en cuenta que su duración no es elevada, pudiendo completarse en un par de tardes.
Podría haberse alargado con algún capítulo más o con escenarios con trampas más complicadas, pero aún así, deja muy buen sabor de boca. Es un título exclusivo para un jugador, no rejugable. Una vez que aceptemos pasar al escenario final, ya no podremos volver al reino en busca de los coleccionables que nos falten.
Análisis realizado en su versión de PC.