Ya no puedes esconderte más. Todas las pistas me han llevado hasta ti, Amanda. En cuanto descubra si has utilizado el cuchillo o el veneno, para dar sentido a todo, no tendrás escapatoria. Así es Small Detectives.
UNA COMPETICIÓN FAMILIAR
Small Detectives es un juego de mesa familiar de 2 a 5 participantes, con retos de 20 minutos, indicados a partir de los 8 años. Es una creación de Charles Chevallier y a Bruno Faidutti, dos de los autores más activos del momento. Sus ilustraciones corren a cargo de Vincent Burger.
Publicado por Pixie Games en su edición original, su versión en castellano acaba de estrenarse, de la mano de Zacatrus! Se presenta en una caja de pequeño tamaño, con componentes en castellano e instrucciones en castellano y portugués. Su precio es de 12,50 euros.
Los jugadores se trasladan a Smalltown, en su papel de detectives privados. El cuerpo del señor Shurman es encontrado sin vida, por lo que habrá que determinar quién ha sido el asesino y qué arma ha utilizado. El primero en resolver el crimen será el ganador.
SMALL DETECTIVES: UNA PARTIDA
El tablero circular se deja en el centro, para colocar a su alrededor las losetas. La comisaría y el bar tendrán que estar en espacios opuestos. Se barajan las de sospechoso y se retira una. Se hace lo propio con las de arma. Tras juntarlas todas, conformarán el resto del escenario.
Las apartadas se dejarán bajo la loseta de comisaría. Serán la respuesta a quién asesinó al señor Shurman y a qué arma utilizó. El número de jugadores determinará la posición de los peones de detective. Cada participante recibe una lupa para recordar su color.
Las fichas de pista de sospechoso y de arma se dejan junto al bar. Los participantes en juego también influirán en la creación del mazo de cartas de acción. Tras repartir tres a cada uno, comienza la partida. Una ronda consta de cuatro fases.
1. Jugar cartas de acción.
Todos escogen una carta de acción de su mano, para bajarla a la mesa, boca abajo.
2. Resolver los efectos de las cartas.
Revelan sus cartas de forma simultánea, para resolver sus efectos por orden, atendiendo al número de cada carta. Aquél que haya jugado la carta más baja comienza, resolviéndola. Continúa el siguiente con la carta más baja, y así hasta que todos hayan activado la suya.
Las cartas permiten mover el peón un determinado número de casillas o a un espacio en concreto, realizar intercambios o consultar una loseta, entre otras opciones. Si alguien ha jugado la carta de vigilancia, la muestra antes de que los demás revelen las suyas.
Ejecuta su efecto, que consiste en colocar al peón delante de una loseta y en nombrar a otro jugador. Si éste se encuentra solo en una loseta al final de la ronda, el propietario de la carta de vigilancia también podrá consultar qué se oculta en ella.
3. Resolver las losetas.
Si el peón está en una loseta de casa (todas menos la comisaría y el bar), libre de otros peones, podrá consultar en secreto qué sospechoso o arma tiene debajo. Los peones que estén fuera de la loseta, por el efecto de las cartas, no podrán consultarla.
En caso de que se encuentre en la loseta de bar, sin otros peones, toma las fichas de pista que correspondan al icono que muestra (sospechoso o arma). Selecciona una, dos o tres, para mostrarlas a otro jugador.
Éste tendrá que decirle si ha visto o no alguna de ellas, sin especificar cuál o cuáles. Se gira la loseta de bar para que muestre el icono contrario. Las fichas de pista se devuelven a su montón.
Cuando alguien llegue a la comisaría, ocupará la plaza de aparcamiento vacía correspondiente al número más bajo. Siguiendo este orden, quienes estén en ella podrán intentar resolver el caso. El jugador toma las fichas de pista de sospechoso y de arma para seleccionar la respuesta.
Las dejará boca abajo y consultará la solución en secreto, mirando las dos losetas que están bajo la comisaría. Si el asesino y el arma son correctos, revela sus fichas de pista y las losetas. Habrá ganado la partida.
En caso de que algún punto sea incorrecto, vuelve a dejar todo en sus espacios. Ese jugador estará eliminado de la partida. Si todos menos uno han sido eliminados, el superviviente se convierte en el vencedor, aunque no haya resuelto el crimen.
4. Preparación de la nueva ronda.
Tras resolver los efectos de las losetas, todos recogen la carta jugada por el compañero de la derecha, para añadirla a la mano. Los peones que estuvieran fuera de las losetas suben a ellas. Comienza una nueva ronda, siguiendo la misma mecánica.
SMALL DETECTIVES: CONCLUSIONES
Por suerte o por desgracia, Smalltown nunca había sido testigo de un asesinato. Los policías no estaban preparados para algo así, por lo que hemos sido nosotros, los detectives privados, los que hemos cargado con el muerto. Y nunca mejor dicho.
Hemos recorrido el barrio en busca de pistas, mientras en la comisaría se han hinchado a rosquillas. No nos quejamos, ya que es la primera vez que podemos desempeñar nuestro trabajo como siempre habíamos soñado. Hasta ahora, los mayores misterios estaban protagonizados por gatos que se colaban en casas ajenas…
La investigación va bien. Demasiado bien. Las visitas al bar han sido de lo más fructíferas. De hecho, ha sido en ellas donde he sabido que Amanda era la asesina. Ya me olía algo con su perturbadora mirada.
Tengo que reconocer que estoy tardando más en saber qué arma se ha utilizado, entre dos posibles, que en resolver todo el caso. Empiezo a dar vueltas sin sentido, mientras un detective se dirige a la comisaría. ¡Miércoles!
Mi orgullo me envía allí de cabeza, donde daré mi testimonio. Si acierto, seré un héroe y cobraré por ello. De lo contrario, mi carrera estará por los suelos. ¿Quién querría contratar a un detective que se está jugando algo al 50%? Allá vamos. Amanda utilizó el cuchillo para asesinar al señor Shurman.
Han pasado años desde aquel suceso. Recuerdo esos días con nerviosismo, mientras mi mente vuelve a cada rincón del barrio. Echo de menos la tensión, la presión y el miedo. A cambio, ahora disfruto de las más deliciosas rosquillas, participando de la tranquila vida de la ciudad.
Small Detectives reúne toda la emoción de un juego de deducción para aplicarla a pequeña escala. No renuncia a ella, por muy sencillas que resulten sus reglas o por diminutos que sean sus componentes.
Como ya se anticipa en su título y en su portada, estamos ante un reto familiar. Es un juego del que disfrutan los más pequeños de la casa. Con el que aprenden a relacionar pistas y a valorar el poder de la memorización. Es un entretenimiento para principiantes, no sólo del género de la deducción, sino de los juegos de mesa.
La mecánica no podía ser más sencilla. Seleccionamos una carta y la resolvemos, siguiendo el orden. La loseta en la que terminamos y las condiciones marcadas nos permitirán aprovechar su efecto. O no. Recibimos una nueva mano y empezamos una nueva ronda.
Esta simplicidad no es incompatible con unas partidas intensas, dominadas por el riesgo que estemos dispuestos a asumir. Sus pasos son sencillos de ejecutar, pero encontrar la solución a tiempo ya no lo será. Hay varios factores en juego, capaces de convertir un juego familiar en un verdadero desafío incluso para los habituales.
El éxito dependerá del movimiento de nuestro peón, combinado con la memorización. Es preciso elaborar los planes más astutos, tratando de adivinar las jugadas de los demás. Intuir qué camino tomarán, habiendo optado por una observación previa, puede permitirnos no coincidir.
No hay nada peor que comprobar como otro ha acabado su movimiento en la misma loseta. Será una ronda perdida, puesto que no podremos descubrir qué hay debajo. Mientras, los demás estarán avanzando.
Sólo con una carta de la mano, tendremos que intentar no coincidir y, además, quedarnos sobre una loseta cuya parte oculta aún no hayamos visto. Para complicar aún más la existencia, y sacar el máximo provecho a la vigilancia, es preciso que el jugador elegido tampoco coincida en su loseta con nadie.
Tanto con esta carta como con la de encuesta ciudadana, estaremos renunciando a resolver la loseta al final de la ronda, puesto que estaremos fuera. Por tanto, tendremos que conseguir que merezca la pena.
Small Detectives es un juego equilibrado, como no podía ser de otra manera con los autores de lujo con los que cuenta. Todas las cartas de acción pueden resultar útiles en determinados momentos. Será la misión de los jugadores encontrar ese instante perfecto y ejecutar su jugada maestra.
A la hora de descubrir las cartas jugadas, los nervios están a flor de piel. Rezaremos a todos los dioses para que hayamos tomado la decisión correcta. Para que los demás no. El orden en que se realiza, dependiente del número de las cartas, será determinante.
Por tanto, deberá entrar en los cálculos previos y en la planificación. Es una muestra más de como todo encaja a la perfección. Que una carta sea más baja que otra no es casualidad.
Poder conocer quién o qué se oculta bajo una casa es satisfactorio, pero una visita al bar lo será mucho más. Tendremos que tomar una nueva decisión al escoger a un jugador y apropiarnos de parte de lo que conoce. No estará en nuestra mano decidir si preguntamos acerca de los sospechosos o del arma, pero sí realizar un interrogatorio más o menos completo.
Si le enseñamos tres losetas de pista, habrá más posibilidades de que haya visto alguna. ¿Pero cuál? Si le mostramos una, quizás no la haya visto. Sin embargo, en caso de que haya sido así, habremos avanzado un mundo.
No está permitido mentir, por lo que esta zona se convierte en una de las más transitadas. Existe el peligro de coincidir con alguien más y, si esto ocurre, no habrá interrogatorio que valga. Nuestra función en la ronda habrá terminado.
Que alguien no haya visto una loseta no determina nada, ya que por lo general habrá sido complicado descubrirlas todas. Puesto que estamos ante una carrera a contrarreloj, el tiempo no juega a nuestro favor. Es aquí donde podemos arriesgarnos o seguir jugando.
Existen dos tipos de jugadores: los que van a resolver, aunque no estén seguros del todo, y los que esperan hasta tenerlo claro. Los primeros pueden llevarse la victoria si el factor suerte está de su parte, pero también pueden quedar eliminados. Por contra, los segundos verán como otro gana la partida por haber esperado demasiado.
Ni unos ni otros tendrán asegurada la victoria, por lo que el propio ritmo de la partida y las ansias de los oponentes nos guiarán por el camino. Hay mucho por ganar y mucho por perder, por lo que un análisis de la situación nunca vendrá mal.
Small Detectives es uno de esos juegos que recompensa por el esfuerzo, aunque las sorpresas están a la orden del día. Estaremos seguros de los dos elementos del crimen, pero comprobaremos como hemos fallado. ¿Qué ha ocurrido?
No es algo tan raro, a diferencia de otros títulos con su misma temática. Se debe a que las losetas sufrirán continuos intercambios de posición, así como los peones, con los efectos de las cartas de acción.
Un pequeño despiste o un error de cálculo no sólo nos hará perder tiempo, descubriendo información de la que ya disponíamos, sino prescindir de un dato clave. ¿Resultado? Habremos confundido la identidad del asesino o el tipo de arma.
En las partidas a muchos jugadores, el caos es una realidad. Habrá movimientos e intercambios como si no hubiera un mañana. Tendremos más complicado sacar provecho a los movimientos y no perdernos detalle.
Conforme se reduce el número, se pierden cartas. Nos quedaremos sin acciones interesantes, pero todo se habrá equilibrado. Respecto a los duelos, es más fácil tenerlo todo controlado. Habrá menos cambios y sólo tendremos a un rival al que vigilar. La experiencia no resulta tan completa, pero seguirá siendo complicado encontrar una respuesta.
Es evidente como esta novedad está inspirada en el clásico Cluedo. Además, recuerda a títulos como Incómodos Invitados. Comparte temática con ellos y algunas herramientas, como son la deducción, el riesgo y la interacción.
Small Detectives incorpora la memorización como elemento clave, mucho más importante de lo que puede parecer a simple vista. También hace uso de unos turnos simultáneos, con los que se potencia la rapidez.
Como conclusión, conserva lo mejor del género, a la par que presenta puntos muy interesantes, capaces de dar una vuelta a la investigación. Ya hemos visto como es apropiado para jugadores no demasiado habituales y como los expertos le sacarán el máximo provecho a sus numerosas posibilidades.
Su reducido tamaño resulta un acierto, no sólo por su fácil transporte, sino porque habría ofrecido exactamente lo mismo con componentes grandes. Nos sumergimos en una ciudad en miniatura, que no prescinde de la calidad ni de unas ilustraciones atractivas.
Prima lo visual, ya que las cartas son explicativas por sí mismas, gracias a una iconografía clara y lógica. Se completa con unos peones que apuestan por el fácil manejo.
Puesto que la manipulación del escenario es constante, a la hora de levantar losetas, es importante que los manazas tengan un especial cuidado para no desmontarlo todo. De no ser así, los demás verían también qué se oculta debajo de nuestra loseta, regalando un valioso tiempo.
COMPONENTES DE JUEGO
- 15 Cartas de Acción
- 5 Peones de Detective
- 5 Lupas Identificativas
- 4 Fichas de Pista de Sospechoso
- 4 Fichas de Pista de Arma
- 4 Losetas de Sospechoso
- 4 Losetas de Arma
- Loseta de Comisaría
- Loseta de Bar
- Tablero Central
- Instrucciones (castellano, portugués)
One thought on “Small Detectives, deducción y memoria en torno a un asesinato”
Comments are closed.