Análisis: Summer in Mara

Summer in Mara

Alguien dijo una vez que, todo aquello que se quite a la naturaleza, debe devolverse. La necesitamos para sobrevivir, aunque quizás ella no nos necesite. No sería justo talar un árbol sin plantar uno nuevo. Explotar a los animales sin pensar en su bienestar.

La relación de respeto y amor es el eje central de Summer in Mara. Esta colorida novedad nos invita a cuidar de nuestra propia isla y a navegar en busca de otros territorios, con sus peculiares habitantes. Con la libertad como protagonista, nos embarcamos en un viaje que permanecerá en la memoria durante mucho tiempo.

 

SUMMER IN MARA EN PC Y SWITCH

Summer in Mara se estrena mañana, 16 de junio, en PC y Nintendo Switch, con textos en castellano. Será a lo largo de este año cuando haga lo propio en PS4 y Xbox One. Es obra de Chibig Studio, sello ubicado en Valencia.

Summer in Mara

Tras dos años de desarrollo, sus creadores pueden presumir de haber dado vida a una intensa aventura. De ésas que emocionan de principio a fin, no ya por sus inmensas posibilidades, sino por el mensaje que se transmite. Por el amor que desprende hacia cada una de las criaturas que habitan Mara.

¿Y qué es Mara? Es un precioso y enorme archipiélago con numerosas islas, a descubrir mediante los viajes en barco. Cultivaremos, cuidaremos de animales y construiremos en la nuestra. Visitaremos las demás en busca de preciados bienes, a la vez que completamos misiones.

 

LA MEJOR MAESTRA

Koa no ha podido tener una vida mejor. Yaya Haku se encargó de su cuidado desde que era un bebé. Le mostró la belleza de su hogar, sin olvidarse de informarle sobre el más que necesario respeto hacia cada ser.

Era ella quien se encargaba de todo. Le enseñó lo más básico, en forma de tutorial breve y conciso. El paso del tiempo no deja indiferente a nadie. La joven ahora es responsable de sacar adelante la isla. De su propia supervivencia.

Con el recuerdo de su Yaya siempre presente, será momento de valerse por sí misma. De buscarse ella sola su preciado chocolate. ¿O tal vez de aprender a elaborarlo? Comenzará plantando los primeros árboles, para recoger sus frutos. Aprenderá a cultivar, una de las tareas que nos acompañará en todo el juego.

Summer in Mara

Las semillas se colocarán en la tierra preparada, para después regarse con el agua del pozo. Descubriremos una de las grandes máximas sobre las que se rige Summer in Mara: todo es limitado. La optimización no debe tardar en aplicarse. ¿Riego o me espero a que haya más cultivos para no derrochar tanto?

Cada uno tiene un tiempo diferente para su recogida. Al fin y al cabo, las zanahorias no crecen igual de rápido que el maíz, las patatas, la lechuga, las calabazas o el algodón. A la hora de organizarnos con las rutinas, deberemos atender a los ciclos del día y de la noche.

Al igual que ocurre en sus compañeros del género, aparece un indicador de la hora para guiarnos durante cada día. Koa madrugará y aprovechará la luz del sol para realizar las tareas. Podrá continuar durante la noche, bajo la luz de la luna. Sin embargo, el cansancio no tardará en llegar.

Si no queremos que la pequeña acabe mareada, conviene regular los descansos. Lo mejor será dormir en casa, pero no siempre será posible. Las siestas en el barco acabarán siendo muy habituales. Cuando ya contemos con algo de dinero, podremos disfrutar de la comodidad de un hostal.

Summer in Mara

Quizás, queramos descansar en un saco de dormir, aunque no es lo más recomendable si no queremos sentirnos estafados. Recordemos que, en Mara, casi todo tiene un solo uso. Y las cosas no son precisamente baratas.

Tendremos un ojo puesto en el indicador de tiempo y otro en esa barra de cansancio. Con ella, aparecen los iconos correspondientes al hambre. Nadie vive del aire y Koa no iba a ser menos. Echaremos manos del inventario para que no decaiga y para ayudarnos en más de un apuro.

Uno de los puntos más atractivos de Summer in Mara es la velocidad de su protagonista, lo que evita la pesadez que a veces acompaña al género. Si no queremos que la reduzca en un momento crítico, no está de más contar con alguna que otra manzana. ¿O mejor unas tortitas?

 

UN AMPLIO INVENTARIO

Lo que en un principio serán tres naranjas, dos moras y un zumo acabará convirtiéndose en mar de objetos. Semillas de todos los tipos y platos elaborados, de la talla de una sopa de champiñones, una ensalada, unas fresas con chocolate o una paella con piña. Clavos, cuerdas e hilo. Mochilas, dentro de una mochila.

Summer in Mara

El inventario del que dispone Koa es enorme. Por suerte, está perfectamente organizado en función del tipo de objeto. Algunos de ellos funcionarán por sí mismos, mientras que otros deberán combinarse. Es lo que se conoce como ‘crafteo’.

A lo largo de la aventura, contaremos con diferentes herramientas. Así, haremos uso de una azada o de un martillo. Se irán mejorando, para que su uso pueda ampliarse. En nuestra isla tendremos la posibilidad de construir, juntando los materiales correctos.

Crearemos los siempre necesarios pozos (la lluvia no es demasiado habitual en Mara) y los hogares para los animales que nos acompañarán, como adorables pollitos o graciosos cerdos. Una útil entrada para las minas, con sus diferentes niveles. Se indicarán los materiales necesarios, aunque encontrarlos dependerá de la propia intuición.

Tendremos dos opciones en la búsqueda de recursos y materiales: obtenerlos mediante la exploración y el esfuerzo, sin perder de vista el cansancio de Koa, o comprarlos a los diferentes comerciantes.

Summer in Mara

Mara está llena de riqueza. Una vez que ya conozcamos cada lugar, sabremos qué zonas visitar en base a nuestros intereses. Será por la abundancia de un determinado bien o por ser el hogar de un comerciante en concreto. Los personajes con los que nos topemos permitirán el comercio o la resolución de misiones, pero no adelantemos acontecimientos.

Muchos de los recursos sólo podrán combinarse en nuestro propio hogar. Al fin y al cabo, es en casa donde contamos con la cocina y el taller. Crearemos deliciosos platos y objetos elaborados. Es la forma que tienen los creadores de que no abandonemos nuestra isla inicial.

Con gran frecuencia nos veremos obligados a volver y, ya que estamos, plantaremos un par de cerezos más. Arreglaremos algunos asuntillos pendientes. Alimentaremos a los pollitos para ser partícipes de su crecimiento.

 

EL EXTRAÑO INQUILINO, EL ORIGEN

Las cosas cambian. En medio de la tranquilidad, un pequeño acontecimiento puede marcar el principio de todo. Para Koa, tiene el nombre de Napopo. La extraña, encantadora y en ocasiones exigente criatura supondrá la salida de la joven de su isla para descubrir un enorme mundo.

Iniciará un viaje por las diferentes islas, tratando de descubrir qué le ocurre a Napopo. Los Élit, miembros de una malvada corporación dispuesta a explotar los recursos de Mara, no tardarán en aparecer. Constituirán la historia principal, envuelta en más de 300 misiones.

Chibig

Summer in Mara no es un juego lineal, por lo que será el jugador quien escoja su propio ritmo. Como hemos visto, la interacción con el entorno y con los personajes influye en la trama. Muchos de los seres que habitan los territorios son comerciantes.

Podremos comprarles diferentes recursos y objetos y, por supuesto, venderles los nuestros. Sentirán debilidad por algunos en concreto, de ahí que debamos vender al comerciante indicado si queremos llenarnos el bolsillo. Obtendremos dinero con esas ventas, con el buceo (si contamos con algunas gafas) y con la búsqueda de cofres (que precisan de sus respectivas llaves).

También, completando misiones. Los comerciantes no se limitan a la compra y a la venta, sino que nos encargarán tareas. Es frecuente invertir muchas horas en ellas, dejando a un lado la historia principal. Llevarán a la protagonista de una punta otra, sin importar que tenga que cruzar alta mar.

No todos los personajes tienen unos buenos modales, pero descubrir como se llena la barra de progreso de cada uno es algo que merece la pena. A falta de coleccionables en sí mismos, serán muchos los que quieran completar el juego en su totalidad. Aunque eso implique sentirse como una mensajera algo explotada. ¿De verdad quieres un trozo de pizza? ¿Quién te crees que soy?

 

LAS ACTIVIDADES EN MARA

Cuidar de un bonito huerto, que irá aumentando a medida que se desbloqueen mejoras, y plantar árboles no son las únicas actividades en Mara. Sus creadores nos invitan a recurrir a todas a través de las misiones propuestas.

Habrá que crear hogares para los animales y alimentarles. Explorar las minas y la parte más alta de las montañas en busca de valiosas rocas. Pescar, con sus correspondientes cebos. Necesitaremos hilo, habilidad y puntería para conseguir los mejores peces, en una actividad que funciona a modo de minijuego. No todas las zonas tienen los mismos.

Summer in Mara

Mientras aprendemos nuevas creaciones y nuevas recetas, nos concienciamos de la importancia del reciclaje, mediante graciosos contenedores. Serán el lugar donde tirar la basura repartida por las islas.

El buceo permite conseguir tesoros submarino, ya sea en forma de monedas o de determinados objetos. Será necesario atender al nivel de oxígeno para que resulte un éxito. Buscaremos tesoros siguiendo un mapa, para desenterrarlos con la pala.

Mejorar el barco no es tan complicado como puede parecer, aunque requiera de un esfuerzo mayor. Podremos viajar más lejos, sin dejar de atender al combustible para no quedarnos tirados. Éste aparece en algunas islas.

Recogeremos mensajes de los cangrejos y realizaremos ofrendas a los que ya no están. Encenderemos antorchas, alimentaremos a animales salvajes y apostaremos por la decoración, entre otras posibilidades con las que seguir sorprendiendo.

Koa obtendrá complementos variados conforme supere los retos propuestos. La personalización es posible mediante camisetas y maravillosas mochilas, como es el caso de la del pequeño pulpo o la del cruasán.

 

SUMMER IN MARA: CONCLUSIONES

Summer in Mara no es un juego que pueda crearse de la noche a la mañana. El enorme trabajo que lleva detrás se observa en sus numerosas opciones y en el gusto por el detalle. En sus islas con encanto propio, donde descubrir unos inquietantes huevos gigantes o un escenario de terror.

Estamos ante el que podría ser un buen juego de iniciación a la gestión. A través de unos controles intuitivos (mejor con mando), nos introduciremos en la agricultura, en la ganadería y en la pesca. Siguiendo la lógica y el sistema de progresión propios de este tipo de juegos, comprenderemos como el esfuerzo da sus frutos.

Chibig

No habrá grandes dificultades ni tampoco momentos en los que nos estanquemos. Siempre tendremos algo que hacer. De hecho, es habitual que haya muchas misiones por completar al mismo tiempo. La experiencia será la que nos enseñe a optimizar el tiempo y el espacio, evitando ir de un lado para otro repetidas veces.

Aunque entretienen tanto como la historia principal, algunas pueden resultar absurdas o de relleno. Consisten en pedirnos un determinado objeto, que nos haga desplazarnos al punto A para, después, volver al B. De nuevo al A, para regresar al B y, una vez más, al A.

Los primeros minutos pueden parecer algo infantiles para, más adelante, dar vida a un juego para todas las edades. Si bien es cierto que los niños lo disfrutarán al máximo, por su colorido, la ternura que desprende, los mensajes y la sencillez, los adultos también le sacarán provecho. Sobre todo, si no están muy habituados al género.

Uno de sus grandes atractivos es la libertad para actuar a nuestras anchas y la unión entre las tareas y un trasfondo (con villanos incluidos). Es el toque diferenciador respecto a otros juegos con los que comparte jugabilidad, y la razón por la que es compatible en una biblioteca plagada de ellos.

Chibig

En Summer in Mara no hay estrés, ni carreras. La tranquilidad, para disfrutar de la naturaleza y del mar, está presente. No implica que debamos dejar a un lado la concentración, sino que no habrá consecuencias desastrosas a determinadas acciones.

La organización es esencial para sacarle un gran partido, no sólo a sus actividades, sino a los viajes de una punta a otra. Una mente despejada será clave para su disfrute, a la vez que aprovechamos la velocidad de Koa y su agilidad para subir montañas aparentemente imposibles.

El que parece ser un juego perfecto para el verano, por su ambientación, recurre a unos gráficos a la altura. Aunque hay algunos errores a la hora de interactuar con el entorno, se acompaña de unas animaciones propias de los dibujos animados y de las tres dimensiones. Juegan con la nostalgia, puesto que en algunos momentos llegan a recordar a las aventuras de los noventa.

Los personajes están muy cuidados, tanto en estética como en personalidad. Todos son diferentes, de tal forma que llegamos a empatizar más con unos que con otros. En su conjunto, reflejan un mundo donde todas las razas pueden convivir en armonía, fruto de esa relación de respeto que está presente de principio a fin.

Gracias a la enorme cantidad de misiones y al cuidado que exige nuestra propia isla, la duración es elevada. Se sitúa en torno a las 30 horas, aunque depende del tiempo que decidamos invertir y de esa optimización. Explorar las zonas más lejanas de una vez, aprovechando que el inventario es amplio, permitirá que tengamos los suficientes materiales como para completar muchas tareas de una vez.

Al igual que nos inicia en la gestión, también lo hace en mecánicas como el ‘crafteo’. Hay unas pautas por seguir. Pasado un tiempo, seremos capaces de crear casi cualquier cosa. Eso sí, con esfuerzo y paciencia. Un alimento o material se combina con otros para dar el que necesitamos, de cara a una combinación más grande.

Con ello, Summer in Mara es una aventura no lineal repleta de sorpresas y opciones, que se apoya en elementos clásicos como la progresión entre la noche y el día. No incluye multijugador, pero no lo necesita, ya que la experiencia funciona a las mil maravillas en solitario.

No está recomendada a quienes busquen desafíos exigentes, sino a los que quieran transportarse dentro de un juego, olvidándose de la realidad. A los aventureros que buscan experiencias para recordar, no por la locura, sino por sus joyas en forma de personajes y lugares.

 

 

Summer in Mara

Análisis realizado en su versión de PC.