Ya tienes la torre de tus sueños o, al menos, la que se adapta a tus necesidades. Ahí está tu consola predilecta. El trabajo más complicado ha terminado, pero la búsqueda no. Para sacarle el máximo partido, necesitas un aliado capaz de transmitirte todo lo que tu nuevo compañero es capaz de hacer.
A la hora de hacernos con un buen equipo para jugar, aparece el clásico interrogante: ¿televisor o monitor? Te ayudamos a tomar una decisión acertada, analizando los puntos clave de cada dispositivo de salida.
EL TELEVISOR, UN DISPOSITIVO MULTIUSOS
Antes de decantarnos por uno o por otro, es importante tener claro el uso que le daremos al dispositivo. Está claro que jugar es el objetivo principal, aunque probablemente exista alguno más. Quizás dediques casi todo tu tiempo libre a disfrutar de tus videojuegos favoritos, ¿pero qué ocurre con las noches devorando temporadas de series?
Llegar cansado a casa y tirarse al sofá, con el mando de la tele en la mano, es una rutina habitual. Película del domingo. Noche de fútbol. Si vamos a darle uno de estos usos, no hay duda: nada como un televisor. Reduciremos las actividades a un único aparato y, con ello, también el coste.
Por norma general, un televisor acostumbra a ser más económico que un monitor. LG OLED 55C9PLA, Nevir NVR-7707-32RD2-N y Samsung UE43RU7172 se conforman como tres de los mejores televisores del momento, en base a la relación calidad precio.
El primero se presenta como uno de alta gama, por su tecnología OLED, de ahí su precio respecto a los otros dos. Éstos recurren a la tecnología LED, que aporta un bajo consumo, una gran duración y un reducido precio.
Una de las ventajas frente al monitor es su variedad de tamaños. Hay televisores gigantescos y otros más pequeños. Para elegir el número de pulgadas adecuado, tendremos que saber a qué distancia vamos a jugar.
Lo más cómodo para disfrutar de todo lo que un televisor puede ofrecer es apostar por la distancia. Sobre todo, si es enorme. La imagen se verá más definida y ahorraremos algún que otro dolor de cabeza. Cuantos más metros podamos alejar la silla de la pantalla, más lógico será recurrir a uno de grandes dimensiones.
No menos importante en la batalla entre televisores y monitores es el sonido, aspecto que conviene no descuidar por llegar a ser tan importante como la propia imagen. Los primeros cuentan con un buen sonido integrado, mientras que los monitores necesitan de unos altavoces o cascos (con su correspondiente gasto).
EL MONITOR Y LOS JUGADORES PROFESIONALES
Jugar, jugar y jugar. Si tenemos más que claro que el dispositivo no tendrá más utilidad que demostrar nuestras habilidades, nada mejor que un monitor. Eso sí, sabiendo de antemano que el precio será superior respecto a lo que ofrecen. Y no sólo por los altavoces.
A cambio, la calidad será mayor en cuanto a juego se refiere. Es cierto que los televisores han evolucionado mucho, hasta el punto de incluir un modo juego y un menor tiempo de respuesta, respecto a los que ocupaban el mercado años atrás. Sin embargo, nada como un monitor para presumir de máxima potencia.
No tendría demasiado sentido adquirir una potente máquina y no disfrutar de todo su potencial. Entra en juego la tasa de refresco, es decir, la frecuencia con la que la pantalla actualizará el número de imágenes que mostrará por segundo.
Los llamados FPS (fotogramas por segundo) tienden a acompañar los anuncios de los grandes videojuegos. Desempeñan un papel clave al mostrar el realismo en el movimiento y la fluidez en las partidas. No tendría sentido tener un ordenador o consola compatible con el último juego y que nuestro dispositivo no pudiera mostrarlo. La calidad se estaría desaprovechando.
Por ello, los monitores son la opción más adecuada para los amantes de los juegos con potentes gráficos, tanto en ordenador como en consolas. También, para aquéllos que no buscan enormes pantallas, sino la proximidad a la acción.
Los profesionales que dedican su vida a los videojuegos recurren al monitor como compañero. Si queremos entrenarnos en este ámbito, necesitaremos un tiempo de respuesta bajo para que no transcurra tiempo entre ordenar una tarea al personaje y su correspondiente realización. En medio de la locura, no pueden existir contratiempos.
Al igual que el televisor servía para disfrutar de otro tipo de entretenimientos, el monitor puede ser lo más útil si vamos a trabajar en casa. El retoque fotográfico, la edición de vídeo y el diseño precisan de este dispositivo para que el trabajo resulte óptimo.