Me he quedado en una posición horrible. Me tiemblan las piernas. Mi brazo derecho ha adquirido vida propia. Retrocedo. Admito que me lo he buscado. Observo a mis compañeras. ¿Cómo han podido llegar tan lejos? Tengo que avanzar, sea como sea. No me lo pienso. Corro y, por supuesto,vuelvo. Me han pillado. Así es Escondite Inglés.
RAPIDEZ Y RIESGO EN UN NUEVO JUEGO DE MESA
Escondite Inglés es un juego de cartas de 2 a 4 participantes, con competiciones de 15 minutos, indicado desde los 6 años. Es una creación de Alberto Caño, bajo el sello Pandora Board Games. Las ilustraciones son obra de su mismo autor, junto a Carlos de la Vega.
Será a través de una campaña de búsqueda de financiación en Verkami, prevista para principios de noviembre, como trate de convertirse en una realidad. Se presentará en una edición en castellano, inglés y francés.
Como su propio título indica, estamos ante una recreación del popular juego con su mismo nombre. Con la rapidez, la capacidad de reacción y el riesgo como ingredientes principales, tendremos que llegar a la meta antes que los rivales.
ESCONDITE INGLÉS: UNA PARTIDA
Antes de empezar, se reparten los roles. «El que se la queda» no tiene opción de ganar. Recibe las seis cartas con el mensaje «un, dos, tres, al escondite inglés». Su misión será pillar a los corredores. Éstos obtienen un mazo compuesto por 30 cartas de paso. Las colocarán en orden ascendente, boca abajo, con el 1 en la parte superior.
La ronda comienza con la elección de un número de cartas por parte de cada corredor, en base a los pasos que esté dispuesto a dar. Así, si quiere dar ocho pasos, roba las primeras ocho cartas de su mazo. Las baraja, al igual que hace «el que se la queda» con las suyas. Las dejan en su lado de la mesa.
Al grito de «¡preparados, listos, ya!», por parte de «el que se la queda», todos toman las cartas seleccionadas. Los corredores tendrán que colocarlas en orden, boca arriba, dejando la más alta encima. Mientras tanto, «el que se la queda» hará lo propio con las suyas, anunciando en voz alta la palabra de cada carta.
Todos los corredores que hayan acabado antes que «el que se la queda», dejan las cartas jugadas a la derecha, con la más alta en la parte superior (por supuesto, pueden realizarse comprobaciones para determinar que la jugada es correcta). En la siguiente ronda, repiten la misma mecánica, aunque desde el paso por el que se han quedado.
Quienes no las jueguen a tiempo, o hayan cometido algún error, devuelven todas las cartas. Tendrán que comenzar desde el paso 1 en la nueva ronda. Repetimos el mismo procedimiento hasta que alguien baje su paso 30. Es decir, cuando haya jugado todas las cartas. Se convierte en el ganador.
ESCONDITE INGLÉS: CONCLUSIONES
Concentro todos mis esfuerzos en lo que estoy haciendo. A paso lento, pero seguro, parece que la cosa mejora. Apenas tenía posibilidades de ganar, pero la torpeza de mis rivales me ha dado ventaja.
El debate que se acaba de producir no tiene desperdicio. Ana estaba a punto de tocar la pared y, ahora, ha vuelto al principio. La jefa dice que se ha movido, pero para Ana ha sido sólo el abrigo. Desde atrás lo he visto todo y tiene razón, ¡pero cualquiera mueve los labios para hacer justicia!
Con Lydia ha ocurrido algo parecido. Esta vez, ha sido un ataque de risa, pero bastante sutil. No ha movido casi los labios, pero con el ruido que estaba haciendo, ha tenido penalización. No estoy al tanto de si hay unas reglas establecidas sobre complementos y sonidos, pero no quiero desaprovechar mi oportunidad.
Ganaré. Daré sólo un par de pasos, por si las moscas. Me dispongo a avanzar cuando el timbre suena. No, un poco más por favor. Mis compañeras corren hacia la fila y aquí estoy yo, a escasos centímetros de la pared. ¿Por qué tenéis tanta prisa por volver a clase, chicas? Me temo que debo abandonar posiciones…
Escondite Inglés es un ‘party’ donde jugar las cartas antes que los demás. Nada extraño, de no ser por la temática, con la mecánica que desemboca. No es para menos, ya que estamos ante una adaptación del Escondite Inglés a juego de mesa. ¿Por qué se ha esperado tanto para crear algo así?
Si nos ponemos a pensar, encontraremos un buen número de actividades que no han tenido adaptaciones a juegos de mesa (o, al menos, no con una repercusión suficiente). Algo muy simple puede marcar la diferencia en un sector en el que parece que ya está todo inventado, con la enorme cantidad de títulos que se estrena cada mes.
Alberto Caño, el autor, ha querido recrear al detalle este juego infantil. Lo ha conseguido. El resultado es un juego donde los niños descubrirán este entretenimiento sin moverse de la silla. Donde los mayores revivirán su infancia, con aquéllas tardes en el parque. En el recreo, apurando al máximo el tiempo.
Es imposible jugar sin que los recuerdos vuelvan a la mente. La emoción y los nervios regresan, de tal forma que toda sensación se refleja de forma fiel, incluso las condiciones de victoria. Tanto en el original como en la adaptación, el que mejor gestiona el riesgo tiene muchas posibilidades de llevarse la victoria.
Ahora bien, ¿cómo se da forma a una carrera sin movernos del salón? Cada jugador dispone de su propio mazo y de un elemento esencial: la libertad para decidir cuántas cartas juega. Debe colocarlas en orden antes de que «el que se la queda» coloque las suyas.
Si los nervios no traicionan (algo más habitual de lo que parece), colocar cuatro cartas es posible. ¿Pero qué hacemos con cuatro cartas? Prácticamente nada. El paso lento, pero seguro, no siempre dará sus frutos. Si el oponente lleva ya 20 pasos, de poco o nada nos servirá la calma.
El riesgo entra en escena. Estará vinculado a la forma de jugar de los rivales. Si hay valientes en el grupo, tendremos que arriesgar un poco más. Si vamos demasiado adelantados, no es mala idea echar el freno.
Escondite Inglés es un juego en el que darlo todo, puesto que las partidas que se crean son dinámicas a más no poder. Sin embargo, debemos saber que el precio a pagar es caro. Un pequeño error o un segundo perdido implicará comenzar desde el principio, con todo lo que conlleva. Recuerda, y mucho, a los videojuegos con muertes permanentes.
Cuando esto ocurre, conviene no desesperarse. No olvidemos que los demás también pueden equivocarse o andar más lentos de lo normal, ya que los bloqueos aparecen cuando menos los esperamos. Aprovechar las oportunidades que se presentan sí es clave para la victoria. También, ir al límite cuando tenemos poco que perder, o pisar el freno cuando el desastre está delante.
Los corredores se percatarán de que tienen dos grandes enemigos: sus compañeros y «el que se la queda». Deberán ir un par de pasos por delante que los compañeros, ya que, al fin y al cabo, estamos ante una carrera a contrarreloj con intensos finales. La velocidad también se mide con el jefe, ya que si no somos más rápidos que él, no hay nada que hacer.
En relación a estos puntos, existen distintas tácticas posibles. ¿O acaso un ‘party’ tiene que renunciar a ellas? El arte del despiste es un buen aliado. Hacer creer a los demás que somos más lentos de lo que parece puede traducirse en sorprendentes golpes finales. ¿Y si picamos al de al lado? Todo es válido.
«El que se la queda» no tendrá opción de ganar en el modo principal, pero este rol es igual de divertido que el de corredor. Será interesante ver como los demás sufren por superar nuestro ritmo. Por esperar la señal. Nuevamente, los engaños están a la orden del día. No hay nada como generar confianza al enemigo.
Lo bueno de este papel es que tendremos el poder de decisión en las jugadas que no queden del todo claras. Es fundamental no hacer trampas. Ejercer de juez no debe suponer un abuso de poder. Para evitar malentendidos, podemos colocar una carta que no utilicemos en el centro, para poner la mano encima una vez hayamos completado la jugada.
Este chute de nostalgia juega con la asimetría, aunque con una mecánica similar para todos. Los turnos son simultáneos, por lo que no hay esperas más allá de la colocación de las cartas en los mazos. Las reglas son tan sencillas que, desde la primera partida, se asimilarán sin problemas, incluso entre quienes nunca hayan tocado un juego de mesa.
Llegados a este punto, quizás nos preguntemos qué ocurre con las partidas a dos jugadores. No hay un corredor oponente como tal, sino que los dos lo son. Alternaremos turnos, conservando nuestro mazo tal cual está para la siguiente ronda. Gana el que antes coloque el paso 30, completándose el mismo número de turnos.
La emoción no decae, puesto que la rapidez sigue estando presente. Es un buen apaño para los amantes de los duelos, aunque debemos tener en cuenta que el juego brilla más entre tres y cuatro participantes.
La rejugabilidad es grande. Crece todavía más con las variantes propuestas. La frase se completará con «sin mover las manos ni los pies», también extraída del clásico. Los jugadores deberán permanecer inmóviles, retrocediendo al paso 1 si son pillados. La dificultad crece a medida que se asemeja al original.
Para quienes temen estancarse en un bucle sin fin, o para los mayores aficionados a la competición, podemos establecer diez rondas. Si en ellas nadie ha dado 30 pasos, gana «el que se la queda». Estos modos demuestran como Escondite Inglés lleva un largo período de testeo detrás.
A la espera de que comience su campaña en Verkami, tenemos entre manos un original juego de cartas. No está orientado a quienes busquen complicaciones ni estrategia pura, sino a los que quieran retos sencillos. Es un viaje al pasado, donde la capacidad de reacción y los finales sorpresa son dos de los grandes atractivos.
Parte de unas ilustraciones que también recurren a la simplicidad. Se apuesta por un estilo visual claro, sin distracciones, donde el color y los números adquieren todo el protagonismo.
COMPONENTES DE ESCONDITE INGLÉS
- 30 Cartas de Pasos Azules
- 30 Cartas de Pasos Rosas
- 30 Cartas de Pasos Amarillos
- 18 Cartas de Escondite Inglés (castellano, inglés, francés)
- Instrucciones (castellano, inglés, francés)
Las fotografías no pertenecen a la versión final de juego, por lo que el diseño podría cambiar.
One thought on “Escondite Inglés: los 30 pasos hacia la nostalgia”
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