¿De verdad es necesario guardar tal cantidad agua? ¿Para tan poco comida? Es un bien muy importante, ¿pero más que el oxígeno? Está bien. Yo no pongo las normas, así que me limito a obedecer. Sólo cumplo órdenes. Al fin y al cabo, no seré yo quien esté ahí arriba. Así es Misión Marte.
LA ORGANIZACIÓN EN LA NAVE
Misión Marte es un juego de cartas de 1 a 6 participantes, con competiciones de 15 minutos, indicado desde los 8 años. Lo firma An-Ping Liu, mientras que el diseño corresponde a Manu Palau.
Zacatrus! y BrainPicnic estrenan este nuevo título independiente, que respeta el formato y el precio de la serie: caja pequeña y 9,95 euros. Ya está disponible.
En esta ocasión, nos ponemos en la piel de ingenieros. Tendremos que organizar todos los recursos en una nave con espacio limitado, a ser posible, antes que los rivales. Recurre a turnos simultáneos.
MISIÓN MARTE: UNA PARTIDA
Cada jugador recibe un set de seis cartas de nave, con la misma letra. Contendrá siete símbolos de cada recurso: tripulación, agua, comida, energía y oxígeno.
Las cartas de recurso se dejan en el centro, junto a las fichas y los dados. La partida tiene una duración de cuatro rondas. Cada una comienza con el lanzamiento de dados, dejando cada resultado sobre su correspondiente recurso.
De forma simultánea, todos tendrán que cumplir con los requisitos de la misión. Es decir, con sus cartas de nave, deberán dejar visibles los recursos marcados en el número exacto, ni más ni menos. Podrán girarlas, voltearlas y apilarlas, e incluso tapar unas con otras, parcial o totalmente.
El que antes complete el desafío lo comunica a los demás. Se comprueba. Si es correcto, obtiene una ficha de Marte (diez puntos). Quienes hayan cumplido, al menos, tres requisitos, reciben una estrella (cinco puntos).
En caso de detectarse algún error, ese jugador recogerá sus cartas de nave y volverá a empezar, mientras los demás continúan por donde se han quedado. El ganador de la ronda lanza los dados para dar comienzo a una nueva misión. Al completarse la cuarta, se cuentan los puntos. Se lleva la victoria quien tenga más.
MISIÓN MARTE: CONCLUSIONES
Lo dicho: no me responsabilizo del futuro sufrimiento de la tripulación. Esta vez, no habrá apenas agua. Tampoco comida, energía, ni oxígeno. ¿Y cuántos astronautas viajarán a Marte? Seis. Me gustaría saber si conocían estas condiciones cuando aceptaron la misión.
Muy bien, siguiente. Un astronauta y a tope de todos los recursos. ¿Es una broma? Sí, a cumplir órdenes, lo sé. Preparo la nave mientras el mar de dudas me atormenta. Las injusticias son superiores a mí y, probablemente, ésa sea la razón por la que no puedo organizarlo todo.
Por más que giro los trastos, no hay forma de encajar esto. O me sobra comida o me falta energía. Nada, un nuevo intento. ¿A qué distancia está Marte de la Tierra, por cierto? Seis de oxígeno, cinco de agua. Imposible. ¿Cómo va a resistir el primer grupo? Seis de comida. ¿Y si fracasan? Seis de energía.
Misión Marte es la propuesta competitiva de la serie, por excelencia, que ya cuenta con Misión Cumplida y con Misión Secreta en el mercado, junto al recientemente estrenado Misión Rescate. Ya no hay amigos. No existen los compañeros. Tenemos desafíos en los que sólo importa ser más rápido que el resto.
Cuando se parte de un objetivo común, las carreras brillan por la intensidad. Es lo que ocurre en esta novedad. Todos tenemos la misma misión, por lo que el mayor enemigo no es el tiempo, sino los rivales. La rapidez con la que se desenvuelvan.
Una vez que conocemos el número de recursos a introducir en la nave, comienza la batalla entre leones. Algo aparentemente sencillo acaba siendo una odisea. Mientras los números se repiten en nuestra mente, una y otra vez, las manos giran y voltean cartas.
Los nervios hacen de las suyas, sobre todo si tendemos a echar una mirada al de al lado, con su maravilloso progreso. Si tengo siete recursos de cada tipo, ¿por qué no soy capaz de descubrir tres energías? Sabemos que unas cartas pueden tapar a otras, incluso en su totalidad. También pueden voltearse, para no mostrar nada.
Por lo general, cuando creemos que lo tenemos, algo falla. Hay un agua de más. Un tripulante de menos. Basta con disputar una ronda para comprender como la presión consigue que nada salga bien.
Si vemos que el listo de turno está contento, podemos centrarnos en tres recursos para que, al menos, puntuemos por algo. ¡Siempre es mejor que nada! Por desgracia, no en todas las ocasiones sabremos el momento exacto en el que la ronda va a finalizar. Sorpresa.
Una de las partes más emocionantes de Misión Marte es comprobar. Trataremos de detectar cualquier mínimo fallo, para que ese jugador tenga que volver a empezar. La cosa cambia cuando es a uno mismo a quien analizan. Más nervios. Más sudor frío.
El hecho de que no sólo el ganador reciba puntos ya equilibra las partidas. Se premia al esfuerzo y, sobre todo, se evitan frustraciones. A no ser que vayamos de desastre en desastre, no habrá demasiados puntos de diferencia entre unos y otros, de ahí que todos tengamos posibilidades de hacernos con la victoria.
Esta situación añade aún más presión a la cuarta ronda. Sabemos que nos lo jugamos todo, para bien o para mal, de ahí que las manos empiecen a actuar por cuenta propia. Nos atascaremos. Querremos rehacer el puzle.
Misión Marte es un juego en tiempo real, donde competir contra los expertos en habilidad es todo un desafío para la mente. Ser partícipe del reto desde fuera también es recomendable. Sufriremos viendo como nuestro favorito no consigue encajar las piezas. Sólo si hemos estado en su piel, comprenderemos lo que cuesta.
Los turnos simultáneos permiten que las partidas a seis jugadores resulten muy interesantes. No hay esperas, por lo que, a priori, da igual el número de participantes. Las risas y los gritos de rabia ambientan los desafíos, por lo que es un plan más que recomendado para las reuniones entre familiares y amigos. Ésas que tanto llegan a echarse de menos.
Puede parecer uno de esos juegos que utilizamos para descansar, entre otros más largos y complejos, pero no lo es. Acabará convirtiéndose en el entretenimiento principal. De hecho, no funcionará como un descanso, ni de cerca. El ritmo es frenético.
Es común encontrar jugadores que nunca son capaces de organizarlo todo. Realmente pueden hacerlo, pero con calma. Con práctica. No necesitamos ser unos habituales en juegos de mesa para vencer, de ahí que cualquiera pueda sorprender. Para bien o para mal.
A aquéllos que quieran entrenar un poco les interesará saber que Misión Marte cuenta con un modo en solitario. En esta ocasión, el enemigo sí que será el tiempo. En función de los minutos invertidos, tomaremos un determinado número de estrellas.
No hay nada como tener las cartas entre las manos para familiarizarnos con un reto en el que parece que todo está permitido. Sin embargo, por mucho que hayamos ensayado en la experiencia individual, quizás todo se olvide cuando hay rivales reales frente a frente.
Misión Marte apuesta por un precio económico y por el formato habitual de la serie, algo que nos llevará a querer tener la colección completa. Como vimos en la galería de imágenes, la diversión está presente para todos. Incluso para quienes tienen problemas de visión.
Se apuesta por una simbología distintiva para cada color, de tal forma que el daltonismo no sea un inconveniente ni una desventaja a la hora de optar a la victoria. Esos dibujos grandotes ocupan toda la escena, de ahí que también sea un juego ideal para que los más mayores entrenen la mente.
COMPONENTES DE MISIÓN MARTE
- 36 Cartas de Nave
- 5 Cartas de Recurso
- 5 Dados
- 20 Fichas de Estrella
- 6 Fichas de Marte
- Instrucciones (castellano)
One thought on “Misión Marte: la resolución de puzles a toda velocidad”
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