Nakum, recursos y trabajadores en la cultura maya

Nakum

Mañana seré un sacrificio humano. De ésos que se utilizan para contentar a los dioses. ¿Es un privilegio? No. Mis compañeros se empeñan en hacerme creer esa absurda idea. Tendrían que verse ellos en esta situación. ¿Estoy contenta? Lógicamente, no.

Diría que siento algo parecido al miedo, pero la rabia es la que controla mis emociones en este momento. He recolectado maíz. He conseguido pieles, aunque fuese en contra de mis principios. Hasta peleé por una máscara que, finalmente, conseguí. Y parece ser que ésta es la recompensa. Así es Nakum.

 

UN ‘EURO’ DE COLOCACIÓN DE TRABAJADORES

Nakum es un juego de mesa de 2 a 4 participantes, con competiciones de 20 a 45 minutos, recomendado desde los 13 años. Lo firma Carlos Viedma, mientras que la portada es obra de Pablo Ezquerra (Blosky).

Será el 1 de diciembre cuando inicie una campaña de búsqueda de financiación en Verkami, para tratar de convertirse en una realidad. Lo hará bajo el sello Noob Minis Games, de su mismo autor.

Nakum

Como vimos hace unas semanas, estamos ante un ‘euro’ que combina la colocación de trabajadores y la gestión de recursos. La acción transcurre durante el mes más sagrado del calendario maya, donde las familias se disputan el favor de los dioses.

Los miembros del clan cosecharán, cazarán y explorarán nuevo territorio, tratando de cumplir con las ofrendas de la pirámide. En ocasiones, y en medio de la gestión, serán necesarios los sacrificios humanos. Se presenta en una caja de pequeño tamaño, con componentes independientes del idioma e instrucciones en castellano.

 

NAKUM: UNA PARTIDA

El primer paso es crear el escenario. Colocamos la loseta de pirámide boca arriba y, a su alrededor, las seis losetas restantes, boca abajo. Se crea el mazo de ofrendas, con dos a la vista, y el de mercado, con cinco visibles.

El tablero de puntuación también se deja al alcance de todos. Cada uno recibe un tablero y dos trabajadores de su color, dejando los dos restantes en una reserva central. También, tres cubos para sus almacenes y tres cartas de patrimonio.

Se bajará una, anotándose los beneficios, mientras que las restantes permanecen ocultas. Tras colocar un disco de cada color junto al tablero de puntuación, se decide el orden de turno. El inicial gira una loseta, a su elección, y el siguiente hace lo mismo. Habrá dos descubiertas, además de la central.

Comienza la partida. Se desarrolla en rondas. Cada una comienza con la fase de día, donde realizamos acciones. Termina con la noche, como mantenimiento.

Nakum

El día.

Siguiendo el sentido de las agujas de reloj, y comenzando con el inicial, cada jugador realizará una acción. Para ello, utilizará a uno o a dos trabajadores.

Repetimos la misma mecánica hasta que todos los trabajadores se hayan utilizado. Existen cinco acciones diferentes.

  • Acción básica. Se envía a un trabajador a un espacio de acción básica libre. Se obtiene el beneficio indicado, ya sean recursos, un nuevo trabajador, el marcador de jugador inicial, la opción de bajar una carta de patrimonio o una visita al mercado. Con la última, nos quedamos una carta, ya sea para obtener su beneficio o para resolver su efecto. Algunas, proporcionarán puntos al final de la partida.
  • Campamento. Un trabajador se coloca en un campamento libre. Es necesario que haya al menos un trabajador, de cualquier jugador, en alguna acción básica de esa loseta. Se escoge un beneficio y, a continuación, se agota. Colocamos un cubo encima, de tal forma que no pueda volver a utilizarse. Si todas las opciones están tapadas, no habrá campamento. No hay diferencia respecto a las acciones básicas, a excepción de los puntos de victoria.
  • Pirámide. Exige de la colocación de dos trabajadores. Al contrario que con las otras acciones, no importa si ya está ocupada. Permite comprar una de las dos ofrendas visibles, pagando su coste (recursos y/o trabajadores). Se guarda en la zona propia.
  • Pituk. Sólo está disponible cuando todas las losetas del tablero estén visibles y esta zona esté libre. Tras colocar un trabajador, podemos sustituir las cartas del mercado y de ofrenda por nuevas o desbloquear dos campamentos. La opción escogida se agota, con un cubo.
  • Explorar. Se coloca un trabajador en una loseta sin revelar para obtener un punto de victoria.

Nakum

La noche.

Los trabajadores se devuelven a sus propietarios y las losetas exploradas se descubren. Se reponen los espacios vacíos del mercado y de las ofrendas para comenzar una nueva ronda.

Fin de la partida.

La competición termina cuando alguien obtiene su segunda carta de ofrenda. Se termina el día actual para proceder al recuento de puntos.

Contamos los procedentes de los recursos sobrantes en el almacén, para añadirlos a los que hayamos conseguido durante toda la partida. Se suman los de las cartas de mercado y los de las cartas de ofrenda. Gana quien tenga la mayor cantidad.

 

NAKUM: CONCLUSIONES

Recolectar y cazar no ha sido suficiente. Lo entiendo. ¿Pero qué me dices de mis múltiples visitas al mercado? No es fácil seleccionar lo mejor. He ayudado a optimizar el patrimonio. Y eso por no hablar del éxito en mis reuniones con el sumo sacerdote Pituk.

El clan me debe mucho, pero ya es absurdo gastar las pocas fuerzas que me quedan en intentar explicarme. Mientras lo veáis como un premio hacia mi persona, poco más puedo decir.

Nakum

Llegó el día. Parece que el sol no va a brillar con fuerza. Al menos, parece que alguien comprende mi sufrimiento. Despedidas. Malditas despedidas. Entre tanto abrazo, me parece ver como uno de esos clanes rivales acude a la pirámide. Los aparto a todos. A codazos.

¿Qué ven mis ojos? Ese clan está pagando cuatro pieles y un sacrificio humano, lo que significa que el mío se quedará sin esos valiosos cinco puntos. Yo seguiré con vida. No puedo disimular la alegría, mientras mis compañeros se lamentan de nuestra lentitud. ¿De verdad?

Cae la noche y no puedo creer que siga aquí. La sonrisa no se ha borrado de mi cara, aunque quizás ahora lo haga. Los dioses reclaman una nueva ofrenda que incluye el sacrificio de dos trabajadores. Está claro que volverán a pensar en mí, pero al menos el sufrimiento será compartido. Abrazo a mi compañero. Me aparta a codazos.

Nakum es un proyecto grande, a pequeña escala. Bien podría encajar como un nuevo título de la serie Tiny Epic. El motivo está claro: un mar de posibilidades y un alto nivel estratégico en una caja de pequeño tamaño.

Nakum

Es la muestra de como no se necesitan mesas enteras para ofrecer lo mejor de un ‘euro’. No prescinde de ninguna de sus características básicas. Simplemente, las adapta a unos componentes reducidos. ¿Ventajas? Un precio menor y mayores posibilidades de encajar en una estantería a rebosar.

Al son de una atractiva temática, como es la cultura maya, absorbe por completo. Controlando a los miembros de nuestro clan, nos olvidamos por completo de la realidad. De una dura realidad. Sólo importan las ofrendas. La recolección de recursos.

Crear el escenario no nos llevará más de dos minutos. Es uno de los puntos que nos hacen querer disputar una partida tras otra. Como los turnos son sencillos y rápidos, los retos no durarán demasiado. Querremos aprender de los errores y aplicar nuevas tácticas en un nuevo intento.

Realizaremos una acción por turno, a escoger entre cinco. La decisión estará influenciada por la estrategia a seguir. ¿Pero cuál es esa estrategia? Las cartas de ofrenda visibles serán el primer punto al que atender, de ahí que todo cambie de un encuentro a otro.

De poco va a servir comenzará a reunir máscaras si ninguna de las ofrendas visibles las pide, a menos que queramos ahorrar para el futuro. Combinadas con las cartas de patrimonio, encontraremos un primer camino por tomar.

Nakum

Recordamos que al principio recibimos tres de estas cartas. No podrán cambiarse, pero el orden en que las bajemos (si es que llegamos a jugar todas) tendrá mucho por decir.

Puesto que todos atendemos a las mismas ofrendas, es lógico que nuestros planes se crucen. Aquí aparece la interacción entre jugadores. En Nakum no sólo peleamos por los mejores puestos, sino que nos «ayudamos» unos a otros.

A la hora de colocar un trabajador, pensaré en el beneficio que necesito, pero también en el que el rival quiere. ¿Necesita pieles? Pues me coloco en esa casilla, sólo por el hecho de fastidiar. Ya sacaré provecho a esas pieles extra más adelante…

No es lo único en lo que pensar. Para ubicarse en un campamento, es preciso que una de las acciones básicas de la loseta, como mínimo, esté ocupada. Se abren los quebraderos de cabeza.

¿Si me pongo en esta acción básica, estaré favoreciendo que el amarillo ocupe ese campamento? ¿Cómo puedo guiarle para que me permita pisar el campamento? Hay guerra por los mejores espacios y, como elemento original, ese afán por la necesidad.

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Fastidiamos y nos necesitamos. Algo aparentemente contrapuesto es lo que da sentido a Nakum. De ahí que los pequeños fallos a la hora de colocar se acaben pagando tan caros. Un pequeño beneficio para mí, podría abrir las puertas del paraíso al de al lado. La atención y la concentración deberían evitarlo.

En las partidas a dos, la interacción continúa siendo grande. Se soluciona, en parte, descubriendo una única loseta en la preparación. Es cierto que una vez que esté todo el mapa visible, nos cruzaremos menos con el oponente.

Haber reclutado a todos los trabajadores contribuye a encontrarse más. No olvidemos que los campamentos se agotan, lo que también propicia los encuentros.

A cuatro, los espacios escasean, lo que se soluciona incorporando casillas que pueden ser ocupadas por dos jugadores. De lo contrario, las posibilidades quedarían reducidas al máximo.

En Nakum no todo es recoger recursos para completar ofrendas. Sin ir más lejos, centrarse en ello es el mayor error. Dedicar todo el esfuerzo a una que apenas nos dará puntos no merece la pena, aunque no siempre tendremos las mismas opciones delante.

Es lógico que cuanto antes aumentemos el tamaño de nuestro clan, más acciones podamos realizar. ¿De qué serviría reclutar trabajadores cuando ya hemos perdido tantos turnos? Por suerte o por desgracia, la loseta de reclutamiento no siempre será de las primeras en explorarse.

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Es importante apostar por el equilibrio. No gana el primero en realizar dos ofrendas, sino el que más puntos lleve. Lo que hagamos durante la partida puede marcar la diferencia. Conseguiremos puntos con las cartas de patrimonio. Con las de mercado.

Aunque el tiempo es el enemigo, no está de más gestionarlo. Quizás merezca la pena renunciar a un turno para bajar esa valiosa carta de patrimonio o para visitar el mercado. Las cartas que recompensan con recursos no dan puntos, al contrario que las que muestran efectos.

Nueva decisión ante nuestros ojos. ¿Me llevo dos máscaras en el momento, sin puntos para el final, o las consigo con un intercambio, con sus puntos?

Está claro que un pequeño esfuerzo merece la pena. Entre los efectos de las cartas de mercado también encontramos robos de puntos a otros jugadores o bloqueos. Por si no hubiese suficiente interacción. Las visitas al Pituk, aunque sean las menos habituales, no deben pasarse por alto. Sirven para desbloquear y, por supuesto, para truncar planes.

Los puntos también se obtienen en los campamentos, al explorar (como una carrera a contrarreloj) y en los recursos sobrantes al final de la partida. Con ello, el recuento es emoción pura. Puesto que el final de la partida queda en manos de los jugadores, es imprescindible no quitar el ojo de los tableros ajenos.

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Ocurre, y mucho, que alguien lleva un control de puntos incorrecto. Cree que va a ganar y completa su segunda ofrenda. La decepción llega al comprobar como se ha dejado los puntos extra de los recursos del almacén de la izquierda.

Nakum está testeado, y mucho. Se nota en la agilidad de las partidas y en unas puntuaciones que tienden a ser muy parecidas. Obliga a no confiarse, ya que un punto arriba o abajo será decisivo. Los empates son habituales, pero por suerte, se solucionan de una manera justa.

Con todo ello, funciona de maravilla. Introduce los puntos que los más exigentes reclaman en un ‘euro’ (con esa necesidad de los demás), a la vez que sirve como iniciación a los novatos, de cara a títulos más complejos. Nakum es un juego de reglas muy sencillas.

Es momento de esperar a su campaña, prevista para el 1 de diciembre. Quizás, la fecha no juegue demasiado a su favor (es época de adquirir regalos navideños). Su estética también puede alejar a quienes busquen dibujos elaborados y repletos de detalles.

Sin embargo, hará las delicias de quienes buscan un enfoque funcional, de cara unas mecánicas adictivas. Juegos pequeños, de ésos que guardan secretos bajo su tapa. Rejugabilidad. Títulos que reúnan, en una misma mesa, a jugadores con distinta experiencia.

 

COMPONENTES DE NAKUM

  • 7 Losetas
  • 20 Cartas de Mercado
  • 12 Cartas de Patrimonio
  • 10 Cartas de Ofrenda
  • 4 Tableros de Jugador
  • Tablero de Puntuación
  • 16 Meeples de Trabajador
  • 17 Cubos Negros
  • 12 Cubos Blancos
  • 4 Discos
  • Marcador de Jugador Inicial
  • Instrucciones (castellano)

 

Las fotografías están tomadas a partir de su prototipo, por lo que no corresponden al diseño final.

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