Una cena. Un asesinato. Todos los invitados son sospechosos. Uno es el asesino. No estamos ante una novela de Agatha Christie (que también), sino ante un juego de misterio descargable. A medio camino entre juego de mesa, juego de rol y sala de escape, funciona como el complemento perfecto a cualquier reunión navideña.

Un año más, hemos decorado la casa con adornos tradicionales. La visita al supermercado se ha traducido en un menú exquisito, acompañado de la mejor de las bebidas. Podría estar todo listo, a menos que quisiéramos que la originalidad se colase en los planes. A menos que busquemos una noche inolvidable. A menos que soñemos con el título de mejor anfitrión del siglo.

UN VIAJE AL LEJANO OESTE

Las cenas de misterio con asesinato son una forma original de sorprender. Un regalo en sí mismo. Un guía nos introducirá en la trama, donde los propios invitados son sospechosos de cometer un crimen. Nos dejaremos llevar entre traiciones y alianzas, ya sea en casa o en nuestro restaurante favorito.

El Juego de Misterio Wild West se presenta como un plan perfecto no sólo para Navidad, sino para cualquier otra época del año. Sólo necesitamos fijar una fecha y una hora y reunir a diez personas en un mismo espacio. A partir de ahí, comienza la acción. Incluso para el anfitrión. Es un reto descargable, indicado desde los 14 años.

La trama nos arrastrará hasta 1881. Concretamente, hasta Ciudad Irregular, ubicada en el Lejano Oeste. La paz está presente en todo el territorio, lo que se traduce en unos habitantes felices y tranquilos, que reciben a los forasteros y a las tribus de la mejor forma posible.

La dueña del saloon de moda, Lily Blanco, propone celebrar esta próspera situación. Organiza una fiesta, donde sus invitados lucirán las mejoras galas. Por si las moscas, no olvidarán sus armas. Al fin y al cabo, la calma nunca dura demasiado…

Así, se verán envueltos en un crimen. Todos los asistentes son sospechosos de asesinato, por lo que presentarán sus defensas ante las acusaciones. Aunque todos tengan sus motivos, será momento de encontrar al verdadero culpable. La deducción, la investigación y la intuición no tardarán en entrar en escena.

El trabajo del anfitrión

Esta propuesta tiene una ventaja respecto a otros títulos similares: el anfitrión también forma parte de la acción. Deberá organizar la velada, pero podrá formar parte de ella como un personaje más, sin ser un mero espectador.

Una vez adquirido el juego, leerá las sencillas instrucciones e imprimirá y recortará los archivos. Será momento de contactar con los creadores para recibir unas invitaciones personalizadas. Las enviará a sus invitados. Si les invita a ir disfrazados, la experiencia resultará más satisfactoria. No son necesarias grandes complicaciones. Unos pocos detalles de ambientación harán mil maravillas.

Si lo desea, decorará la estancia para aproximarse a la temática. Sabiendo que se desarrollará en un saloon del Salvaje Oeste, algunas botellas y tapetes serán suficientes para viajar sin movernos de casa. Por descontado, no deberá olvidarse de la música de acompañamiento.

Las puñaladas en 150 minutos

Suena el timbre. Los invitados, con sus enormes sombreros, hacen acto de presencia. El enterrador. La cazarrecompensas. El vaquero. Toman asiento. ¿Qué le pongo de beber? Esto promete. Las presentaciones dan paso al crimen. A la verdadera acción. El anfitrión podrá explicar la mecánica o, simplemente, poner los audios que incluye el juego.

Uno de los invitados es culpable. Todos intentarán demostrar su inocencia. Hasta aquí todo sencillo, de no ser porque la mentira está permitida. ¿De verdad me estás diciendo la verdad? Debemos tener en cuenta que no es posible negar algo que nos vieron hacer. Tampoco, decir que no hemos estado en un lugar cuando hemos sido vistos.

Los hechos no podrán negarse, pero las excusas son válidas hasta que nos pillen. Si no somos el criminal, disfrutaremos uniendo pistas. Elaborando teorías conjuntas. Si lo somos, la diversión llegará al guiar a los demás por el camino equivocado. Al traicionar, acusando a otros. Al descubrir como incluso los inocentes se pegan puñaladas.

En total, serán dos horas y media de misterio, donde el anfitrión quedará tan sorprendido como los propios invitados. El resultado será una noche inolvidable, que seguro querremos repetir en cumpleaños o en fechas señaladas. O, simplemente, buscaremos excusas para reunirnos en torno a una nueva historia.

Los ganadores se llevarán, de recuerdo, diplomas por su victoria. Los demás jugadores habrán participado en una reunión que permanecerá en su memoria durante mucho tiempo. Es probable que insistan al anfitrión en organizar un nuevo caso o que incluso se animen ellos mismos a prepararlo.

Reunir a diez amigos o familiares no siempre es fácil. Tendremos que tirar de varios grupos, lo que implica falta de confianza entre determinadas personas. Un juego de misterio es capaz de unir lazos en cuestión de minutos, sin que sea necesario sufrir para romper el hielo. Nadie se queda aislado.