Ser invisible, no tengo ninguna duda. Cierro los ojos. Como si realmente lo hubiese vivido, me vienen a la mente planes fantásticos de mi infancia. ¿Sabes eso de soñar tanto con algo que tienes hasta recuerdos reales? Pues eso.
Recorrí un enorme centro comercial, llenando los puños de chuches (y los bolsillos, que siempre hay que ser previsor). De chocolate. Después, me colé en la habitación de mis padres para saber qué regalos iba a tener en mi cumpleaños. Por si acaso tenía que lanzar indirectas después.
Ya casi al anochecer, visité el parque de atracciones. Bueno, este recuerdo tiene sus matices. Los encargados de activar la montaña rusa ya acababan su turno, así que había que hacer algo. La verdad es que, casi treinta años después, no he encontrado la solución a este problema. Quizás, debería pensarlo a fondo, por si alguna vez consigo… «¡Ya!». Invisibilidad ‘4ever’. Abro los ojos. Teletransporte. ¿Cómo que teletransporte? Reseñamos Meca! ¿Qué prefieres?
UNA CAMPAÑA EN VERKAMI
Meca! ¿Qué prefieres? se presenta mediante una campaña de búsqueda de financiación en Verkami. Es un ‘party’ familiar, sin límite de jugadores, con competiciones de 10 a 15 minutos. Lleva la firma de Meca y Eso, sello asturiano.
Su precio durante la campaña es de 30 euros (27 para los más rápidos), en una recompensa que incluye el juego, los extras desbloqueados y los gastos de envío a la Península. Si alcanza los 4.000 euros marcados como meta inicial, será una realidad en el mes de agosto.
Mediante unas reglas rápidas y sencillas, nos pondremos en la piel de los rivales. La victoria será para el que conozca mejor al resto, tirando de deducción, de lógica y de recuerdos. La experiencia se completa con la llamada Versión Dado, compuesta por pruebas aleatorias.
MECA!: UNA PARTIDA
Antes de empezar, cada jugador se hace con un objeto, a modo de ficha. No necesitaremos grandes complicaciones, ya que un céntimo o un botón son más que suficientes. Barajamos el mazo de tarjetas y las situamos al alcance de todos. El primer jugador levanta la primera, mira las dos opciones y cierra los ojos.
En sentido horario, los demás colocarán su ficha en la opción que crean que el jugador en turno prefiere. Por ejemplo, tener cola de caballo en lugar de un cuerno de unicornio. Sin abrir los ojos, anunciará su preferencia. Los abre y se reparten los puntos.
Cada acertante se anota uno. El siguiente repite la misma mecánica. Tras dos rondas, el ganador será quien haya sumado la mayor puntuación.
Versión Dado
La preparación es la misma que en el modo básico. Tras levantar una carta, el jugador en turno lanzará también el dado. Si el resultado es un ‘1’, habrá que determinar qué prefiere la persona de la derecha. Será ésta la que cierre los ojos mientras colocamos la ficha en la que creemos que es su preferencia.
Con un ‘2’, el efecto es el mismo, aunque con la persona de la izquierda. Con un ‘3’, es el jugador en turno quien cierra los ojos. Los demás colocan su ficha en su opción predilecta. Sin abrir los ojos, tendrá que acertar la mayoritaria. Con un ‘4’, el ejercicio es igual, aunque con minorías.
Al obtener un ‘5’, el jugador en turno cierra los ojos. Los demás colocan su ficha en la que creen que será su preferencia, que anunciará antes de abrirlos. Por último, con un ‘6’, quien lanzó el dado escoge una de las cinco pruebas anteriores.
Los aciertos se recompensan con un punto. Pasamos el turno al siguiente y así durante dos rondas. Como en el caso anterior, la victoria será para el que haya acumulado más puntos.
MECA!: CONCLUSIONES
¿Pero a ti qué te pasa? Apuesto lo que quieras a que alguna vez, en todos estos años, te he contado mis ansias por la invisibilidad. De hecho, no descarto cambiar de profesión y meterme de lleno a investigar el tema. Peor para ti, has perdido la oportunidad de ganar un valioso punto.
Resulta que te conozco bastante. Y ti y al de al lado, con el que por cierto, sólo he coincidido dos veces en toda mi vida. Mi turno. Amor o dinero. Cierro los ojos. Si antes no había dudas, ahora mucho menos. Como no aciertes, estarás pisoteando nuestra amistad. Dinero, ‘of course’. Muy bien, desconocido. Muy mal, mejor amiga.
¿Desde cuándo el dinero no está por encima de todas las cosas? ¡Nadie valora más que yo las cosas materiales! «Ya, pero el amor…». El amor, nada. Para amor el que sentiría por mi colección de Game & Watch. Por mi yate. Por mi mansión, con su piscina de tiburones. Que sepas que, si algún día la tengo, serás el aperitivo de mis pececitos.
Meca! ¿Qué prefieres? es un reflejo de la sintonía de Meca y Eso. Estamos ante un proyecto local, ideado en Asturias, que sigue la fórmula de coleccionar momentos en lugar de cosas materiales (aunque la protagonista de nuestra historia no esté muy de acuerdo con la idea).
Sin ir más lejos, su propio título ya hace alusión a una expresión asturiana sinónimo de alegría. Unas cuantas tarjetas son suficientes para crear una tarde inolvidable, al aire libre. Una noche repleta de risas, en casa. A disfrutar tanto fuera como dentro, no es un complemento a las reuniones sociales, sino una actividad en sí misma.
No revoluciona el género ‘party’, ni tampoco lo pretende. Lo que busca es aportar diversión máxima, mientras descubrimos si nos conocemos los unos a los otros. E incluso a uno mismo. Se nos plantearán temas muy originales en los que posicionarse, sin dobles sentidos. Cada opción es clara.
Sabemos si somos más de escondite que de pilla pilla. De mentir o de detectar mentiras. De pedir perdón o permiso. Quizás, las cosas no estén tan claras cuando se trata de branquias o de alas. De tanque o submarino. Meca! combina unas preferencias básicas, capaces de definir a una persona, con ideas caóticas.
Antes de empezar, todos deberán tener claro que las trampas están prohibidas. Es muy fácil hacerlas, pero arruinan por completo la experiencia. Fingir que realmente tenemos los ojos cerrados, cuando no lo están, echará por tierra toda la partida. Ganaremos, pero no nos divertiremos.
Aunque nos puedan el reconocimiento y la gloria, más nos vale portarnos bien. A partir de ahí, comprobaremos cómo nos conocen los demás. En su modalidad básica, es recomendable que haya cierto grado de amistad entre los participantes para evitar movernos únicamente por el azar.
Haremos uso de la memoria, recordando conversaciones sobre el tema. Viajes. Es posible que algunas conversaciones nunca se hayan dado, pero la forma de ser de nuestro amigo ya nos dará bastantes pistas de sus preferencias. De forma resumida, el más atento tendrá grandes posibilidades de hacerse con la victoria. Eso sí, conviene no enfadarse con los despistados… ¡Nada de reproches!
Si no nos conocemos tanto, o queremos cambiar, tenemos la Versión Dado a nuestra disposición. Es todavía más fiestera que la anterior, con sus diferentes pruebas. Tampoco reinventa, puesto que la opinión mayoritaria o minoritaria ya forma parte de otros ‘party’, como el recién estrenado Mente Vacuna.
El cambio de pruebas le aporta un toque más fresco. En nuestro turno tendremos posibilidad de ganar un punto, si la cosa va de preferencias ajenas, o de permitir que los demás lo ganen. La mecánica no es tan cuadriculada, con finales de partida más inesperados.
Ahora bien, ¿hasta qué punto Meca! es rejugable? La versión final constará de más de 50 tarjetas a doble cara (entre impresas y en blanco), lo que genera más de 100 dilemas. Es posible jugarlos todos en una misma noche, teniendo en cuenta que el juego engancha, pero lo general es que duren una cuantas jornadas.
Al fin y al cabo, esta novedad no sólo genera risas (y algún reproche a la amistad), sino también debates interesantes. Conviene no cortarlos, sobre todo si hay unas copas de por medio. Las partidas se alargarán más de la cuenta, pero se habrán transformado en conversaciones que, de otra forma, no habrían surgido. En intercambios de opiniones sin desperdicio.
Una vez completadas todas las tarjetas, es cierto que la experiencia puede decaer. Los que tengan mejor memoria recordarán las preferencias de algunos, por lo que la competición no será tan pura. Una solución es jugarlo con otros grupos, lo que supondrá reiniciar cualquier conocimiento. Por descontado, siempre podremos pasar las tarjetas una a una, sin jugar, por el mero hecho de disfrutar de una buena conversación.
Con todo ello, Meca! es un juego divertido que, sin redefinir mecánicas, es capaz de algo muy poderoso: apartarnos de los móviles durante unas horas. Disfrutar de la compañía real, sin filtros. De las personas. Es maravilloso jugarlo cara a cara, pero esto no implica que no pueda jugarse a través de una pantalla.
Por su formato, es más que apto para utilizarlo en cualquier plataforma de videollamada. A la hora de seleccionar las opciones, basta con escribirlas o representarlas mediante iconos. No se pierde dinamismo ni rapidez.
Es compatible, además, con reglas caseras. Siempre podemos optar por turnos simultáneos, evitando copias de opciones injustas. Pensar en el amigo que no está, y al que llamaremos para conocer su preferencia. Combinar pasado y presente, para saber si seguimos teniendo la misma opinión que cuando éramos niños. Añadir una tercera opción.
El que fuera uno de los seleccionados en el VIII Concurso de Protojuegos Verkami DAU Barcelona inicia ahora una campaña de búsqueda de financiación. Directa, como el propio juego.
En ella se informa de como el juego no incluye fichas. Cualquier objeto que tengamos a mano sirve, por lo que no es algo que pueda frenarnos. No ocurre lo mismo con el precio, puesto que es bastante superior a los juegos con el mismo formato y con una cantidad de componentes similar. Puede hacer que se alcance antes el objetivo, pero también jugar en contra.
En lo que respecta al diseño, también reina la simplicidad. No hay ilustraciones que distraigan, por lo que todo el protagonismo recae en las cajas de texto, con las dos preferencias. Tampoco se echan de menos, puesto que la jugabilidad en Meca! está por encima de todo lo demás.
COMPONENTES DE MECA!
- 48 Tarjetas de Juego (doble cara)
- 5 Tarjetas en Blanco (doble cara)
- 2 Tarjetas de Puntuación
- Dado
- Instrucciones (castellano)
Las fotografías tomadas para esta reseña corresponden a su demo, por lo que no reflejan un diseño final.