Con frecuencia, se tiende a pensar que un libro o una película están detrás de todo videojuego que se precie. Históricamente, un superventas o una gran producción cinematográfica traía detrás una adaptación para consolas o PC.
¿Estrenamos película de Harry Potter? Tenemos juego como compañero. ¿Una cinta de la franquicia Disney? Ahí estaba su correspondiente videojuego. No es una tendencia que haya desaparecido, pero es cierto que está consiguiendo dar la vuelta. El videojuego ya es un elemento inspirador para el cine.
LA RELACIÓN ENTRE EL VIDEOJUEGO Y EL CINE
El incremento en la popularidad del videojuego ha permitido que esta representación cultural inspire a muchos otros sectores. Como demuestra casinos-online.es ha sido una fuente constante de inspiración para todo tipo de máquinas tragaperras. De la jugabilidad, toman prestados el riesgo y el azar. De las temáticas, la fantasía.
Un simple paseo por una librería es suficiente para encontrar obras que también recurren a los videojuegos como referencia. Las sagas Assassin’s Creed, Tomb Raider y Final Fantasy se amplían con material en forma de libros. Las populares guías de Fortnite y Minecraft completan las opciones, junto a los recopilatorios de clásicos o a títulos como Atrapado en un videojuego.
Ahora bien, ¿qué ocurre con el cine? En los últimos años, se observa un incremento de las adaptaciones de videojuegos a películas. El público reclama acción, de la mano de caras conocidas, y la industria lo sabe. Aunque no siempre se han cumplido las expectativas, encontramos obras que merecen la pena.
Los saltos destacados
Prince of Persia: Las arenas del tiempo, estrenada en 2010, nos permitió ver a Jake Gyllenhaal en pleno Oriente. Para muchos fue mero espectáculo, sin nada de sustancia más allá del entretenimiento. Para otros resultó atractiva, cumpliendo lo que prometía (más allá de los diálogos).
El juego de rol World of Warcraft también contó con la adaptación que los jugadores reclamaban. Bautizada como Warcraft: El origen, recreó fielmente un mundo de fantasía, con sus héroes y orcos. Ayudaría a entender la historia del videojuego con unos maravillosos efectos especiales.
En 2019, veía la luz Pokémon: Detective Pikachu, película que tomaba como referencia el videojuego para Nintendo 3DS con su mismo título. ¿Qué encontramos en ella? La idea era clara: ofrecer una historia conmovedora, con la amistad por bandera, en la que la intensidad y la emoción no decayeran.
El objetivo se cumplió, aunque los mayores fanáticos de Pokémon recordarían siempre la inclusión de los monstruos de bolsillo a la vida real. El aspecto de Bulbasaur, Mr. Mime, Jigglypuff o un torpe Psyduck, entre otros muchos, permanecería en la memoria para siempre.
Sin tener que retroceder demasiado (principios de este 2022), pudimos disfrutar de Uncharted en la gran pantalla. Con Tom Holland y Mark Walhlberg a la cabeza, viajamos hasta Barcelona en busca de un importante tesoro. ¿El resultado? La espectacularidad de la saga convertida en realidad.
¿Y esas críticas?
Con todo ello, el videojuego y el cine están estrechamente ligados. Sin embargo, aún queda camino por recorrer. Las adaptaciones del primer sector al segundo acostumbran a llenarse de críticas negativas, tanto antes como después del estreno.
Un personaje mal recreado, tramas aburridas y poco sorprendentes o gráficos nada trabajados son algunos de los comentarios que más tienden a encontrarse. Los jugadores son exigentes, por suerte, y no se contentan con un mero cambio de pantallas.
Exigen de un trabajo bien realizado que, con frecuencia, acostumbra a descuidarse. Por tanto, dar el salto de una industria a otra es una tarea altamente exigente que, si no se realiza con sumo cuidado, acabará convertida en una película que pase sin pena ni gloria por las salas o las plataformas.
