Los tiempos han cambiado. No pretendemos ponernos en plan abuelo, pero sí que queremos reflexionar sobre el paso del tiempo en el mundo de los videojuegos. Hace pocos años (o quizás, bastantes), el día más feliz del año era aquél en el que acudíamos al estanco a pillar el cartucho de juegos recopilatorios para Game Boy.

Llegábamos a casa y jugábamos en la cama. En el sofá. En el suelo. Por más que ese «deja un rato la maquinita» se repitiese una y otra vez, era un no parar. No necesitábamos más. ¿O sí? En aquel momento creíamos tenerlo todo. Es ahora cuando nos damos cuenta de que unos cuantos accesorios nos hubiesen ahorrado más de un dolor de espalda, entre otros problemas.

LOS ACCESORIOS GAMING

Una vez que descubres algo, sabes que lo necesitas para toda la eternidad. Ser gaming en el siglo XXI es algo más que tener el juego de moda. Es una forma de vida y, por tanto, nuestro entorno se adapta a ella. Es donde entran en escena los accesorios gaming.

Todo gamer que se precie tendrá una habitación gaming. O soñará con crearla. Será un espacio en el que pasar largas horas. Contará con monitores para acompañar a la consola o al ordenador. Con mesas en los que apoyarlos. Las paredes estarán decoradas con merchandising de sus videojuegos favoritos. ¿Y qué falta? En efecto, algo en lo que apoyar el trasero.

Los puffs gamer

A los amantes de las últimas tendencias les interesará saber que los puffs son un recurso esencial en un espacio de juego. De hecho, existe una tienda de puffs gamer online. ¿Ventajas respecto a las sillas? Son mucho más económicos, ocupan menos y, además, le otorgarán un toque moderno a tu espacio. Es más que evidente que los creadores de los puff gamer conocen a la perfección a los jugadores y sus necesidades.

Estos «sacos» han evolucionado tanto que se han adaptado, también, al mundo gaming. Al mobiliario. Los que se conocen con el nombre de Puff Gamer PRO son válidos tanto para adolescentes como para adultos (también hay una gama para niños). La misión es clara: ofrecer horas de comodidad frente a la consola sin riesgo de dolores de espalda ni de cuello.

Se diferencian de los otros puffs en que son los que presumen del respaldo más alto de toda la gama. De esta manera, resultan totalmente ergonómicos tanto para la espalda como para la cabeza. Permiten recostarse y levantarse con total facilidad.

Están recomendados tanto para las partidas en modo portátil como con monitor, por lo que harán las delicias de jugadores de PlayStation, Xbox y Nintendo Switch. Si queremos tener una experiencia completa, debemos saber que existe un pack que incluye reposapies y cojín. Por su parte, los Puff Gamer Pirámide están pensados para niños y adolescentes.

Para que tengamos todo al alcance de la mano, ambos modelos cuentan con un bolsillo bordado en el que dejar los mandos. De hecho, también caben unos cuantos juegos, por lo que contribuyen a tenerlo todo ordenado. Somos conscientes de que no todos tenemos la suerte de tener una habitación específica para videojuegos.

Nos trasladamos al salón cuando está libre. Cuando nos «echan», volvemos a la habitación. Otra de las ventajas de estos accesorios es que tienen asas para que el movimiento del puff entre estancias no cueste trabajo. Están fabricados con piel sintética, por suerte, por lo que las pieles de animales quedan excluidas.

No por ello renuncian a la calidad. Ofrecen la mayor de las resistencias y un mantenimiento muy práctico. Se presentan en una amplia variedad de colores para que encajen a las mil maravillas en casa. La excusa de «esto no pega» quedará excluida.

Al utilizarlos en las reuniones de amigos y familiares en torno a la consola, serán un premio en sí mismo. Todos querrán jugar sobre estos accesorios gaming, por lo que es frecuente empezar a turnarse entre puffs y sofá. ¿Qué tal si este cotizado asiento empieza a disfrutarlo el último que haya ganado?

Una buena lámpara

Tenemos la consola, el juego y el puff gamer. Las sesiones de juego se alargan hasta bien entrada la tarde. Hasta bien entrada la noche. Podemos contentarnos con pulsar el interruptor de la sala para encender las luces o con algo más sofisticado: una lámpara gaming.

Básicamente, estamos ante un elemento decorativo. No darán más luz que las bombillas de casa, pero sí que ofrecerán una atmósfera que invite a seguir jugando. Las encontraremos de todos los estilos. De hecho, es habitual que ofrezcan más de un modo. Uno para una luz tenue, la fiel compañera de una interesante aventura. Otro que parpadea, ideal para los momentos de acción frenética.

A la hora de decantarnos por una o por otra, es básico mirar el precio y esos modos. El tamaño, habiendo escogido previamente el lugar en el que vamos a colocarla. Sin embargo, lo más importante en este caso es la temática. Porque no es lo mismo ser un nostálgico de PlayStation que de Super Mario.

Cascos y altavoces, accesorios gaming

La situación perfecta sería tener tanto cascos como altavoces, dos accesorios gaming básicos. Los primeros están pensados para el juego en solitario. Para aislarnos de la vida real. El jugador disfrutará con ellos de una experiencia inmersiva, sin distracciones. El éxito o el fracaso en ese ‘shooter’ dependerá únicamente de su habilidad.

Los altavoces sirven para que el sonido ocupe cada rincón de la estancia. Son básicos cuando vamos a jugar en grupo en una misma habitación o cuando queremos sumergirnos en la mejor de las bandas sonoras. Es decir, cuando adoremos envolvernos al máximo en la melodía sin que importe tanto el detalle.

Si sólo podemos elegir uno, lo importante es atender a la calidad del producto. Que ofrezca las mejores prestaciones en cuanto a sonido. Que vaya a durar. Para escoger uno u otro, tendremos que hacer balance de si disfrutamos de la soledad cuando hay juegos de por medio o si somos sociables frente a la consola.