Tómate un descanso. Intenta volver a la mente de tu yo de doce años. ¿Cómo pensabas que sería tu vida adulta? O, mejor dicho, ¿cómo querías que fuese? Tal vez, te imaginabas a un adulto viajando por el mundo. Quizás, a una persona que viviese en una mansión, rodeada de perros, gatos, tortugas y patos enanos.

Ojalá hayas conseguido tu objetivo. ¿No ha sido así? En este caso, te diremos que no estás solo. También soñábamos con viajar cada semana. Con una vida de lujo. Nos quedan dos caminos: resignarnos o empezar a construir, aunque sea poco a poco, esa ilusión. Una mesa de futbolín puede ser el comienzo de todo…

Hay juegos que nunca pasan de moda. Que emocionan igual sin importar los años que tengamos. Que unen a pequeños y a mayores. Que nos invaden de nostalgia. Hablamos de ese futbolín. Del ping-pong. Del billar. RS Barcelona traslada los grandes clásicos de bar a tu casa. Spoiler: no hace falta tener jardín para disfrutar de estas mesas.

 

LAS MESAS DE JUEGOS EN INTERIORES

Crear una sala de juegos no es tan complicado. En primer lugar, debes saber qué es lo que quieres, ya no sólo en base a tus gustos, sino a tus necesidades. Cuando todos sepan que has creado una, toda reunión de amigos se celebrará en tu casa. Las reuniones familiares, también.

Pasarás horas rememorando décadas anteriores, en tu bar favorito. Empezarás a generar nuevos recuerdos. De los buenos. Si no tienes la suerte de contar con una habitación extra para ello, es momento de que escojas una mesa para el salón. ¿Qué tal un pequeño futbolín? ¿Una de ping-pong que puedas utilizar en tu día a día como mesa convencional?

Me quedo con el futbolín

Las mesas de futbolín se definen como «la reinterpretación de un clásico de la cultura del juego». A sus fabricantes no les falta razón. Tras un sencillo montaje, será hora de escoger equipo y de empezar a marcar goles.

Los futbolines de interior te cabrán en cualquier rincón. No sólo escogerás el diseño de la estructura (con toques coloridos o tradicionales, en función de los muebles que ya tengas), sino la estética de los jugadores. En algunos modelos, podrás optar por equipaciones estándar o por personalizadas. Las futbolistas mujeres estarán presentes. Los equipos mixtos.

Elegirás las camisetas de tus equipos favoritos. O de los que protagonizan un clásico por excelencia. Escogerás los logos. El color del campo. El objetivo es que tengas una pieza única de la que te sientas orgullos. De la que presumir ante tus colegas.

Ping-pong, la mesa más practica

Si optas por una mesa de ping-pong, te llevas un doble producto. De esos dos en uno. Por un lado, tendrás la mesa de ping-pong. Podrá tener las medidas reglamentarias o ser de un tamaño más pequeño, de tal forma que se adapte a tu habitación. Por otro, podrás utilizarla como mesa normal para trabajar o para disfrutar de juegos de mesa.

Empezarás una cena en ella. Una vez que se hayan acabado los postres (y los chupitos), la limpiarás para utilizarla como mesa de ping-pong. Bastará con tomar un par de raquetas y una pelota para seguir con la fiesta.

Destacan por ser mesas elegantes. Como ocurría con las anteriores, también podremos escoger el color e incluso el material, como el roble o el nogal. Resultan ideales para quienes buscan la discreción y la armonía, sin renunciar a la diversión.

Billar ‘4 ever’

Lo tuyo es el billar. De acuerdo. ¿Y a qué esperas para pillar una mesa de billar? Las mesas para interior te invitarán a bajar luces, a disfrutar de una buena bebida y a poner la mejor música. Las tienes en diferentes medidas y modelos. Al igual que las de ping-pong, algunas podrás utilizarlas como mesa convencional.

Como curiosidad, existen los carritos en los que guardar todos los accesorios, como palos, bolas y la tiza. Así, ahorraremos tiempo a la hora de buscar esa maldita tiza que se empeña en esconderse cada noche, y evitaremos las manchas que generan los palos cuando se apoyan en la pared.

 

LAS MESAS DE JUEGOS EN EL EXTERIOR

Bien, eres de los afortunados que tiene jardín. O una terraza amplia. O una casa en el pueblo con patio. Puedes elegir mesas para exterior. De hecho, te recomendamos que optes por ellas, y no por una para interior.

El motivo es asegurar la durabilidad. Las creadas para disfrutar al aire libre están fabricadas con materiales resistentes a la humedad y al óxido, siempre y cuando las cuidemos. Por tanto, es importante que te decantes por aquéllas que se ajusten al entorno y que sobrevivan, así, un millón de años.

Al igual que no expondrías la delicada mesa del comedor a las condiciones meteorológicas, tampoco lo harías con una mesa de juego. Si puedes, colócale una funda protectora cuando no la utilices. No te llevará más de dos minutos y estarás alargando su vida útil.

Hay diferencias entre mesas de interior y de exterior, lógicamente. Sin embargo, todas tienen en común que sirven tanto para fiestas y reuniones de amigos como para entornos de trabajo. Para que tus empleados se relajen entre duras jornadas y potencien el trabajo en equipo. Para amenizar los descansos.

Por supuesto, las puedes utilizar si tienes un bar o un local, compartiendo los gastos. Son el complemento perfecto a una sala de ocio pequeña. Harán las delicias de los asistentes en una asociación (en especial si es de juegos de mesa) y en unas jornadas recreativas.