Girasoles es un juego de mesa en desarrollo. Lo presenta en redes sociales Ludo, Asociación de Creadores de Juegos de Mesa. Es un reto competitivo en el que se dan cita mecánicas como la gestión de recursos, el control de áreas, la colocación de trabajadores y el draft. Los cuervos y los espantapájaros están presentes.
¿CÓMO SE JUEGA A GIRASOLES?
Debemos tener en cuenta que Girasoles es un prototipo, por el momento, por lo que las reglas y los componentes no son definitivos. No cuenta con planes de lanzamiento confirmados.
Firmado por Miguel Perotti Prado, es una competición entre 2 y 4 participantes, de 30 a 45 minutos de duración. Está indicada a partir de los 8 años. Se compone de tablero, losetas, cartas, meeples y fichas.
Nos propone plantar girasoles y recoger pipas en un escenario compartido. Todos trabajaremos en el tablero central. El turno consiste en realizar hasta tres acciones, entre ocho disponibles. Podemos repetir la misma todas las veces que queramos.
Así, recogeremos agua (dos cubos azules) o compraremos un girasol. Equivale a adquirir una carta del mercado a cambio de un número variable de cubos de sol. Reclamaremos un territorio, colocando un trabajador y un cubo azul en una loseta libre.

Es posible plantar un girasol, colocando una carta de girasol en una loseta propia con un brote verde. Siguiendo con las acciones, rotaremos un girasol 90 ó 180 grados, y moveremos un cuervo, realizando un movimiento en línea recta y robando una pipa de cada girasol adyacente que no esté protegido por un espantapájaros.
Las últimas posibilidades nos llevan a desplazar un espantapájaros, para proteger las cuatro casillas adyacentes, y a recoger las pipas de los girasoles propios. La orientación resulta fundamental y es que al final del turno todos los girasoles que apunten al sol se traducen en una pipa.
La partida termina al agotarse los cubos amarillos de las áreas solares al final del turno. Haremos recuento de puntos, procedentes de los grupos de girasoles adyacentes de un mismo color y de las pipas. Gana la persona con la mayor puntuación.
A través de unas mecánicas sencillas, su autor consigue representar el movimiento del sol, de tal manera que las oportunidades van variando. En medio de esta carrera constante «es importante planificar bien cada acción y adaptarse al ritmo solar para cosechar al máximo», indica. El factor suerte es mínimo, al contrario que la planificación estratégica.





