Si por algo destaca el juego de mesa Cleopatra y La Sociedad de Arquitectos, es por su atractivo diseño. Hay que reconocer que cuenta con unas reglas emocionantes, que dan lugar a partidas repletas de competición, de planes estratégicos y de gestión de recursos. Pero no sería lo mismo si su caja no estuviese tan llena de todo tipo de componentes.
Incluye cartas, fichas, dados y pirámides y piezas en tres dimensiones, que se colocan sobre distintas láminas encima de la parte inferior de la caja. Esto da lugar a una cantera con esfinges, obeliscos, muros con columnas y trono, para que no estemos ante un juego de construcciones abstractas.
Es lo lógico, puesto que el arquitecto que haya recaudado más talentos se convierte en el ganador de la partida. Eso sí, es muy sencillo recurrir a los amuletos de corrupción para ganar talentos y, si se abusa de ellos, la partida puede ser un fracaso. Y es que, Cleopatra ha decidido que el jugador más corrupto sea arrojado a los cocodrilos sin piedad alguna…
Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestro sitio web. Si continúa utilizando este sitio asumiremos que está de acuerdo.Estoy de acuerdo