Los amantes de los tableros individuales están de enhorabuena. Son los protagonistas de Cacao, el nuevo juego de Devir y, a través de ellos, es posible una perfecta gestión de recursos.
Los jugadores se ponen en la piel de jefes de una tribu, que tratarán de convertir a su pueblo en el más rico de todos. La producción y la venta de cacao juegan un papel clave, pero también la construcción de templos, los cultos al sol y la figura del aguador.
DE LA ALDEA A LA SELVA
Cacao es un juego de mesa de 2 a 4 jugadores, con partidas de 45 minutos de duración. El objetivo es convertir la aldea en la más próspera y rica, por lo que el jugador con la mayor cantidad de oro será el ganador de la partida.
Para conseguir el oro, es necesario hacerse un hueco entre las producciones de cacao, vender el producto al mejor precio en el mercado y explotar las minas de oro. Para ello, cada jugador envía a la selva a sus recolectores, que tendrán también un segundo objetivo: construir templos que reporten más oro al final de la partida.
Mediante los tableros individuales, los jefes de las tribus administrarán el cacao y controlarán a la figura del aguador. Este trabajador se moverá a través del río y, en función de su posición, proporcionará o restará monedas, también al terminar la partida. Y, en un mundo protagonizado por el alimento de los dioses, no podía faltar el culto al sol, que puede utilizarse para dos fines distintos.
¿CÓMO SE JUEGA A CACAO?
Cada jugador escoge un color y recibe el tablero individual y las losetas de recolectores correspondientes, así como su aguador. Éste se colocará en la casilla marcada con un -10 en el río de cada tablero. Respecto a las losetas de recolectores, se barajarán y se colocarán boca abajo, formando una pila. Cada jugador roba tres losetas de su pila, que van a parar a su mano.
Por último, se coloca una loseta de plantación simple y una de mercado con precio de venta 2 de manera diagonal en el centro de la mesa. El resto de losetas de selva se barajan y se dejan a un lado. Las dos primeras se colocan boca arriba, dando comienzo la partida.
En su turno, cada jugador llevará a cabo tres acciones: colocar una loseta de recolectores, llenar los espacios de selva (si fuera posible) y realizar las acciones correspondientes a estas casillas de selva. A continuación, robará una nueva loseta de recolectores para tener tres en la mano, repondrá las dos casillas de selva si han sido gastadas y pasará el turno al siguiente jugador. En el momento en que todos hayan colocado su última loseta de recolectores, la partida termina.
Pero vayamos por partes. Colocar una loseta de recolectores, primera acción de cada turno, implica poner una de las losetas de la mano al lado de una loseta de selva, de manera que no se encuentre adyacente a ninguna otra loseta de recolectores. El jugador puede colocarla en la orientación que desee, atendiendo al número de recolectores que aparezcan en ella (una loseta puede estar formada por un recolector en cada lado, por dos, por tres o por ninguno).
Si al colocarla se crean espacios vacíos, el jugador debe rellenarlos con losetas de selva, más concretamente, con las que se encuentran boca arriba. A continuación, se efectúan acciones en consecuencia a las losetas de recolectores colocadas. Y, por último, las acciones correspondientes a los espacios de selva que se hayan llenado, lo que puede afectar a jugadores que no estén en su turno.
¿Y en qué consisten estas acciones? Existen losetas de plantación, de mercado, de mina de oro, de cenote, de centro de culto solar y de templo. Las losetas de plantación darán tantas fichas de cacao al jugador como recolectores adyacentes a ella tenga. Algunas de ellas son dobles, ofreciendo un mayor beneficio. Los cacaos se colocan en sus casillas correspondientes del tablero individual y pueden tenerse un máximo de cinco.
Las losetas de mercado permiten vender tantos frutos como recolectores adyacentes existan. Éstas presentan precios diferentes, que permiten vender cada cacao a precio de dos, tres o cuatro monedas. Por su parte, las minas de oro ofrecen monedas al instante, cuya cantidad también variará en función de los recolectores de la loseta. Colocar una loseta con recolectores adyacentes a un cenote servirá para hacer avanzar al aguador una o varias casillas por el río. Éste pasa de los valores -10 a 16 y, al final la partida, cada jugador recibirá (o se restará) tantas monedas como indique su posición.
Las losetas de culto solar proporcionan fichas de sol, que también se colocarán en los tableros individuales. Cada ficha conservada al final de la partida se canjeará por un oro, aunque también pueden utilizarse (y perderse) a lo largo de la partida. En el momento en que no queden losetas de selva, un jugador puede utilizar una ficha de sol para colocar una loseta de recolectores sobre otra que él mismo haya colocado anteriormente. Así, podrá beneficiarse de los efectos de las losetas adyacentes.
Por último, existen las losetas de templo. El jugador que posea más recolectores alrededor de una loseta de templo, obtendrá seis monedas al final de la partida. El segundo con más recolectores, recibirá tres. De esta forma, una vez finalizada la partida, se hará un recuento del oro y se le sumará (o restará) el obtenido por el aguador, una moneda por cada ficha de sol conservada y el resultado a la construcción de templos. El jugador más rico, será el ganador de la partida.
CONCLUSIONES DE CACAO
Cacao podría ser uno de los juegos de mesa mejor organizados de la historia. Nada más abrir la caja, encontramos que cada pieza tiene su compartimento, incluso las pequeñas figuras de los aguadores. Muchos jugadores disfrutarán así ordenando cada componente, casi tanto como jugándolo. Con un juego con el espacio perfecto, es decir, sin los compartimentos que nunca se utilizarán y sin necesidad de sentarse encima para cerrarlo, las bolsitas se vuelven prescindibles.
¿Y qué hay de su jugabilidad? Sus reglas de juego son muy sencillas de entender y de explicar y sus instrucciones las muestran de manera muy esquemática. En cada turno siempre se lleva a cabo la misma mecánica, lo que contribuye a recordarlo y a acercar el juego a los principiantes a los juegos de mesa. Sin embargo, el hecho de decidir qué losetas colocar en función de sus beneficios y de contar con pequeños tableros para una buena planificación, hará disfrutar a quienes buscan juegos estratégicos y de gestión de recursos.
Cada jugador tendrá la libertad para decidir si resulta conveniente especializarse en la producción de cacao para su comercio, en hacer avanzar a los aguadores o en la construcción. Hay que valorar muy bien qué ofrecerá más oro, tanto al final como durante la partida, por lo que siempre se puede apostar fuerte por una acción o de manera equilibrada con varias.
El azar aparece en las partidas a la hora de robar losetas, pero no será determinante. Un buen plan, ya sea para quedarse con las mejores posiciones o para intentar fastidiar a los demás, es la clave para alcanzar la victoria. A esto se le suman unos coloridos componentes, que llenan la mesa de alegría y que trasladan a los jugadores a un mundo en el que el alimento de los dioses es el principal protagonista.
Así, estamos ante uno de los de juegos de mesa más esperados del año, que no decepciona en ninguno de sus aspectos. Sencillez, estrategia y componentes muy bien cuidados hacen que sea una apuesta original, divertida, adictiva y apropiada para todo tipo de jugadores. ¡A plantar cacao!
COMPONENTES DE CACAO
- 44 Losetas de Recolectores
- 4 Figuras de Aguadores
- 4 Tableros de Aldea
- 28 Losetas de Selva
- 20 Frutos de Cacao
- 12 Fichas de Sol
- 48 Monedas de Oro
- Instrucciones
- Hoja Resumen
3 thoughts on “Cacao: gestión de recursos y comercio a través de losetas y tableros individuales”
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