Construir, desmontar, reciclar y volver a construir. Y, por el camino, lanzar el dado para avanzar por el tablero. Así se resume la mecánica de juego de Redo, una novedad infantil que aboga por la sostenibilidad, por los materiales que no dañan el medio ambiente y por la entera fabricación en España.
UN NUEVO PROYECTO EN VERKAMI
Redo es un juego de tablero destinado, principalmente, a jugadores de 5 a 12 años. Su objetivo es mostrar a los más pequeños de la casa los valores de un mundo sostenible para que aprendan los hábitos más respetuosos con el medio ambiente y con la economía local.
En estos momentos, se encuentra en plena campaña de búsqueda de financiación en Verkami para poder convertirse en una realidad. Con un objetivo inicial de 3.000 euros, lleva recaudadas casi dos terceras partes. Existen varias recompensas para aquellos que decidan apoyar el proyecto, como camisetas, talleres o láminas de madera personalizadas.
Hacerse con el juego tiene un precio de 65 euros. Tal y como confirma Ana Caos, responsable del juego, cuesta un 25% de lo que valdrá una vez que se lance en el mercado. Dado que Redo ya se encuentra diseñado y probado y solo queda terminar el proceso de fabricación, los mecenas que lo apoyen recibirán sus recompensas (juego incluido) durante la semana del 28 de diciembre, es decir, en plena época navideña.
Redo se compone de un tablero de juego, formado por distintas casillas, de 45 cartas, seis fichas, un dado de madera y de instrucciones, además de 69 piezas de madera. Éstas se conforman como el principal atractivo del juego, ya que es con ellas con las que los jugadores pondrán a prueba sus habilidades.
Tras elegir una carta de objetivo, los participantes deberán construir, con esas mismas piezas, lo que en ella aparece representado. De esta forma, será posible avanzar por el tablero. Es en la primera fase donde se obtienen los materiales necesarios para la construcción, mientras que en la segunda comienza la tarea de construir. Con el objetivo de mostrar el ciclo de vida de los productos, la tercera fase pasa por el reciclaje.
En ella, los jugadores ordenarán las piezas recicladas por colores para poder iniciar una segunda construcción, representada en el segundo dibujo de la carta de objetivo inicial. La victoria va a parar a aquel que lo complete antes que los rivales. Sin embargo, no sirve con crear. A lo largo de la partida será inevitable caer en ciertas casillas que impliquen el robo de cartas, que marquen distintas consecuencias en función de las acciones realizas.
Así, una carta de transporte puede obligar a retroceder tres casillas al jugador si ha utilizado el avión, dado que es el medio de transporte que más gasolina consume. Por contra, haber realizado acciones sostenibles, como por ejemplo comprar en un comercio local, también tendrá recompensas en modo de avance de casillas. El azar determinado por el dado también adquiere un papel clave.
