No importan los años que tenga un juego de mesa, ni las variantes que posea. Una reglas clásicas siempre podrán reinventarse para crear nuevas propuestas. Aunque eso sí, con mucha imaginación.
Esto mismo debió de pensar Brandon Beran para dar vida a su primer juego. Se trata de Pocket Ops, duelo que combina la mecánica de las tres en raya con el escondite. Tras una exitosa campaña de búsqueda de financiación en Kickstarter, su edición en castellano ya está llegando a las tiendas.
NINJAS Y FRANCOTIRADORES EN MEDIO DEL TABLERO
Pocket Ops es un juego de mesa para 2 jugadores, con partidas de 20 minutos de duración. Recomendado para mayores de 8 años, es el primer título de Brandon Beran. Sus ilustraciones son obra de Josh Cappel.
Su edición en castellano ya forma parte del catálogo de GDM Games. Fiel a su versión original, publicada por Grand Gamers Guild, consta de una caja pequeña con un tablero, marcadores y cartas.
Sus participantes se convierten en maestros espías, con la tarea de robar el dispositivo del fin del mundo y su cristal de poder. Ambos se encuentran en las oscuras instalaciones de un villano y, como es lógico, tratarán de no ser descubiertos.
En una combinación entre las reglas del tres en raya y el juego del escondite, se crea un duelo estratégico por hacerse con el artefacto. La deducción es la clave para conseguir la victoria, en una competición donde no faltan los ninjas, los topos, los asesinos ni los francotiradores.
POCKET OPS: UNA PARTIDA
Tras colocar el tablero en el centro de la mesa, dividido en nueve habitaciones, cada jugador escoge un color. Recibe sus cartas y sus marcadores de espía y de especialista. Los últimos se sitúan boca abajo.
La ronda comienza escogiendo dos marcadores de especialista para seleccionar uno y devolver el otro a la reserva. Éste será el único que se utilice en la ronda, con su correspondiente habilidad, junto a los de espía.
Así, mientras que un asesino, un ninja o un francotirador son capaces de eliminar a espías enemigos, el arponero, el empujador, el mensajero o el topo intercambiarán posiciones. El hacker supondrá una ventaja a la hora de aplicar la deducción.
Durante el turno de un jugador, su rival tratará de deducir en qué habitación jugará su marcador. Éste pondrá en juego, boca abajo, la carta que corresponda a dicha habitación. A continuación, el jugador en turno coloca su marcador (de espía o de especialista) en una de las habitaciones libres del tablero.
Se descubre la carta jugada. Si el rival ha acertado su deducción, la ficha de espía volverá a la reserva. Si era el especialista quien se había jugado, se elimina de la partida. Por contra, si ha fallado su predicción, la ficha se queda donde estaba. En caso de tratarse del especialista, lleva a cabo su habilidad si es posible.
La carta jugada se devuelve a la mano y pasa el turno al siguiente. Se intercambian los papeles, por lo que el jugador activo pasará a ser el encargado de deducir, y así sucesivamente. Esta mecánica se repite hasta que se forme una fila con tres marcadores de un mismo color, ya sea en horizontal, en vertical o en diagonal.
Su propietario se convierte en el vencedor de la ronda, ganando un cristal. En caso de empate o de no poderse completar una línea, quien tuviera el marcador de jugador inicial perdería la ronda.
Se inicia una nueva ronda, seleccionando un nuevo marcador de especialista y eliminando el anterior. En el momento en que un participante obtenga la victoria por segunda vez, obtendrá la preciada máquina del fin del mundo. Encajará su cristal en ella, mostrando que ha ganado la partida.
POCKET OPS: CONCLUSIONES
Estoy a un paso de hacer tres en raya. Tras el excelente trabajo de mi ninja, sólo tengo que enviar a uno de mis espías al laboratorio. Creo que mi rival va a intentar ocupar la sala, por lo que trato de bloquearle allí.
Lástima. Su asesino ha entrado en el banco de datos, eliminando a uno de mis espías. Como si nunca hubiera existido. Para colmo, observo como tres de sus fichitas están ordenadas en línea recta. Con una sonrisa en la cara, coloca su cristal en la preciada máquina del fin del mundo. Ha ganado la competición.
Si algo llama la atención de Pocket Ops es su elemento imprevisible. En un duelo en el que no existe el azar, la estrategia se convierte en el elemento dominante. Y ya se sabe, por muy claro que veamos un plan, siempre puede haber otro más lógico en la cabeza del contrincante.
El pasado año, comprobamos como Not Alone era capaz de revolucionar el juego del escondite. Pues bien, esta novedad recurre también a esa revolución. No contento con ello, reinventa también el clásico de las tres en raya. ¿El resultado? Una combinación entre lo mejor de dos juegos: la deducción, del primero, y la estrategia, del segundo.
Pocket Ops encantará a los amantes de los duelos en los que sobran las palabras. A los que disfrutan de tardes al ajedrez, a las damas, a Hatflings! o a Haru Ichiban. A los alérgicos al azar. A aquéllos para los que, una competición, es una lucha entre cerebros.
Sus reglas extemadamente sencillas lo convierten en un título ideal para quienes no acostumbran a acercarse a los juegos de mesa. Sin embargo, a la hora de aplicarlas, la cosa cambia. El que podríamos definir como un juego «fácil de entender, pero difícil de dominar», nos llevará a estrujarnos los sesos una y otra vez.
Dado que la deducción es una parte clave en el reto, con frecuencia nos veremos obligados a ir a lo seguro (tratando de evitar que el rival se coloque en un espacio importante) o a arriesgar (perdiendo esa posición o incluso la victoria). No existe una mayor satisfacción que ver como el especialista rival se ha ido por donde ha venido…
En el papel del jugador activo, también veremos como la estrategia respecto a las normas del tres en raya también cambian. Podemos estar a sólo una casilla de lograr el objetivo, pero es normal que el otro haya deducido que iba a moverme allí.
Con ello, existen dos opciones: trasladarme a ese lugar sabiendo casi con seguridad que el turno será perdido o colocarme en un sitio menos predecible. La misma evolución de la partida y si previamente he jugado con el arte del despiste pueden decirme qué hacer.
Como es lógico en este tipo de juegos, el reto será mayor si se juega con expertos en la estrategia. Dado que estamos ante una novedad muy adictiva, es habitual disputar un buen número de partidas seguidas. Y ya se sabe, la experiencia se transforma en poder. El novato puede haber calado nuestros planes demasiado pronto, obligándonos a cambiar de estrategia.
Las fichas de especialista son las grandes protagonistas de la competición. Aunque echaremos en falta utilizar muchas en la ronda (¡hay que ver qué útiles son!), una sola es suficiente para crear una partida completamente distinta de la anterior.
Lo bueno es que vemos qué ficha tiene el rival, por lo que no es lo mismo que nuestro asesino esté a punto de enfrentarse a un mensajero que a un empujador. Sus consecuencias tras un uso no predecible nos dejarán con un buen sabor de boca. La rejugabilidad máxima aparece, por tanto, con ellas.
Respecto a sus componentes, debemos saber que se presentan en una caja de tamaño muy reducido, fácil de transportar (¡y de abrir!). Aunque puede parecer que los iconos de las fichas pueden borrarse, perdiéndose con ellos el sentido del juego, podemos jugar tranquilos. Al menos, siempre que nuestras manos se alejen del agua y de otro tipo de sustancias.
Sus otros componentes, presentados en formato mini, también son de calidad y cuentan con un buen diseño, capaz de ambientar las partidas. Sin embargo, hay dos elementos que destacan por encima de todos los demás: la máquina del fin del mundo y el marcador de jugador inicial.
En Pocket Ops, la mayor ilusión tras una victoria no será restregarle nuestra inteligencia al rival. Llegará al acoplar el cristal a la máquina, efecto que nos hace sentir más poderosos de lo normal. No podía ser menos, es una auténtica máquina del fin del mundo.
Respecto a la tarjeta de acceso diremos que es uno de los marcadores de jugador inicial más bonitos de la historia de los videojuegos. Sí, ya sabemos que sólo es cartón, pero no podía haber sido más realista.
Con todo ello, volvemos a encontrar una pequeña joya en una diminuta caja. Brandon Beran se estrena a lo grande en el mundo de los juegos de mesa, ofreciendo un título imprescindible en cualquier ludoteca. Dada la gran rapidez de sus partidas y la emoción que ofrece, tras la unión de dos clásicos, saldrá con mucha frecuencia a las mesas.
COMPONENTES DE JUEGO
- 9 Cartas Rojas de Plan
- 9 Cartas Azules de Plan
- 8 Marcadores Rojos de Especialista
- 8 Marcadores Azules de Especialista
- 7 Marcadores Rojos de Espía
- 7 Marcadores Azules de Espía
- 2 Cristales de Poder
- Dispositivo Fin del Mundo
- Tarjeta de Acceso
- Tablero de Instalación
- Instrucciones
One thought on “Pocket Ops: las tres en raya del siglo XXI”
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