La delincuencia, la corrupción y la pobreza definen Xecenia. La que un día fuera un símbolo de paz, ahora es una auténtica dictadura. Allí se desarrollan los acontecimientos de Final Rage, juego de cartas que toma como referencia los videojuegos.
FINAL RAGE EN VERKAMI
Final Rage busca financiación en Verkami, con un objetivo inicial marcado en 3.500 euros. Si lo alcanza, el proyecto llegará a los mecenas en enero de 2022. Su precio durante la campaña es de 23 euros, en una recompensa que incluye el juego, los gastos de envío a Península y el nombre en el manual.
Incrementando esta cantidad, se añaden los gastos a las islas o copias adicionales. Fran Cuevas, su autor, lo define como un juego de cartas que simula las luchas propias del manga y de los videojuegos. La idea es que pueda disfrutarse entre 2 y 4 participantes, desde los 8 años, en retos de 15 a 30 minutos de duración.
La acción nos arrastra hasta una rebelión por la libertad de un pueblo. Durante la guerra anterior al levantamiento de Xecenia, la población se vio obligada a consumir una droga capaz de proporcionar poderes para la lucha. Sus descendientes han heredado esos poderes, con los que podrán formar parte de la revuelta, convertirse en un agente del caos o ser un lobo solitario.
En total, existen seis personajes, con sus habilidades únicas. A partir de 125 cartas, el objetivo es acabar con los oponentes, en un escenario que cambia en función de la modalidad escogida (Duelo, Triángulo o Rombo).
Los ataques básicos servirán para restar puntos de vida al enemigo, que podrá defenderse con los bloqueos. La distancia con estos ataques será de uno. Las cartas de movimiento permiten moverse por el territorio, ya sea en línea recta o en forma de ‘L’.
Las cartas de vida y de energía, que podrán recargarse, medirán las posibilidades de los personajes. Por su parte, la experiencia se completará con las especiales. Un turno comienza con el robo de dos cartas del mazo.
A partir de ahí, elegiremos entre utilizar cartas y habilidades, movernos por el escenario o intercambiar tantas cartas como queramos entre la mano y el mazo. La forma de restar vida a los rivales pasa por recurrir a ataques básicos, a habilidades o a cartas especiales.
El número de vidas del personaje determinará las cartas con las que podremos quedarnos al terminar el turno. En el momento en que alguien esté a un punto de vida, entrará en el estado Final Rage, rindiendo homenaje a los videojuegos. Consiste en potenciar al personaje, con dos cartas del mazo y tres puntos de energía.