Todo a punto para el lanzamiento de Poli Bueno Poli Malo

Ediciones Primigenio pondrá a la venta en unos días la edición en castellano de Good Cop Bad Cop, juego de cartas desarrollado por Overworld Games. Llegará con el nombre de Poli Bueno Poli Malo y proporcionará identidades ocultas a sus jugadores.

Poli Bueno Poli Malo

¿POLICÍA LEGAL O POLICÍA CORRUPTO?

Poli Bueno Poli Malo es un juego de cartas de 4 a 8 jugadores, con partidas de 10 minutos de duración. Creado por Brian Henk y Clayton Skancke e ilustrado por Dwayne Biddix, se pondrá a la venta en su edición en castellano durante la segunda mitad de octubre.

En ella, Ediciones Primigenio ha incluido una carta en exclusiva, con permiso de Overworld Games. Denominada Buen Amigo, se utilizará para evitar investigaciones, disparos o efectos de cartas de Equipo por parte de otro jugador. La carta se incluirá en las primeras copias que se pongan a la venta.

Esta novedad se define como un juego de identidades ocultas y deducción, ambientado en una comisaria corrupta. Los jugadores pueden tener dos identidades: ser miembro del equipo de policías corrupto o del grupo de policías legales. Además, uno de ellos será el capo de los corruptos, mientras que otro será el agente secreto de «los policías buenos».

Así, la primera misión consiste en localizar a los miembros de nuestro equipo. Una vez conseguido (o creído conseguir), hay que encontrar al líder del bando contrario. El equipo de los corruptos solo ganará la partida si acaba con el líder del grupo legal y viceversa. Terminar con él antes de que los rivales terminen con nuestro líder se convierte así en una tarea nada sencilla.

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Disparar al personaje correcto requiere de una buena deducción siguiendo las pistas dadas por los jugadores. Antes de empezar la partida, se cogen las cartas correspondientes al número de jugadores y se guardan las sobrantes en la caja. Cada uno recibirá una carta de equipamiento y tres cartas de identidad, que mantendrá boca abajo en el orden que prefiera y que definirán su rol.

Si el jugador cuenta con dos cartas de policía legal y con una de policía corrupto, su papel será de «poli bueno». También lo será si tiene la carta de agente secreto, aunque tenga dos de policía corrupto. Por su parte, si tiene dos cartas de policía corrupto o si cuenta con la carta de capo, pertenerá al bando de «polis malos». En su turno, se podrá llevar a cabo una acción, a elegir entre cuatro disponibles.

La primera de ellas es investigar y permite mirar una de las cartas de otro jugador (sin enseñarla a los demás) y devolverla a su sitio. La segunda, denominada equipar, se utiliza para robar una nueva carta de equipamiento del mazo. Solo se podrá tener una y además, esta acción cuenta con una penalización: dejar una carta de identidad boca arriba. Estas cartas se podrán utilizar en cualquier momento y pasan por sueros de la verdad o cegadoras.

La tercera acción tiene relación con las armas del centro de la mesa. Permite colocar una de ellas delante de las cartas de identidad propias, pero a cambio obligará a dejar boca arriba una carta de identidad. Por último, el jugador puede optar por disparar a otro jugador siempre que posea la pistola y dejar de nuevo el arma en el centro de la mesa. Esto obliga al jugador disparado a reverlar todas sus cartas de identidad.

Si no cuenta con la carta de agente ni capo, será eliminado de la partida. Sus rápidas partidas no suponen un problema a ello, puesto que el jugador eliminado solo estará un par de minutos sin participar. Por otro lado, si es uno de ellos se necesitará de un segundo disparo para acabar con él. Si se realiza con éxito, el equipo habrá completado su misión y ganado la partida.

Poli Bueno Poli Malo recurre así a la memorización y a la capacidad de planear una estrategia en base a las acciones de los que creemos que pertenecen a nuestro bando. Utilizar las cartas de equipamiento de manera inteligente puede aportar turnos extra al líder una vez descubierto, así como cambiar el orden de las cartas de identidad para seguir con el despiste. Mientras tanto, optar por disparar a un jugador sin estar seguros no solo puede significar dar más pistas sobre uno mismo, sino acabar con uno de nuestro bando.