Un dios no sería nada sin sus fieles adeptos. Una Metrópolis necesita el poder de los dioses para ser la más próspera de la Antigua Grecia. Así, el objetivo de Olympians War es obtener el poder de cuatro dioses.
En un mundo en el que el hombre empieza a considerarse el centro del universo y codicia el poder divino, las batallas entre dioses y humanos están a la orden del día. Zeus, Atenea, Ares, Hades y Poseidón pasarán de ciudad en ciudad hasta asentarse en una de ellas para toda la eternidad.
LA INVOCACIÓN EN LOS CAMPOS ELÍSEOS
Olympians War es un juego de cartas de 2 a 6 jugadores, con partidas de 10 minutos de duración. Creado por Vicente Cifuentes, acaba de llegar a las tiendas de la mano de Blauberry, tras una exitosa campaña de búsqueda de financiación.
Ambientado en la Antigua Grecia, se conforma como una apuesta competitiva, en la que recurrir a las habilidades de las cartas de acción y de los mismos dioses para lograr el objetivo. No faltan los Campos Elíseos dentro de las Metrópolis, lugar en el que residen los dioses derrotados de los rivales.
Con ellos, es posible invocar al mismo Hércules, a Hermes, a Cancerbero, a Hidra o a Kraken, con sus correspondientes ventajas. En el interior de su caja de pequeño tamaño se combina estrategia con un toque de azar, en partidas muy diferentes unas de otras.
UNA PARTIDA A OLYMPIANS WAR
Antes de empezar, se colocan las cartas de invocación (Hércules, Hermes, Cancerbero, Hidra y Kraken) en el centro de la mesa, junto a dos cartas de templo. Todas ellas deben permanecer siempre visibles.
Las cartas de dioses se barajan con las de acción para crear un único mazo, que recibe el nombre de Olimpo. Cada jugador comienza con cuatro de ellas en la mano. Se reparte, además, una carta de Campos Elíseos a cada uno. Será sobre ella donde se juegue la fase de invocación.
En su turno, cada jugador podrá llevar a cabo una opción, a elegir entre dos. La primera de ellas consiste en robar una carta del Olimpo para después, si lo desea, jugar una de su mano bajándola a su Metrópolis o a las del rival. A continuación, puede llevar a cabo la fase de invocación, siempre que sea posible.
La segunda opción pasa por descartar un determinado número de cartas de la mano y robar el equivalente en el mazo del Olimpo. El número máximo de cartas en la mano es de cinco. Tras escoger una opción, pasa el turno al siguiente participante, y así sucesivamente. Ahora bien, ¿qué tipo de cartas se pueden jugar?
Cartas de dioses
Olympians War está compuesto por cartas de dioses y de acción. Las primeras se colocan en la Metrópolis y no podrá haber dos iguales. En turnos posteriores, y a través de una carta de poder divino, se podrá ejecutar su habilidad. Con ellas, será posible destruir dioses rivales o templos, o robar una nueva carta.
Cada vez que un jugador destruya un dios de uno de sus rivales, éste pasará a formar parte de sus Campos Elíseos. Canjeando estas cartas, podrá invocar a las criaturas situadas en el centro de la mesa u obtener beneficios en forma de templos o de destrucción.
Así, por ejemplo, dos cartas de Atenea y una de Zeus situadas en los Campos Elíseos pueden descartarse para tomar la carta de Hermes. Colocada sobre la Metrópolis, dará a su propietario la posibilidad de robar dos cartas por turno, en lugar de una. No contará para el recuento de dioses.
Cartas de acción
Por otro lado, aparecen las cartas de acción. Éstas otorgan protección, turnos extra o permiten jugar varias cartas de la mano. También sirven para robar cartas a otro jugador, realizar intercambios o destruir dioses. Entre ellas también encontramos los poderes divinos (y sus correspondientes anulaciones) para jugar sobre los dioses, así como los templos.
Estos últimos se colocan sobre los dioses y otorgan protección. Aunque no para siempre. La partida finaliza cuando un jugador tiene en su Metrópolis cuatro cartas de dios, convirtiéndose en el ganador del juego. Ésta también termina cuando se agota el mazo de Olimpo. En ese caso, el ganador será quien posea el mayor número de dioses en su ciudad.
MÚLTIPLES PLANES EN MITAD DE LA COMPETICIÓN
Un mismo dios puede pasar de una Metrópolis a otra en cuestión de segundos. Ya estoy a un paso de la victoria. Tengo a Zeus, a Poseidón y a Atenea en mi ciudad, bien protegidos por sus respectivos templos, y a Ares en la mano, dispuesto a ser mi cuarto dios. Mi expresión trata de disimular la alegría, sólo por precaución.
El jugador de mi izquierda destruye el templo de Atenea. Ahora está desprotegida, pero sólo debe aguantar un turno más. El siguiente participante, decide recurrir a su poderoso Pegaso, que le permite jugar todas las cartas de la mano. En primer lugar, utiliza a Quimera, quien me roba a Atenea y pasa a formar parte de su mano.
Tras esto, pone en juego a Ares y a Hades, quienes se une al Poseidón de su Metrópolis. Como colofón final, juega la carta de Atenea. Mi carta de Atenea. La victoria es suya.
Así, vemos como Olympians War permite múltiples estrategias. Podemos ir sacando dioses y protegerlos, para tenerlos cuanto antes. Y, ya de paso, aprovecharnos de sus habilidades. En su lugar, quizás nos salga mejor centrarnos en la destrucción de dioses de los rivales y tener unos Campos Eliseos con numerosas posibilidades.
Si invocamos con ellos a esa criatura, tendremos esa importante ventaja durante toda la partida. Eso sí, no sirve con destruir cualquiera y en partidas para dos jugadores es muy común que apenas de tiempo a tener esta posibilidad.
Por otro lado, podemos centrarnos en tener una buena mano para que, llegado el momento, podamos dar la sorpresa. Ya sea para ganar cuando nadie se lo espera o para anular esas maravillosas jugadas, casi perfectas.
Que no nos engañe su pequeño tamaño, ni tampoco su mecánica de juego. Sus instrucciones están perfectamente explicadas en su manual y la estructura de juego es clara y esquemática. Ésta quedará memorizada desde los primeros turnos.
A esto se le suma la descripción de las cartas. En cada una de ellas se explica su función, algo que nos permite dejar a un lado el manual de instrucciones. Cartas que, por cierto, se acompañan de unas encantadoras y coloridas ilustraciones.
En ellas no veremos la parte más cruel de las batallas ni de los dioses y criaturas, puesto que han sido retratadas desde su parte más tierna en un estilo que recuerda a las figuras Krosmaster. Este aspecto contribuye a dotar de originalidad el juego.
Esta sencillez en cuanto a mecánica contribuye a crear esas partidas tan rápidas y, a su vez, adictivas. No habrá una competición sin otra después. Y, probablemente, sin otras cuantas más. Así pues, es muy sencillo de entender, pero no tanto de dominar. Sobre todo si jugamos contra expertos en estrategia.
La combinación de cartas, las habilidades de los dioses y la destrucción de éstos en función de la criatura que deseamos invocar constituyen su principal atractivo, como elementos que permiten partidas muy diferentes unas a otras y que resultarán claves para enamorar a los ya habituales en los juegos de mesa.
COMPONENTES DE OLYMPIANS WAR
- 71 Cartas de Acción
- 25 Cartas de Dioses
- 7 Cartas de Invocación
- 6 Cartas de Campos Elíseos
- Instrucciones
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