Existen clásicos que no merecen desaparecer jamás. Sus reglas no acostumbran a parecernos revolucionarias en la actualidad, pero sentaron unas bases que sirvieron como influencia a centenares de juegos de mesa. Y, si es bueno, seguirá divirtiéndonos como si no pasase el tiempo. ¿Es Take it Easy! uno de ellos? Reseñamos este regreso.
LOS COLORES, EL SOL Y LA LUNA
Take it Easy! The European Edition ya es una realidad, mediante una edición multilingüe. Mont Tàber (It’s Mine, Emporion, Días de Radio) es la encargada de su distribución en España, a un precio de 26,95 euros, respetando la esencia de la edición original, lanzada en 1983.
El que fuera uno de los juegos recomendados en el Spiel des Jahres de 1994, ofrece ahora partidas de 1 a 6 jugadores y de 20 minutos de duración. Recomendado para mayores de 8 años, es una creación de Peter Burley, con un diseño de Steve Tolley.
Este juego familiar y abstracto lleva a sus participantes a competir por la mayor cantidad de puntos. Siguiendo una mecánica sencilla y rápida, irán colocando losetas en sus tableros, tratando de respetar la unión de colores.
A su modo básico se le unen variantes en cuanto a colocación de fichas y de puntuación. Es a través de ellas donde entran en juego los símbolos de Sol y Luna, con los que la estrategia cobra un mayor protagonismo.
TAKE IT EASY!: UNA PARTIDA
Cada jugador recibe el tablero y las losetas de su color. Se escoge al locutor, quien colocará todas sus fichas boca abajo. Los demás situarán las suyas en tres grupos (para distinguir las piezas marcadas con un 1, con un 5 y con un 9).
El locutor comienza la partida girando una de sus losetas para decir los tres números que contiene en voz alta. La coloca en un espacio vacío de su tablero, mientras que los demás buscan esa misma fecha en sus montones para hacer lo propio en el suyo. A continuación, el locutor roba una nueva pieza, y así sucesivamente.
En el momento en que todos los espacios del tablero hayan sido cubiertos, la partida finaliza. Comienza el recuento de puntos fila a fila, siempre y cuando éstas cuenten con líneas de un mismo color de un extremo a otro (las cortadas no se tendrán en cuenta).
Se multiplica su valor por el número de fichas que contenga la fila. Es decir, una fila formada por cinco losetas marcadas con un seis (color rojo), reporta treinta puntos. El ganador será quien sume la mayor cantidad total, pudiendo competirse en varias rondas.
Variantes en la posición de las fichas
Take it Easy! cuenta con dos variantes respecto a la colocación de las fichas. En la llamada Colocación adyacente, es obligatorio que una pieza siempre toque a otra al incorporarse. En Colocación adyacente del Sol o la Luna se tienen en cuenta los símbolos de Sol y de Luna que aparecen en ellas.
Así, una ficha debe colocarse adyacente a otra si comparte su mismo símbolo. Si se muestra un símbolo contrario, se sitúa en cualquier otro espacio del tablero. Cualquiera de estas dos modalidades puede combinarse con una variante de puntuación.
Variantes de puntuación
En Rayos de Sol y Rayos de Luna, el jugador se anota siete puntos al final de la partida por cada fila que contenga iconos de Sol en todas sus losetas. Cada fila con iconos de luna reporta seis puntos. No es necesario que la fila haya puntuado para añadirse esta ventaja.
Por su parte, en El mejor Rayo de Sol o Rayo de Luna, es obligatorio que la fila sea válida para que el rayo también lo sea. En este caso, el jugador con la mejor fila de Sol (la que contenga más losetas) se anota sesenta puntos al final de la competición. Lo mismo ocurre con el de Luna.
TAKE IT EASY!: CONCLUSIONES
Leer en una caja «de 8 a 99 años» es suficiente para que la nostalgia comience a hacer su aparición. Hace algunos años, era más que habitual que los juegos de mesa tuvieran esa descripción. «Mamá, ¿por qué las personas de 100 años no pueden jugarlo?». Las respuestas a ello no tenían desperdicio.
La reedición de Take it Easy! no sólo trata de atraer a los antiguos jugadores así, sino mediante su portada. Observarla durante un par de segundos es suficiente para intuir la esencia de sus reglas: unir las líneas de un mismo color para anotarse la máxima puntuación.
¿Es malo que ya sepamos en qué consisten parte de sus reglas? La respuesta es no. Está claro que esta propuesta recurre a la sencillez de ejecución, pero este aspecto no es negativo en absoluto. Con frecuencia, conviene echar una mirada hacia atrás para descubrir que la simplicidad también puede ser una virtud.
En las décadas de los ochenta y de los noventa, muchos juegos de mesa se basaban en reglas muy básicas. Conviene no despreciarlas porque, de una forma o de otra, han sido necesarias para la invención de reglas más elaboradas de los juegos complejos. Ya se sabe. Sin un avance de peones por casillas, no hay Magic Maze que valga.
Otro motivo para no huir de ellas es la diversión que siguen ofreciendo. No todo lo antiguo es bueno, naturalmente, pero hay fórmulas que aún hoy en día siguen divirtiendo. Por muchos elementos revolucionarios que existen en torno a ellas.
Take it Easy! es un ejemplo de entretenimiento y emoción actuales a partir de mecánicas clásicas. Esta propuesta de Mont Tàber supone una vuelta de tuerca a su catálogo, pero también un acierto. Consigue trasladar a la mesa a personas de todas las edades, algo que, por desgracia, no siempre ocurre.
A la hora de enfrentarse al juego, hay que saber cómo hacerlo. No podemos compararlo con los numerosos títulos actuales, ni esperar estrategias imposibles y sorprendentes. En caso de hacerlo, nos decepcionará por completo.
Una vez probado el juego, nos queda claro que el objetivo es sumergir al jugador a un viaje al pasado. Si tenemos la suerte de poder disfrutarlo con familiares, no deberíamos perder la oportunidad. Tampoco con niños, quienes nos recordarán a los jugadores principiantes que una vez fuimos.
Esta «novedad» nos llevará a ir colocando piezas en el tablero, de forma simultánea. Creeremos que todo va sobre ruedas, hasta que el de la derecha haya creado una superlínea de 45 puntos. ¿Por qué nos hemos centrado en la maldita raya roja?
Los atractivos de Take it Easy! son sus modalidades. El modo básico es clave para empezar, pero tras jugar los demás, es habitual que caiga en el olvido para siempre. Será mucho más emocionante aplicar la obligación de colocar piezas en lugares adyacentes y, por supuesto, atender a los iconos del Sol y de la Luna.
Con ellos, se requiere de planes más estratégicos y elaborados. Por su parte, la interacción entre participantes aparece en la variante El mejor Rayo de Sol o Rayo de Luna. Puesto que sólo uno se llevará los preciados puntos, conviene observar los tableros de los demás para tratar de crear la línea más larga.
La posibilidad de combinar variantes de colocación y de puntuación y, sobre todo, la libertad que se presenta para que los jugadores creen sus propios modos, contribuyen a conferir una larga vida al juego. No hay que olvidar su modalidad en solitario. Aunque no resulta tan satisfactoria como la competición en grupo, no viene mal para distraerse un poco.
A través de unos componentes resistentes, las mesas vuelven a llenarse del máximo colorido. Es preciso especificar que funciona muy bien a dos jugadores, creándose duelos que durarán toda una tarde.
Con todo ello, Take it Easy! puede considerarse una inyección de nostalgia, altamente recomendada si celebramos las navidades en familia con juegos de mesa.
Divertirá y emocionará a partes iguales, volviendo a crear momentos que podíamos dar por perdidos. Por otro lado, conviene alejarse si somos alérgicos a los juegos abstractos o si buscamos mecánicas nuevas y revolucionarias.
COMPONENTES DE JUEGO
- 162 Losetas Hexagonales
- 6 Tableros
- Instrucciones
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