¿El mensaje de amor y paz? ¿Los encuentros con la familia? No, lo mejor de la Navidad son los regalos. Ese momento de estar frente a frente con un paquete, con una combinación de emociones y con la necesidad de que sea eterno.
Agitarlo, pronosticar su peso y forma y adivinar su contenido para, finalmente, abrirlo. Aunque después sean un par de calcetines. Ese maravilloso instante es recreado en Fiesta de Regalos, una novedad publicada por Zacatrus!
¿QUIÉN HA ROTO ESE REGALO?
Fiesta de Regalos (Gift Party) es un juego de cartas de 2 a 5 participantes, con partidas de 10 minutos. Recomendado a partir de los 5 años, es una creación de Paco Gómez (¡Cobardes!), ilustrada por Evelt Yanait (Castlecards, Storytelling).
Coincidiendo con la época donde más regalos se abren, ya se encuentra disponible, de la mano de Zacatrus! Se presenta en una caja pequeña, a un precio de 12 euros. Cuenta con componentes independientes del idioma e instrucciones en castellano e inglés.
La editorial propone una competición familiar, donde los jugadores pelean por encontrar los cinco regalos de su carta de objetivo. Abrirán cajas con juguetes, pero también paquetes sorpresa. La obligación de compartir, el intercambio o incluso la rotura de regalos, fruto de los nervios, están a la orden del día.
FIESTA DE REGALOS: UNA PARTIDA
Cada jugador recibe una carta de objetivo, a mantener oculta antes los demás. En ella, se muestran los cinco regalos a reunir para ganar la partida.
Tras mezclar todas las cartas de caja en el centro de la mesa, y en función del número de jugadores, se toman tres o cuatro cajas para dejarlas en su zona de juego. Las giran para que sus regalos sean visibles.
Teniendo en cuenta que las cajas vacías se retiran y que la caja infinita y el payaso obligan a devolver la caja en cuestión y a revolverla con las demás, comienza quien menos regalos tenga. Durante su turno, el jugador lanza el dado para llevar a cabo la acción indicada. Hay cinco posibles.
1. Robar. Se toma un regalo de otro participante para incorporarlo a la zona de juego propia.
2. Cambiar. Se intercambia un regalo entre dos zonas de juego (incluida la propia).
3. Repartir. Quien más regalos tenga, debe entregar uno al que menos posea.
4. Abrir. Se escoge una caja del centro para voltearla. Si es un regalo, se lo queda. Es posible descubrir una caja sorpresa, en forma de caja vacía, caja infinita o payaso. La primera se retira del juego. La segunda se devuelve al centro, para mezclarlas todas.
El payaso obliga a devolver los regalos al centro de la mesa, girando las cartas y mezclándolas. Se vuelve a tomar el mismo número para abrirlas (con la posibilidad de volver a aplicar el efecto de las cajas sorpresa). Éste se retira.
Algunos regalos tienen el icono de acción extra, a realizar tras abrirlo, excepto en el reparto inicial y al descubrir un payaso. Permiten robar, cambiar, abrir o romper. Esta última opción implica destrozar un regalo de la zona propia con los nervios, retirándolo del juego.
5. Mirar y abrir. Se toma una caja del centro para mirarla en secreto. Existen dos opciones: quedársela o devolverla, para abrir otra e incorporarla a su zona.
Se repite la misma mecánica hasta que alguien reúna los cinco regalos de su objetivo. Descubre esa carta para reclamar la victoria. Si todas las cajas (menos la infinita) han sido abiertas antes de que alguien cumpla su objetivo, la partida también termina.
Cada regalo que coincida con su carta de objetivo, otorga un punto a cada jugador. La tarjeta regalo otro y las dos zapatillas uno más. Quien más puntos tenga gana. En caso de empate, se tienen en cuenta los caramelos.
FIESTA DE REGALOS: CONCLUSIONES
¡Quiero unos patines, quiero unos patines, quiero unos patines! ¿He dicho ya que quiero unos patines? Ya me habían regalado unos preciosos, pero mi amigo del alma me los ha robado sin ninguna piedad. Aún no puedo planificar nada, por lo que sólo me queda esperar.
En ese tiempo, he perdido mi maravillosa locomotora (al parecer, por acaparadora) y me han intercambiado mi precioso perrito por una pistola de agua. ¿A quién se le ocurre? ¿Quién la necesita en pleno invierno? Lo que está claro es que ahora no sólo quiero los patines, sino todo lo que me acaban de quitar.
Rebusco en el amasijo de cajas hasta decantarme por la que mejor sensación me transmite. No son unos patines. Tampoco una locomotora, ni un nuevo chucho. He abierto una zapatilla. Una maldita zapatilla de estar por casa.
Fiesta de Regalos es un juego familiar, cuyo caos se envuelve en una atractiva temática. La emoción de abrir regalos en la vida real se traslada al propio juego. Con sus nervios, alegrías y decepciones que, en ocasiones, costará mucho disimular.
Esta simulación exacta recurre a una mecánica muy sencilla: el lanzamiento de un dado para realizar una acción. Podremos analizar la situación y pensar a qué jugador robaremos un regalo o qué intercambios serán mejores. Sin embargo, la última palabra la tendrá ese azar.
No planificaremos acciones, pero sí podremos tener cierto control sobre la situación en base a ese resultado escogido. Porque no es lo mismo robar a uno que a otro o dejar ver nuestras intenciones con un cambio. Poder mirar una caja, para decidir si quedárnosla o no, también encierra más estrategia de lo que parece.
Las pinceladas de la gestión del riesgo aparecen ahí. Se combinan con la deducción y con el arte del despiste. Así, será tan importante perseguir nuestro objetivo como adivinar el de los demás y hacer creer lo que no es. Tal vez, si no luchásemos tanto por esos patines, alguien no se empeñaría en arrebatárnoslos…
Las partidas son extremadamente cortas, pudiendo finalizar en un par de rondas. La rapidez debe ser crucial. En algunas competiciones, tal vez empecemos con medio trabajo hecho. En otras, todo costará más. En medio de las sorpresas inesperadas (no sólo por parte de los payasos), un buen despiste a tiempo puede darnos tiempo extra. Y, tal vez, la victoria.
Hablando de los extras. Uno de los grandes atractivos de Fiesta de Regalos son los combos de acciones adicionales. En ocasiones, la apertura de una caja puede llevar consigo otra. Y otra. Aunque nada se puede hacer para detener este fenómeno, creará situaciones para el recuerdo.
Como ya hemos visto, las sorpresas son constantes. Llegan con esa emoción por descubrir juguetes y efectos variados. También con su original sistema de recuento de puntos, en caso de agotarse las cartas. Recurre nuevamente a pinceladas, esta vez, de un ‘set collection’.
El resultado no sólo es una amplia variedad de emociones, para pequeños y mayores, sino una presentación de géneros para que los más pequeños vayan familiarizándose con los juegos de mesa.
Los niños disfrutarán abriendo regalos, mientras se benefician de distintos efectos. No sólo potenciarán la socialización, dada la enorme interacción entre jugadores, sino que practicarán en la identificación de formas y en el cálculo simple.
Fiesta de Regalos ayuda en la memorización, a la vez que permite pensar en base a un futuro próximo. Lleva a buscar indicios en los demás en base a la expresión de su rostro y a disimular sus propios sentimientos. Ahora bien, ¿cómo se consigue que los mayores también lo disfruten?
Independientemente de que jueguen o no niños en la partida, los mayores tendrán entretenimiento para rato. Si bien es cierto que alejará a los alérgicos al azar y a quienes buscan retos complicados, su sencillez permite jugarlo entre títulos más largos.
La edad no es sinónimo de perder la ilusión por abrir regalos. Con ello, esta novedad podría definirse como un juego de objetivos ocultos, repleto de emoción y de interacción, con finales inesperados. Sus turnos rápidos (excepto cuando se crea un combo tras otro) permiten que funcione muy bien con un buen número de jugadores.
A más participantes, mayor será la locura y más difícil será obtener la victoria. Los regalos volarán de unas zonas a otras, para bien o para mal. Con dos jugadores, se añade la figura del semijugador fantasma. No jugará sus turnos, pero sí tendrá su mostrador de regalos sobre el que interactuar.
Paco Gómez refleja sus Teorías de Juegos con una impecable novedad con una función clara: entretener y demostrar que menos es más y más es menos. Acompañado de las preciosas ilustraciones de Evelt Yanait, tenemos un título que no podía encajar mejor en los planes navideños.
No sólo recurre a unos dibujos adorables, sino a una simbología clara, fácil de recordar desde las primeras partidas sin importar nuestra experiencia en juegos de mesa. Deja todo el protagonismo a la lluvia de risas y alegrías que, en definitiva, es la esencia de todo buen juego.
COMPONENTES DE JUEGO
- 24 Cartas de Caja
- 6 Cartas de Objetivo
- Dado
- Instrucciones (castellano, inglés)
2 thoughts on “Fiesta de Regalos: una simulación exacta de la Navidad”
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