Análisis: Attack of the Earthlings

Attack of the Earthlings

Las criaturas que habitan el planeta X13, los llamados Swarmers, viven en paz. Un día, su rutina se ve alterada por un enorme estruendo. La que sería la «abeja reina» de esta raza alien, La Matriarca, se embarca en una investigación para conocer qué ha ocurrido.

Una raza que no conocían ha aterrizado en su planeta para perforar sus recursos, como parece indicar la forma de la nave. Un ser pálido y con una máscara sale a hacer sus necesidades, mientras otro lanza bromas. Los humanos han llegado a X13. Invirtiendo los roles, nos ponemos a los mandos de los Swarmers para expulsar a estos molestos invasores. Así es Attack of the Earthlings.

 

ATTACK OF THE EARTHLINGS, DE TEAM JUNKFISH

Team Junkfish son los creadores de Attack of the Earthlings, una nueva propuesta de estrategia, sigilo y combates por turnos. Acaba de llegar a Windows, Mac y Linux, aunque será más tarde cuando lo veamos en Nintendo Switch, PS4 y Xbox One.

Con toques de Mario + Rabbids Kingdom Battle y con un estilo de combate similar, se presenta con voces en inglés y textos en español. La nota original es el cambio de roles al poner en nuestras manos a la raza alienígena y combatir contra los humanos, quienes casi siempre son la víctima. Aquí son la raza invasora, que tiene que ser aniquilada a toda costa.

Una vez dentro, comprobaremos que el modo para un jugador es la única opción para disfrutar del juego, en forma de historia. Su dificultad crece según vayamos avanzando en la campaña, compuesta por siete niveles.

¿Sólo siete niveles? Debe tenerse en cuenta que cada vez son más difíciles, siendo todo un reto pensar y colocar a nuestras criaturas por el tablero en el que se transforma cada nivel. Como juego de combate por turnos, cada nivel está cuadriculado.

Los primeros niveles no nos llevarán más de diez minutos de resolver, si tenemos un poco de experiencia en este tipo de juegos, como XCOM. La cosa se pone más cruda en cuanto avanzamos por los niveles de la nave, los cuales muestran cuánto queda para llegar al final.

Estos últimos nos demuestran que necesitamos mucho tiempo para completar el juego. Además, si no somos muy hábiles, será habitual tener que comenzar un nivel de nuevo, independientemente del avance, con la muerte de La Matriarca.

 

LOS SWARMERS

En Attack of the Earthlings no sólo tendremos a nuestra disposición a La Matriarca. Contamos con una variedad de hasta cinco unidades diferentes, contándola a ella. Eso sí, cada nivel se inicia únicamente con La Matriarca. Para expandir nuestro ejercito de criaturas, tendremos que comer materia orgánica (restos de humanos). Esto se traduce en un crecimiento de la biomasa.

La biomasa es un indicador de puntos que nos informa, en todo momento, del estado de la reserva. Sirve para crear súbditos directamente, al pinchar en una de las opciones de La Matriarca. Además, nos permite mutar a nuestros súbditos a tres criaturas diferentes.

Cada una de ellas destaca por su habilidad. Así pues, podremos crear a la unidad más cara de todas, El Goliath, para atacar o defender en melé. O, si la situación lo requiere, mutar al Disruptor, especializado en combates a distancia. Si queremos trampas y sigilo, una buena opción es hacernos con El Acechador, que también es la unidad más barata de mutar.

 

EL MUTÁGENO Y SU IMPORTANCIA

El llamado Mutágeno es el lugar donde, antes de iniciar cada nuevo nivel, podemos mejorar a nuestras especies. Esto nos permitirá intensificar las habilidades de las diferentes unidades Swarmers y adquirir nuevas. Este espacio es de vital importancia para avanzar, con la posibilidad de especializarse o de  repartir las mejoras desde cero.

La puntuación de mutágenos para mejorar las habilidades de los Swarmers se nos otorga al final de cada nivel. Penalizan las muertes que hayamos sufrido y se confiere una bonificación a la puntuación si no hemos tardado muchos turnos en acabarlo.


Attack of the Earthlings no sólo es un juego de estrategia por turnos que nos permite dar vida a todo tipo de criaturas. A lo largo de la historia, encontraremos a algunos personajes dispuestos a sacarnos una sonrisa. El humor de Marvel está más que presente en esta novedad.

Acabar con algunos de los personajes humanos, aunque sean nuestros enemigos, dará mucha pena, pues sus textos son de lo más divertidos. El hecho de que aparezcan en mitad de la concentración, y digan alguna gracia acompañada de una unidad especial que sea muy difícil de abatir, otorga frescura al juego.

 

ATTACK OF THE EARTHLINGS: CONCLUSIONES

A primera vista, Attack of the Earthlings nos introduce en un universo con mucho humor y niveles relativamente sencillos. Al jugarlo un tiempo, nos damos cuenta de la adicción que crea y de que, horas después, aún queda para largo.

La dificultad es creciente incluso en un mismo nivel, algo que le queda como anillo al dedo. Lo mismo ocurre con sus situaciones cómicas y el con carisma de sus personajes. La relación entre calidad-duración-precio también es otro aspecto positivo, pudiendo adquirirse por 22,99 euros.

Su original jugabilidad se combina con una música que engrandece la aventura y con la que Team Junkfish parece enorgullecerse. Sin embargo, las melodías se vuelven algo monótonas y, a veces, sacan de ese modo pensativo en el que sumerge el juego.

La interfaz es otro de los puntos negativos del juego, ya que es demasiado simple y no ofrece muchas opciones. Attack of the Earthlings no es un juego que mete prisa por acabar los niveles (a pesar de la penalización por tardar demasiado).

Es mejor tardar un poco más que acabar derrotado, teniendo que volver a empezar el nivel entero. Es algo habitual en los juegos de combate por turnos, que carecen de puntos de control.

Si hacemos una fusión de todo, podemos decir que Team Junkfish ha creado un buen juego. A pesar de no innovar en el género, lo hace en su trasfondo. Ponerse en la piel de extraterrestres y ver como los humanos son expansionistas y bélicos por naturaleza da vida a un original argumento.

 

Análisis realizado en la versión para PC. 

Attack of the Earthlings juego