Cuando se adopta una mecánica popular, existen dos opciones: dejarla tal y como está o reinventarla. Paradox University recurre a la segunda, por lo que es capaz de darle una vuelta de tuerca a la memorización. Esta original propuesta llegará en unos días a Kickstarter.
¿CÓMO SE JUEGA A PARADOX UNIVERSITY?
A principios de año, conocimos Paradox University. Fue en BGC, evento de juegos de mesa celebrado en Málaga en este mes de noviembre, cuando hemos podido probar su prototipo.
Estamos ante un juego de mesa de 2 a 4 participantes, creado por Alberto Millán e ilustrado por Ramsés Bosque. Será en unos días cuando se inicie una campaña en Kickstarter, bajo el sello de APA Boardgames. ¿El objetivo? Trasladar el proyecto a las mesas de juego.
Con los viajes en el tiempo como eje central, los jugadores conocerán a distintos personajes de la historia, a la vez que recurren a la memorización como herramienta para la victoria. Tras determinar qué personajes entran en juego y cuántas copias, en base al número de participantes, comienza la partida.
En su turno, cada uno realizará una acción, a escoger entre cuatro. Con la primera, roba una carta del mazo central para dejarla en el lado de la mesa de un oponente boca abajo, tras haberla mostrado. Deberá respetarse la capacidad máxima de cartas.
Con la segunda, y sin mirarla, pasa una de sus cartas a un rival. La tercera permite mirar la carta del contrario (de forma oculta), mientras que la cuarta consiste en levantar dos cartas de la zona del rival. Si descubre una pareja de cartas idéntica, habrá ganado la ronda.
Sin retirar las cartas propias, se inicia una nueva, y así sucesivamente, hasta que alguien alcance el número de victorias marcado. Se convertirá en el ganador de la partida.
PARADOX UNIVERSITY: PRIMERAS IMPRESIONES
La memoria es un elemento muy utilizado en los juegos de mesa, pero no es impedimento para que puedan surgir nuevas mecánicas en torno a ella. No todo está inventado, aunque parezca lo contrario, y Paradox University es el ejemplo perfecto.
A través de unas reglas muy fáciles de comprender y una mecánica intuitiva, revoluciona por completo un clásico. Nos propone algo aparentemente común: encontrar parejas de cartas. Sin embargo, sólo pueden buscarse en la zona de los rivales, algo que complica la misión y marca la diferencia.
Así, dar con dos personajes idénticos no sólo depende de nuestra capacidad de observación y de recordar movimientos, sino de la forma de juego de los demás. Los rivales, mientras persiguen su objetivo en otras zonas (incluida la nuestra), jugarán con el arte del despiste.
Robar nuevas cartas y pasarlas a otros espacios pueden poner todo patas arriba. Con ello, la locura dominará el reto, a pesar de prescindirse por completo del azar. Sobre todo, a tres y a cuatro jugadores.
A dos resultará más sencillo adivinar dónde hay una pareja, para bien o para mal. No bastará con localizarla de la forma más rápida posible, sino que tendremos que confundir al rival mientras él hace lo propio. Cada turno es decisivo en la fina línea entre una victoria y una derrota.
El que se podría definir como un juego en el que reventarse los sesos, no exento de nervios y de tensión, se completa con un modo en solitario. El objetivo pasa por acabar con el menor número de puntos posibles, organizando los personajes en grupos de cuatro cartas.
No bastará con unirlos «a ciegas», atendiendo a un único vistazo, sino que al final de la partida tendremos que recordar el color de cada grupo para sumar el menor número de puntos. La dificultad para obtener un buen resultado continúa estando presente.
Como confirmaron sus creadores, pretende contar con otra modalidades, donde el color de fondo de cada personaje ya no será una pista a tener en cuenta. Al fin y al cabo, identificar cada rostro con su color era una buena manera de orientarse en medio del caos.
El que fue uno de los juegos más sorprendentes de BGC, no dejó indiferente a nadie. La originalidad y la diversión iban de la mano a cada segundo de la partida, mostrándonos un título capaz de sobresalir en el género. Abstrajo a los jugadores por completo de la realidad, introduciéndolos en su burbuja.
Los amantes de la estrategia comprobarán como una buena memoria no lo es todo. Si saben utilizar el engaño y aprovecharse del más mínimo fallo del rival, como auténticos magos, podrán hacerle la vida imposible. ¿Desde cuándo esa carta está aquí? ¿Quién ha intercambiado posiciones? ¡Maldita vikinga!
Sin importar las miles de propuestas de memorización que ya existen en el mercado, APA Boardgames nos llevará a viajar por la historia de la mejor forma posible. Los beneficios que aporta, tanto en niños como en adultos, pasan por ese ejercicio de la memoria y por potenciar la rapidez mental, la identificación visual y la concentración.
A su maravillosa mecánica, fruto de la mente de uno de los autores más prometedores del momento, se le añaden unas preciosas ilustraciones repletas de detalles. Ramsés Bosque destaca por su cuidado trabajo y Paradox University no iba a ser menos.
El que ya es uno de los proyectos más esperados del momento, por ser capaz de ofrecer magia de verdad, recurre a unos componentes prácticos (al menos en su prototipo). De mantenerse la idea presentada hasta ahora, su caja cuadrada serviría como guía y también como tablero de puntuación. No sólo se abaratan costes, sino que permite la máxima organización y un fácil transporte.
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