Ya lo dicen las abuelas: «la avaricia rompe el saco». La sabiduría eterna que desprenden en cada palabra no sólo marca el día a día, sino también las tardes de juegos. Tener presente su valioso refrán es la base para la victoria en La Leyenda del Cerezo que florece cada diez años, novedad que se prepara para llegar a las tiendas.
LAS FLORES DE COLORES
La Leyenda del Cerezo que florece cada diez años es un juego de mesa de 2 a 4 participantes, con competiciones de 20 minutos, recomendado a partir de los 8 años. Lo firma Hinata Origuchi, con ilustraciones de Sylvain Sarrailh.
La que es la edición en castellano de The Legend of the Cherry Tree that Blossoms Every Ten Years llega de la mano de TCG Factory y Fractal Juegos, fruto de su acuerdo con Iello. Se pondrá a la venta el 29 de marzo, aunque podremos encontrarla a partir de este fin de semana en las tiendas que colaboren con su lanzamiento.
Con un precio de 20 euros, nos traslada a un escenario aparentemente relajante, aunque no exento de tomas de decisiones. Cada diez años, durante los primeros días de la primavera, un cerezo se llena de flores. Al caer al suelo, y dado su incalculable valor, es preciso recogerlas lo antes posible. También conceden deseos a quienes lo hagan…
Convertidos en recolectores de flores, los jugadores perseguirán esos deseos. Ser demasiado codicioso tendrá consecuencias negativas, puesto que el cerezo penalizará a quienes reconozca como indignos. El resultado es una preciosa novedad, donde las flores, en forma de fichas de plástico, no pasan desapercibidas.
LA LEYENDA DEL CEREZO: UNA PARTIDA
Cada jugador recibe una pantalla, mientras que las tres cartas de maestría se dejan en el centro, visibles por su lado azul. Las flores, cuyo número varía en función de los participantes, se introducen en la bolsa. Encontraremos blancas, negras, rosas, amarillas, azules claras y azules oscuras.
El turno de cada jugador consta de dos fases. Se repite la misma mecánica hasta que se extraiga la última flor de la bolsa, procediéndose al recuento de puntos.
1. Recolectar flores.
Se extraen tantas flores de la bolsa como se desee, para colocarlas en el centro de la mesa. Pueden realizarse hasta tres extracciones y en total nunca podrán tenerse más de ocho flores. Tras cada una, el jugador comprueba si ha sido una recolección fallida, en cuyo caso está obligado a parar.
Ocurre cuando ha recolectado tres flores del mismo color o cinco de colores distintos. Las flores negras funcionan a modo de comodín negativo, puesto que se unen al color necesario para fallar. En caso de que no se produzca una recolección fallida, el jugador podrá plantarse cuando considere oportuno.
2. Exponer flores.
Tras una recolección fallida, las flores negras se devuelven a la bolsa. El participante escoge dos flores de colores distintos para dejarlas delante de su pantalla. Las restantes vuelven a la bolsa.
Con un éxito en la recolección, se comprueban los grupos de flores para ver si coinciden con los requisitos de alguna carta de maestría. Éstas aportan habilidades si se cumplen, como extraer nuevas flores o pasar una detrás de la pantalla. Las cartas siempre permanecen donde están y sólo puede realizarse un efecto por turno.
A continuación, el jugador puede elegir un color, para colocar todas las flores que coincidan detrás de su pantalla. Las demás se colocan delante.
Fin de la partida
Al extraerse la última flor de la bolsa, el jugador termina su turno y se procede al recuento de puntos en base a las flores de delante y detrás de la pantalla.
Las de delante se agrupan por colores para puntuar por cada uno. Tener cero flores de un color equivale a cero puntos; una resta tres puntos y dos, uno. A partir de tres flores, el número de puntos a recibir aumenta conforme se tengan más. Las negras son comodines.
Las de detrás de la pantalla se agrupan en colores cálidos (rosas y amarillas) y fríos (azules). Las blancas y negras son comodines. Una vez asignados, se levantan las pantallas y se comprueba quien tiene más de cada grupo, siguiendo un sistema de mayorías. Los puntos a repartir en cada grupo varían en función del número de jugadores. El vencedor será quien tenga más puntos totales.
LA LEYENDA DEL CEREZO: CONCLUSIONES
El buen gusto de TCG Factory al escoger juegos con una cuidada estética es incuestionable. La editorial y distribuidora, con sede en Zaragoza, ya sorprendió con la publicación de títulos como Tao Long, Dead Man’s Doubloons o Spirits of the Forest.
Todos ellos tienen en común unos componentes de calidad, llamativos y diferentes a lo que solemos encontrar en el mercado. La Leyenda del Cerezo que florece cada diez años, además de tener un título con una extensión poco frecuente, se sube al carro de los juegos bonitos. Las responsables no sólo son sus flores.
Estas pequeñas fichas de plástico sorprenderán a los jugadores, tanto al tenerlas entre sus manos (con la obligada foto para Instagram) como al llegar a mesa. Se completan con unas pantallas muy resistentes y manejables y con la que se lleva el título de la bolsa más atractiva de los juegos de mesa.
La estética que las acompaña encaja a la perfección con la temática, introduciéndonos en la leyenda propuesta. Realizadas a mano, muestran el enorme potencial de su ilustrador, Sylvain Sarrailh. Es en las cartas donde opta por una iconografía sencilla, que permita dejar de lado el manual tras una primera partida.
Su diseño es de sobresaliente, ¿pero qué ocurre con su jugabilidad? Puesto que un juego está creado para ser disfrutado, más que exponerse (o, al menos, así debería ser), siempre es preciso recurrir a mecánicas a la altura. La Leyenda del Cerezo gira en torno a un ‘set collection’ y a las mayorías.
Cada vez es más habitual que ambos géneros aparezcan juntos, puesto que se equilibran a la perfección. Ir a lo seguro es una posibilidad tan válida como cualquier otra, pero requiere de algo más. En este caso, se opta por ese maravilloso apartado visual y por la inclusión de la gestión del riesgo.
El resultado es un juego familiar, de reglas sencillas. Un par de turnos serán suficientes para recordar su mecánica. A primera vista, puede parece algo liosa la colocación de flores delante y detrás de la pantalla, pero será la misma lógica la que haga el trabajo.
En nuestro turno, realizaremos un reflexión rápida sobre qué pretendemos conseguir. Comenzaremos la extracción, siempre repleta de decisiones. ¿Me arriesgo al descubrir cuatro flores? ¿Me planto o sigo? ¿Y si aparece una negra? Teniendo en cuenta que sólo podemos realizar tres extracciones como mucho, no habrá victoria sin algo de riesgo.
No es preciso actuar como pollo sin cabeza (recordemos el refrán de la abuela), pero tampoco conviene poner por delante la cobardía. Las recolecciones fallidas están ahí, pero no se acaba el mundo por ellas. Por tanto, un buen equilibrio es fundamental en el camino hacia el éxito.
Con ese control sobre el azar, podemos decir que no es fácil hacerse con la victoria. Sobre todo, al competir contra los más estratégicos. Serán ellos quienes aprovechen al máximo las cartas de maestría, arriesgando para obtener sus valiosos beneficios, y los que recuerden las flores de los demás. Debemos aprender de ellos, puesto que la observación y la memorización de las extracciones de los demás también son claves en La Leyenda del Cerezo.
Entre tanto movimiento de flores, los últimos turnos resultarán fundamentales. Aquí adquiere más sentido la colocación de flores delante de las pantallas. Recordemos que tener muy pocas restará puntos, por lo que las cuentas deberían estar en nuestras cabezas antes de que sea demasiado tarde.
Volvemos a encontrarnos un juego donde el recuento de puntos es tan divertido como el mismo transcurso de la partida. Tras esas sumas y restas de delante de las pantallas (a las que no les vendría mal una libreta), aparece la gran sorpresa: descubrir lo que hay detrás. Esto sólo debe hacerse una vez asignados los comodines.
El ‘set collection’ de delante da paso a las mayorías de detrás. Debemos volver a valorar todo. Los colores cálidos recompensan con más puntos si se tiene la mayoría, pero quizás, asignarles demasiados comodines puede dejar en el aire a los colores fríos. ¿Y si resulta que, por asegurar un grupo, acabo perdiendo en los dos?
Con los nervios a flor de piel, compararemos resultados. Comentaremos intenciones que jamás han llegado a realizarse y planes sin cumplirse. Compartiremos la emoción. Expresaremos la rabia con ese «por una», maldiciendo a la familia del cerezo, para creer que en el siguiente intento tendremos todo controlado.
Así, La Leyenda del Cerezo es un juego con más estrategia de la que parece, con una combinación de géneros que continúa funcionando. Las partidas son muy rápidas, por lo que escala muy bien a tres y a cuatro jugadores, sin demasiado análisis parálisis. A dos, gracias a su variante, tampoco tiene desperdicio.
La interacción entre jugadores no es demasiado amplia, lo que se «soluciona» en su modalidad avanzada. Llega con el lado rosa de las cartas de maestría, con requisitos idénticos, pero con efectos diferentes. El esfuerzo por utilizarlas merecerá mucho más la pena, puesto que tendremos control sobre las flores de los demás, con sus fatídicos intercambios.
Como es natural, ellos también lo tendrán sobre las nuestras. Esto exige una improvisación constante, sobre todo de cara a esos últimos turnos, donde todos tenemos miedo de los puntos negativos… Recomendamos que, tras un par de partidas, utilicemos siempre esta cara de las cartas.
Como conclusión, La Leyenda del Cerezo divierte, a la vez que aporta una imagen idílica y refleja la evolución constante del sector. Ahora bien, ¿funcionaría igual sin ese bonito diseño? Queda claro que las partidas ya no serían lo mismo. Si las florecillas se hubieran sustituido por simples marcadores, probablemente tendría menos opciones de salir a mesa.
Sin embargo, quienes se animasen a darle una oportunidad, se encontrarían con esas reglas rejugables, repletas de detalles que merece la pena descubrir en primera persona. Es el caso, por ejemplo, de los originales comodines negativos (flores negras), que se pegan como lapas al colorido siguiendo un sistema inteligente.
COMPONENTES DE JUEGO
- 96 Fichas de Flor
- 3 Cartas de Maestría
- 4 Pantallas
- Bolsa
- Instrucciones (castellano)
3 thoughts on “La Leyenda del Cerezo, ¿conformismo o avaricia?”
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