Pandemain, una cuidada temática para la colocación de trabajadores

Pandemain

Hace unos meses, Amphora Games presentaba Pandemain, un ‘euro’ que combina la colocación de trabajadores, el comercio y las mayorías. Presente en Protos y Tipos 2019, ya conocemos todos los detalles del proyecto.

 

¿CÓMO SE JUEGA A PANDEMAIN?

Pandemain: El Pan Tradicional de los Granjeros es un juego de tablero de 1 a 4 participantes, con competiciones de 90 a 180 minutos, recomendado a partir de los 12 años. Creado por Javier Fuentes y Rafa Oliva, cuenta con ilustraciones de DanielRGB.

Se trata del nuevo juego de Amphora Games, editorial responsable de Pentaurus Duel. Será próximamente, en una fecha aún por determinar, cuando inicie su campaña en Kickstarter para tratar de convertirse en una realidad.

Esta propuesta nos traslada a Nördlingen, un pequeño pueblo amurallado en el año 1276. Con la siempre presente Inquisición, sus habitantes disfrutan, durante el día, de una gran actividad comercial. Es por la noche cuando sólo unos pocos continúan trabajando, demostrando sus habilidades en la panadería.

En una lucha por los puntos de victoria, las partidas se estructuran en cinco rondas. Cada una de ellas consta de cuatro fases: día, anochecer, noche y amanecer. Tras repartir los componentes iniciales a cada jugador y preparar el escenario, comienza la partida.

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Fase de día

Es en el día donde los cuatro trabajadores de cada jugador se colocan en las distintas ubicaciones del tablero, en base a la estrategia a seguir. El quinto podrá obtenerse al alcanzar el octavo nivel de penitencia o 17 puntos de victoria, pudiendo utilizarse en la ronda en que se consigue.

El tablero consta de distintas zonas, donde situar a esos trabajadores y aprovecharse del efecto. El gremio de panadería es el lugar donde contratar y mejorar panaderos. El castillo es la zona para pedir préstamos, mientras que el granero sirve para obtener harina en la próxima ronda si se deja ahí al trabajador.

En el molino tomaremos una columna de harina pagando su coste y en la casa de trueque realizaremos intercambios. Los dominios del señor feudal obligan a pagar por los trabajadores que ya haya ahí. Permiten producir dos unidades de pan o tres, en caso de contar con carretillas o bueyes.

También sirven para vender una unidad recién creada, a cambio de un trabajador adicional o de un favor. Pasan por bueyes, vacas, carretillas, leche, harina, sal o levadura, entre otros beneficios. Se pueden reclamar a lo largo de la partida o conservarlos, para obtener puntos de victoria al final.

En el mercado, con sus casetas, se compran ingredientes, mientras que en la granja se compran vacas, bueyes y carretillas. Las vacas se voltean para obtener leche (volviendo a su cara principal durante la fase de mantenimiento). Los bueyes y las carretillas mejoran las acciones de zonas como el molino o el mercado.

Por último, en el río se obtiene agua (más cantidad si tenemos una carretilla). Es en la iglesia donde se decide el orden de turno y se realizan ofrendas para subir en el marcador de penitencia. Llegan en forma de monedas o ingredientes. A medida que se avance en el marcador de penitencia, se pueden obtener recompensas o puntos de victoria, además del quinto trabajador.

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Fase de anochecer

Durante el anochecer, los trabajadores se recogen. El pan creado a lo largo del día caduca. A lo largo de la ronda, realizaremos distintos tipos de pan, atendiendo a las recetas mostradas en los tableros de jugador.

Podremos crear pan de centeno, de espelta, de avena y de trigo, con sus correspondientes ingredientes (agua, sal y levadura) y harinas. Todos menos el de centeno precisan de un maestro panadero para crearse, a contratar en el gremio de panadería.

Al cumplir con la receta exacta, se crea pan de alta calidad; al sustituir ingredientes, pasa a ser de baja calidad. En función del creado, tendrá más o menos caducidad. Es decir, se colocará más a la izquierda o más a la derecha, simulando el tiempo con el que contamos para venderlo en los mercados. Al salir del marcador, por caducar, sólo se obtiene un penique.

La calidad del pan determinará el nivel de reputación del jugador, sumando o restando puntos de victoria al final de la partida. Una buena reputación también recompensa con ventajas a utilizar a lo largo de la competición, como son los ingredientes extra al acudir al mercado. Se podrá vender en los pueblos, atendiendo a los requisitos y con sus correspondientes beneficios.

Fase de noche

En la noche, cada jugador podrá colocar a uno de sus trabajadores en una zona dedicada al trabajo nocturno, a cambio de una moneda.

Fase de amanecer

El amanecer funciona a modo de fase de mantenimiento. El marcador de Inquisición avanza en el marcador de penitencia. Aquellos jugadores que estén por delante, ganan un punto. Quienes estén detrás obtienen un San Benito, con sus tres puntos negativos al final de la partida si no logramos descartarlo. Pueden eliminarse al situarse en las primeras posiciones de la iglesia.

Se repite la misma mecánica a lo largo de las cinco rondas, equivalentes a cinco días. El vencedor será quien posea la mayor cantidad de puntos de victoria.

 

PANDEMAIN: PRIMERAS IMPRESIONES

Lo que en unos juegos sirve como complemento, en otros adquiere todo el sentido del mundo. La temática, tan olvidada en ocasiones, es la gran protagonista de Pandemain. Amphora Games apuesta fuerte por ella, consciente de su peso fundamental a la hora de decantarse por un juego o por otro.

Con la enorme cantidad de juegos que ven la luz, es habitual que el elemento diferenciador lo aporten las ambientaciones, más que las mecánicas. Porque quizás haya muchos juegos de colocación de trabajadores, pero pocos sobre panadería.

Esta propuesta no reinventa mecánicas, pero las adapta por completo a un atractivo tema como es la creación del pan en la Edad Media. Con ello, recurre a unas clásicas colocación de trabajadores, gestión de recursos, comercio y toma de decisiones.

El resultado es un juego de mesa sin nada que envidiar a sus compañeros de género, que va por el buen camino. Quienes hayan podido probarlo en las diferentes jornadas y eventos a las que acuden sus responsables, comprobarán como parte de unas reglas sólidas, sin fallos, de las que ya se modificará bien poco.

Se acompañan de un tablero intuitivo y precioso, tan funcional como espectacular, y de unos componentes que empiezan a tomar su forma definitiva. Con ellos, es sencillo retroceder en la historia. Ayuda, aún más, saber que es fiel a los acontecimientos, fruto de un exhaustivo trabajo de recopilación de información.

Si bien su ambientación tan lograda es su gran atractivo, no deben pasarse por alto algunos aspectos de su jugabilidad. La enorme libertad de elección, al ofrecer un buen número de opciones para cada turno, es uno de sus puntos fuertes. Podremos enviar a los trabajadores a zonas muy distintas, en función de los intereses que se tengan a cada momento.

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Los espacios son limitados, favoreciéndose la más que necesaria pelea por los puestos de toda colocación de trabajadores. Obliga a improvisar sobre la marcha, a la vez que nos permite optar por unos espacios o por otros por el mero hecho de fastidiar a los demás.

Obtener ingredientes es tan importante como contar con panaderos especializados y con ayudas, en forma de vacas o bueyes. Aunque es compatible con un buen número de estrategias, el equilibrio resulta fundamental. Sólo una buena gestión y un correcto aprovechamiento de turnos se traducirá en una exitosa reputación.

La creación de pan, siguiendo las recetas, es una de las partes que más sorprenderá a los jugadores. Introduce los elementos tan populares de los juegos de restaurantes, siguiendo un sistema inteligente.

Obviamente, un pan de calidad se traducirá en mayores beneficios, pero crear pan de baja calidad también tendrá su miga. Y nunca mejor dicho. Es básico valorar las opciones adecuadas a cada momento, al gasto de recursos, a las opciones de venta y al novedoso sistema de caducidad.

La división de las rondas en los distintos momentos del día también es todo un acierto. Esta originalidad nos lleva a comprobar la dureza del oficio y a seguir aprovechando cada instante. La obtención temprana del quinto trabajador es una buena forma de no perder tiempo.

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Por último, destacamos la presencia de la Inquisición. Muy frecuente en este tipo de juegos, nos llevará a realizar sacrificios para esquivar los puntos negativos. Así, será preciso seguir valorando qué es conveniente en cada caso. Sea cual sea la respuesta, queda claro que centrarse únicamente en el éxito personal está penalizado, lo que no deberá pasarse por alto.

Pandemain: El Pan Tradicional de los Granjeros puede definirse como un ‘euro’ de peso medio, que promete funcionar muy bien con todo tipo de jugadores. Principalmente, lo valorarán los amantes de la colocación de trabajadores, quienes quieran acercarse al género o los que busquen títulos muy cuidados.

Sus reglas no son complicadas, pero sí que exigirán un alto nivel de concentración y atención. Tendremos muchas decisiones por tomar, valorando sus consecuencias, y un pequeño error podría traducirse en un tropezón importante. Por suerte, contará con unas hojas de ayuda muy útiles.