Tranjis Games, responsables del exitoso Virus!, lanzan el que es su juego más bonito hasta la fecha. Biombos repletos de detalles, con princesas y doncellas escondidas, dan forma a Princesa Jing. Comparten protagonismo con los portadores del espejo mágico, cuya misión es reflejar lo que tienen enfrente.
UN ESCENARIO EN TRES DIMENSIONES
Princesa Jing es un juego de tablero para 2 participantes, con competiciones de 25 minutos. Recomendado a partir de los 8 años, lo firma Roberto Fraga. Sus ilustraciones son obra de Naïade.
Será mañana, 10 de mayo, cuando llegue oficialmente a las tiendas, a un precio que ronda los 35 euros. La que es la edición en castellano de Princess Jing surge como acuerdo entre Matagot y Tranjis Games, editorial que acaba de lanzar El Tesoro de los Dragones.
Con las tres dimensiones como seña de identidad, esta novedad tiene como protagonistas a dos princesas retenidas en la Ciudad Prohibida de Beijing durante la dinastía Ming. Las hermanas están prometidas a dos ancianos, aliados del Emperador. Luchando contra su destino, tratarán de alcanzar la libertad.
Se moverán a través de los biombos, con la ayuda de sus doncellas, escondiéndose de los portadores del espejo mágico. Ganará aquélla que se reúna con su amado capitán de la guardia imperial. El reto se desarrolla en dos modalidades.
PRINCESA JING: UNA PARTIDA
¡Princesas a la fuga!
Antes de empezar, se deja el tablero en la mesa. Las tres filas centrales las conforman biombos vacíos. La más cercana a cada jugador estará ocupada por dos biombos vacíos y tres con su princesa, doncella y portador del espejo mágico, en la disposición que se desee. Cada uno sólo verá sus propias fichas.
Seleccionan una ficha de capitán para dejarla en el centro de la zona opuesta. Comienza la partida. El turno de cada jugador comenzará con el movimiento, como acción obligatoria, para terminar con identificar a la princesa rival, como acción opcional.
Movimiento de un biombo
El participante en turno podrá intercambiar dos biombos adyacentes del tablero, ya sea en vertical, horizontal o diagonal, siempre que no se deshaga el movimiento anterior del oponente.
Podrá sustituir esta opción por la retirada de su princesa o de su portador del espejo mágico. En este caso, muestra el biombo a intercambiar y espera a que su rival cierre los ojos. Lo colocará en su fila inicial, sustituyendo el espacio dejado por un biombo vacío.
Señalar un biombo del rival
Al finalizar el movimiento, podrá señalar donde cree que está la princesa del rival. Se descubre ese biombo. Si estaba en lo cierto, gana un turno extra. La princesa se retira a la fila inicial, siguiendo las mismas reglas que en el caso anterior.
Si falla, es el rival quien gana ese turno adicional. Los portadores del espejo son la forma de identificar personajes del contrario, puesto que reflejan lo que tienen enfrente.
La partida finaliza en el momento en que un jugador coloca a su princesa enfrente de su capitán. Se comprueba para reclamar la victoria.
Los animales legendarios
La fila central del tablero es ocupada por biombos vacíos. Cada jugador tendrá diez biombos para colocar, habiendo tenido que elegir dos fichas de animal para introducirlas en ellos y añadiendo un portador del espejo. Los sitúan en sus dos filas más cercanas, teniendo en cuenta que la princesa y la doncella deben estar en la primera fila.
Dejan sus tres fichas de guardián en la parte opuesta del tablero y reciben una carta de objetivo, a mantener en secreto ante el rival. En ella, se indica hasta qué guardián deben conducir su princesa. Cada uno está relacionado con dos animales, por lo que deberán localizar las fichas de animal del contrario, haciendo uso de sus dos portadores del espejo.
Las reglas son las mismas, aunque se añade una acción especial y opcional: la parálisis impresionante. Ocurre cuando un jugador coloca a su princesa enfrente de un portador del espejo mágico. El propietario del portador puede señalar el biombo con la princesa.
Ésta queda paralizada, por lo que dispone de cinco turnos para buscar al capitán correcto y llevar a su princesa hasta él. Si lo consigue gana la partida. Por contra, si en esos cinco turnos no llega hasta él, pierde la partida.
Se repite la misma mecánica hasta que una princesa llega hasta su capitán. Debe comprobarse que el capitán hasta el que ha llegado es el correcto, siguiendo la carta de objetivo. Si no es él, pierde la partida.
PRINCESA JING: CONCLUSIONES
Biombos repletos de detalles, con la estabilidad por bandera. Todos juntos conforman un precioso escenario, en el que resulta muy fácil introducirse. Invitan al jugador a saltar de uno a otro, a esconderse, a aislarse por completo del mundo exterior.
Los poderes del amor y de la libertad recaen en sus manos, con la responsabilidad que conllevan. Desafiando un cruel destino, que nunca debió existir, guían a su princesa hasta su amado capitán. Para que Jing llegue hasta él, Fang debe perder. Para que Fang complete su meta, Jing debe quedarse atrás.
Como en la vida real, no hay héroes que valgan. Son ellas mismas las que se adentran en un laberinto para alcanzar la salida. Su inteligencia y audacia serán sus principales herramientas en un juego donde la victoria se traduce en una derrota del rival. Sin remordimientos.
Princesa Jing, el juego más bonito de Tranjis Games, también es el más ambicioso. Llega en formato de caja grande, con un práctico inserto de plástico donde organizar todos los componentes. La aventura comienza con un minucioso montaje. Tras destroquelar los componentes, de la forma más cuidadosa posible para evitar disgustos, colocaremos las tres piezas de biombo sobre sus soportes.
Repetiremos la tarea, ya mecánica, hasta tener 25. Una vez montados, podrán guardarse así en la caja para evitar su rotura y no perder tiempo. Incluso sus fichas principales, al estar presentes en las dos modalidades, podrán quedarse ya dentro.
Las fichas de capitán se unen a sus peanas. Los portadores del espejo mágico cuentan con una pegatina para evitar que sus espejos se dañen. Es preciso retirarlas antes de la primera partida para que el reflejo se vea con claridad. Lo que parece obvio, puede ignorarse, dado que estos adhesivos tienden a pasar desapercibidos.
Todas y cada una de las piezas son muy resistentes y de un grosor que potencia su duración. En un juego donde el movimiento es la acción principal y en el que no existen protectores, es preciso que así sea. Por tanto, la belleza, la espectacularidad de las tres dimensiones y la calidad se encuentran en la misma caja.
Es más que evidente que Princesa Jing llama la atención a simple vista. Una vez acercado al jugador a su terreno, debe impresionar por su jugabilidad. De forma resumida, esta novedad podría definirse como el juego del gato y del ratón, adaptado a la actualidad. El escondite en la mesa. Las mecánicas clásicas en su fiel reflejo de lo abstracto.
A través de unas reglas sencillas, se da forma a un intenso duelo. Los planes estratégicos, elaborados sobre la marcha, deben ir de la mano de una buena deducción. Resulta clave aplicar el arte del despiste, en esa combinación entre «cazar» al contrario y escapar a tiempo.
Por tanto, el ataque se combina con la defensa. Existen distintas estrategias posibles, pero no debe descuidarse ninguno de los dos puntos. La forma de jugar del rival marcará la dificultad para llegar hasta el lado contrario, como si del juego de las damas se tratase.
En su modalidad básica, es importante no infravalorar a ninguno de los tres personajes. La princesa debe llegar a su destino, y no lo hará estando parada, pero tampoco renunciando al poder de los otros dos. ¿Si muevo constantemente a mi doncella, creerá mi rival que se trata de la princesa? ¿Llegará a confundirla con ella si no se fija bien? ¿Conseguiré que sea él quien mueva a mi princesa hasta la meta?
El portador del espejo es esencial para desenmascarar al contrario. Eso sí, también requiere de grandes dosis de disimulo por parte de su propietario. Éste verá reflejado lo que hay enfrente, pero sólo podrá distinguir a la princesa de la doncella mirando atentamente. De no hacerlo sin llamar la atención, el rival se percatará de la posición de su captor, jugando con ventaja.
En todo momento, recurriendo a la concentración y a la observación, tendremos que tener muy presente qué zonas se han recorrido. Un pequeño despiste puede traducirse en dar vueltas sin sentido, permitiendo que el compañero se mueva como pez en el agua. Por descontado, jamás deberemos perdernos uno de sus movimientos.
Que encuentren nuestra princesa no es una derrota. Es más, una retirada a tiempo puede evitar perder un valioso turno, que bien podría marcar la diferencia. Si algo es sospechoso, podemos optar por retirar a la princesa o al portador, e iniciar un nuevo plan. Mejor ejecutado que el anterior, ya sabiendo cómo actúa el otro.
Al encontrar a la princesa contraria, podemos tomar varios caminos. Un turno adicional siempre resulta jugoso, pero si sabemos esperar, podremos utilizarlo cuando estemos a escasos segundos de la victoria. Eso sí, implica no perder de vista a la princesa y que el contrario no se percate de nuestra intención.
Para no arruinar la experiencia, es esencial que ambos tengan claro que no se pueden hacer trampas. Por muy pequeñas que sean. Así, mientras retiramos una ficha, es esencial que el contrario mantenga los ojos cerrados. Totalmente cerrados. Es recomendable recolocar todos los biombos de la primera fila para evitar desvelar como «el torcido» tiene a la princesa.
Por su parte, al mover un biombo siempre debemos hacerlo sin girarlo y sin tocar más de la cuenta. Lo recomendable es agarrarlo por la parte superior, puesto que por otro sitio nos llevaría a notar que hay una pieza dentro. Los portadores son los más altos, por lo que podríamos tocar el del rival sin querer.
El resultado es una carrera que bebe de los clásicos, como el ajedrez o las damas, apostando por una jugabilidad abstracta. Enamorará a los amantes de los duelos tradicionales, sin importar su experiencia en juegos de mesa o su edad.
La rejugabilidad se potencia con Los animales legendarios, modalidad que sólo debe introducirse cuando dominemos el modo básico. Las reglas anteriores crecen con los objetivos ocultos. La dificultad aumenta a gran escala, no en su ejecución, sino en su dominio.
El principio de las partidas debería estar protagonizado por los portadores, en su búsqueda de los animales del rival. Hasta que no los hayamos localizado, no sabremos qué guardián tiene el corazón de la princesa, por lo que no deberíamos aventurarnos (a no ser que nos guste dejar todo en manos del azar y de la suerte).
Para la tarea, contaremos con un portador extra. El número de estrategias se amplía. Podemos centrarnos en buscar o en proteger a los animales. Un pequeño avance de la princesa tampoco es mala opción, para facilitar la segunda parte de la partida. Las retiradas a tiempo también son un acierto.
Una vez encontrados, sabremos hasta qué guardián ir (lo bueno es que el rival no sabrá cuál es). Lo más complicado, que es mover a la princesa entre tanto portador, aún está por hacer. No hay que olvidar que ahora aparece la regla de la parálisis impresionante.
Aunque muchos jugadores tienden a evitarla, por el elevado riesgo que supone, puede salvarnos la vida en varias ocasiones. No es recomendable cuando no hemos localizado ningún animal, pero si ya tenemos uno o los dos, puede ser un arma maestra.
Paraliza al rival, por lo que contamos con cinco turnos para ganar. La vida es para valientes, siguiendo el ejemplo de las princesas que lo arriesgan todo por amor. Con la cabeza bien fría, por supuesto.
Especialmente en esta modalidad, Princesa Jing nos obliga a estar atentos a muchos detalles como son el movimiento propio, el del rival y la posición de las fichas. No todo es tan sencillo como tratar de avanzar, y retroceder si nos pillan, puesto que en este segundo caso, la imprudencia está penalizada.
El laberinto que nos acerca Tranjis Games es emoción en estado puro. Nervios y tensión. Es jugar al despiste y aplicar la deducción a cada momento. Se convierte en locura y en desesperación, en estrategia y en alegría. Sus dos modos, aunque comparten reglas, se traducen en competiciones muy distintas unas a otras.
Una vez probada la modalidad para expertos, será muy complicado volver a la anterior, a menos que compitamos contra novatos. Querremos buscar los valores de honestidad, sabiduría y clarividencia, en forma de grulla, zorro y lechuza. Reírnos de las trampa efectuadas con éxito. Aprovechar el riesgo máximo.
El engaño es, en esencia, el elemento que mejor define a Princesa Jing. Da forma a una experiencia que atrapa, muy fácil de sacar a mesa y con una preparación muy rápida (a excepción del primer montaje). El que es uno de los juegos destacados de Roberto Fraga toma lo mejor del presente para combinarlo, con gran acierto, con la nostalgia del pasado.
COMPONENTES DE JUEGO
- 25 Piezas de Biombo
- 6 Fichas de Capitán
- 6 Fichas de Animal Legendario
- 4 Fichas de Portador del Espejo
- 2 Fichas de Doncella
- 2 Fichas de Princesa
- 6 Losetas de Objetivo Secreto
- Tablero de Juego
- Instrucciones (castellano)
3 thoughts on “Princesa Jing: el precioso duelo de los espejos”
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