Una pregunta es capaz de envolver toda una historia. De resumir un misterio. Un asesinato. Un juego. Encontrar la respuesta es el resultado de una exhaustiva investigación, en la que dar sentido a lo que, a priori, parece no tenerlo. ¿Quién es Vincent Leblanc? Reseñamos el nuevo juego de la serie Sherlock.
ASÍ ES SHERLOCK: ¿QUIÉN ES VINCENT LEBLANC?
Sherlock: ¿Quién es Vincent Leblanc? es uno de los nuevos juegos de la serie Sherlock, ya disponible a un precio que ronda los 8 euros. Se lanza junto a El mayordomo y Entre tumbas, en forma de títulos independientes.
De 1 a 8 jugadores se enfrentan en retos de 60 minutos, indicados a partir de los 10 años. Josep Izquierdo y Martí Lucas, creadores de la colección original, vuelven a dar vida a un nuevo juego. Esta vez, no hay autores invitados a cargo de su historia, lo que supone un regreso a los orígenes.
Ilustrado por Alba Aragón, nos lleva a resolver un nuevo caso, con la deducción como herramienta principal. GDM Games, su editorial, nos traslada a París, con un atropello como punto de partida.
Un misterioso atropello
20 de mayo de 2019. París. Un atropello y un cuerpo sin vida. Su identificación informa a los agentes de que se trata de Vincent Leblanc. Su nombre es muy conocido por ser un hombre muy rico.
El conductor se ha dado a la fuga y, para colmo, el supuesto asesinato se ha producido en el extrarradio. ¿Qué estaría haciendo Leblanc en esa zona? Mientras la Police Nationale trata de mantener a la prensa alejada, es momento de que Homicidios se ocupe del caso.
Responder a la pregunta de ¿quién es Vincent Leblanc? será la base de la investigación. A partir de ahí, buscaremos a un posible asesino y las causas que le habrían llevado a cometer el crimen. Contaremos con declaraciones, informes forenses, mensajes del teléfono de la víctima e imágenes de su entorno.
La mecánica Q System
Fiel a la mecánica Q System, presente en los juegos Sherlock, esta novedad comienza con la lectura o la escucha de lo sucedido. A continuación, dejaremos la carta inicial en el centro.
Barajamos el mazo, para repartir tres cartas a cada jugador (dos en partidas de seis o más jugadores). Podremos compartir, en todo momento, la información subrayada o la recogida en los cuadros de texto de nuestras cartas.
Un turno consiste en seleccionar una carta de la mano para dejarla visible en el centro, leyendo en voz alta la información, o para descartarla boca abajo. Es obligatorio que, al final de la partida, haya al menos seis cartas descartadas.
Finaliza robando una carta del mazo. El final llega cuando se han agotado todas las cartas de la mano. Los participantes podrán compartir lo que recuerden de las pistas descartadas para, después, elaborar una teoría conjunta.
Se abre la parte oculta del manual para responder a las diez preguntas del cuestionario. Se accede a la crónica de lo sucedido y se comparan las soluciones para obtener una puntuación final. Cada acierto son dos puntos y cada pista irrelevante revelada resta uno.
SHERLOCK: ¿QUIÉN ES VINCENT LEBLANC? – CONCLUSIONES
Es habitual que los retos de la serie Sherlock acaben con teorías completamente alejadas de la realidad. No es problema de las pistas que aparecen en cada caja, sino de la coordinación del grupo y de las decisiones individuales.
En caso de que la puntuación haya sido nefasta, podemos realizar un ejercicio que nos permita saber qué ha sucedido. Recogemos las cartas para analizar, de una en una, su información. ¿Conclusión? Todo estará más que claro, no porque ya conozcamos la solución, sino porque hemos tenido todas las pistas en la mano.
Unas se conectan con otras, permitiendo dar forma a unos acontecimientos. Nuestra mente los ordenará cronológicamente, comprendiendo qué datos eran relevantes y cuáles estaban para despistar.
Si hemos jugado en grupo, sabremos que los errores habrán llegado al olvidar información clave y al compartir trampas. Nos habrá faltado un orden y una relación. ¿Será porque esa pista no ha llegado a tiempo? ¿Por haber ignorado algo por no desmontar nuestra teoría perfecta?
Lejos de echar las culpas a quienes han descartado o jugado sus correspondientes cartas, o a los que se han guardado una importante durante demasiado tiempo, nos servirá para mejorar de cara a futuros casos. O, al menos, para echarnos unas risas.
¿Qué ocurre si hemos jugado en solitario? En este caso, habremos tenido toda la información delante de nuestros ojos. Para nuestra desgracia, no habrá aparecido en el mejor orden. Nuestro criterio para descartar tampoco habrá sido el mejor.
Sherlock: ¿Quién es Vincent Leblanc? se engloba como un nuevo reto de dificultad media. Los acontecimientos no son especialmente rebuscados, pero se traducirán en unos cuantos quebraderos de cabeza. Desde la misma presentación del supuesto asesinato, comprobaremos como las cosas no cuadran. Es por ahí por donde debemos tirar.
Revelar cartas es sinónimo de arrojar luz y confusión, a partes iguales. Una vez más, el hecho de que carta carta irrelevante para el caso reste puntos si es revelada, nos llevará a descartar más de la cuenta. Por miedo. Es natural, puesto que un punto arriba o abajo puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Como hemos visto, todas las pistas encajan a la perfección. Por tanto, la cooperación, la comunicación, la lógica, la cabezonería y las decisiones son las que nos llevarán a obtener un resultado u otro.
Cuando ya no haya vuelta atrás con lo que hemos revelado, es importante que la memorización entre en escena. Será necesaria para compartir la información que hemos descartado, con la mayor exactitud posible. Los distintos puntos de vista determinarán si era importante o no, y hablar de ello funcionará como una segunda oportunidad para solucionar errores.
Llegado el punto en el que ya estén todas las pistas sobre la mesa, y las ideas descartadas en mente de todos, habrá que atar cabos. Es recomendable huir del efecto líder. Cada uno deberá tener sus minutos para hablar del caso y para compartir la experiencia.
Por disparatadas que resulten algunas ideas, siempre podrá aprovecharse algo. O todo. La teoría perfecta caerá por su propio peso. ¿Y si realmente era la teoría perfecta y la hemos adornado tanto que ha perdido todo el sentido? El riesgo también forma parte de la colección y del título que nos ocupa.
El cuestionario vuelve a contar con diez preguntas, que también juegan con el despiste y con la confusión. Ocurre lo mismo que en los exámenes: podemos contestar a todo y entregarlo o darle una segunda vuelta, con la que cambiar respuestas para que todo encaje. «¡Miércoles! ¡Estaba bien!». Nuestro yo del futuro tendrá que ser el más precavido de la sala.
Al leer la crónica y comprobar las respuestas, los saltos de alegría, los gritos de rabia y las caras de asombro tendrán un gran protagonismo. Todos querrán ver las cartas que jamás vieron. Comprobar si, con ellas, todo hubiese sido mejor.
Una de las mejores partes que tienen los Sherlock es el buen sabor de boca que siempre dejan. Independientemente del resultado. Las ganas que se crean por enfrentarse a un nuevo reto, para mejorar o para presumir de coordinación.
En ¿Quién es Vincent Leblanc? sus autores originales vuelven a casa. A demostrar como su serie seguirá viva mucho más tiempo, siempre que haya tramas como la que acaban de presentar. Lógica, pero con detalles que descuadran, tomando prestado lo mejor de una novela policíaca. La tensión de un drama.
Regresan a los inicios, respetando la mecánica con la que los primeros vieron la luz. Siguen apostando por una historia adulta, donde todo, o casi todo, es posible. Juegan con el factor sorpresa, de tal forma que lo previsible deja de serlo en cuestión de minutos.
GDM Games lanza tres retos de forma simultánea, consciente de la adrenalina que necesitarán los jugadores tras enfrentarse a uno. Si ya hemos resuelto los tres, no queda otro remedio que esperar. Al menos, lo haremos con ilusión al saber que la serie continúa.
No es para menos, puesto que está siendo un éxito en todo el mundo. Como su propio editor nos contaba, en una entrevista realizada a finales de año, llegarán nuevos títulos. Los Sherlock ambientados en el Oeste y el Concurso Sherlock 2020 son sólo una muestra de lo que está por llegar.
La mejor opción para amenizar la espera es prestarlo a otros grupos. No importa que jamás hayan jugado a un juego de mesa, puesto que aunque se presenta en forma de baraja, comparte más similitudes con una experiencia de escape.
Si podemos estar presentes en la resolución, mucho mejor. Disfrutaremos con las decisiones tomadas y con las teorías elaboradas. No son necesarios grupos grandes para resolverlo, por lo que es fácil ser observadores en muchas otras experiencias.