Nuestra fiel compañera de vida. Es común apreciarla, pero para amarla, es preciso comprenderla. Al menos, en parte, puesto que la forma en que da vuelcos al corazón o eriza la piel es magia en estado puro. Nos referimos a la música, protagonista del método lúdico Sounds Like Fun.
¿QUÉ ES SOUNDS LIKE FUN?
Presentado a principios de año, Sounds Like Fun se define como un método lúdico musical. El objetivo es conseguir que pequeños y mayores se familiaricen con sus diferentes conceptos y que lleguen a entenderlos. Lo hace mediante el juego.
Este proyecto llegará a Verkami el 1 de abril, mediante tres barajas de cartas. Su autor, Ignacio Alfredo Montali, se apoya en los entretenimientos tradicionales, a la par que concede libertad al jugador para que invente sus propios juegos.
Re-Memora
54 cartas, compuestas por 27 diseños distintos, dan forma a este ‘memory’, a disfrutar en solitario o en grupo. Lleva a familiarizarse con los símbolos de elementos como la clave de Fa, la clave de Do, el sostenido, el silencio de corchea, el pentagrama o la semicorchea.
Se barajan las cartas para disponerlas boca abajo, en el centro de la mesa. Durante su turno, el jugador gira dos de ellas. Si ambas son iguales, se las guarda y lleva a cabo un nuevo turno. Al no acertar, las cartas vuelven a dejarse boca abajo.
El ganador será quien haya acumulado más puntos, con diferentes formas de puntuación. Se proponen diferentes variantes, que pasan por incluir cartas trampa, por los regalos tras descubrir dos pares consecutivos o por la cooperación.
Do-Mi-Si
Uno o más jugadores practicarán con esta baraja de 28 cartas, que inicia en la lectura del pentagrama, relacionando el nombre de las notas con su posición. En este caso, se sigue la esencia del dominó.
Tras mezclar las cartas, se reparten siete a cada participante. El Do Central comienza la partida o, en su defecto, el Doble Re, Doble Mi, y así sucesivamente. Durante cada turno, el jugador coloca una carta, haciéndola coincidir con uno de los extremos de las cartas del centro.
Si no tiene ninguna compatible, tendrá la opción de robar antes de colocar una carta. Se repite la misma mecánica hasta que alguien se quede sin cartas. Los demás cuentan las suyas. Cada carta regular suma un punto y cada carta doble, tres. El Do Central equivale a cinco puntos.
Se inicia una nueva partida, repitiéndose la misma mecánica. Cuando un jugador alcance la puntuación marcada, queda eliminado, por lo que el vencedor será el último en seguir en pie.
Como alternativas, se proponen cambios en el sistema de robo, que el ganador sea quien se lleve la victoria en determinadas partidas o jugar con notas específicas. También aparecen la modalidades cooperativas.
Pentanaipes Teclanaipes
Dos barajas, con 54 cartas cada una, dan forma a esta propuesta, compatible con casi cualquier juego de una baraja tradicional. Pretenden desarrollar las relaciones melódicas y armónicas y la escritura en las claves de Sol y Fa. Nos sumerge en los acordes y en las escalas.
A disfrutar en solitario o en compañía, cada baraja presenta cuatro colores: rojo (clave de Fa grave), azul (clave de Fa agudo), verde (clave de Sol grave) y amarillo (clave de Sol agudo). Se completa con seis comodines.
Una vez que hayamos mezclado las dos barajas, se reparten tantas cartas a cada uno como equivalgan a la vuelta en la que estemos, empezando por cuatro. La primera del mazo se deja visible. En su turno, el jugador roba dos cartas y descarta dos de la mano.
Una vuelta termina cuando alguien reúna las cartas que conformen el juego. Es decir, unísonos, una escala pentatónica, tonos y semitonos, una escala diatónica, un acorde o una escala cromática, entre otros. Suma tantos puntos como cartas contenga, antes de pasar a la siguiente vuelta.
Al completar la última, el que tenga la mayor puntuación gana. La puntuación positiva puede cambiarse por una negativa o por la diferencia, en forma de variantes.
Se propone un segundo juego, en forma de duelo. Cada uno contará con un mazo y con cinco cartas boca arriba. Extrae una carta para dejarla en el centro.
Ambos tendrán que colocar cartas sobre las columnas, en sentido numérico o cromático. El objetivo será formar escalas, de tal forma que siempre queden cinco boca arriba. Cuenta con diferentes variantes.
SOUNDS LIKE FUN: CONCLUSIONES
Música. Una asignatura que ha marcado a personas de todas las generaciones y, por desgracia, no siempre para bien. El proceso de aprendizaje comienza desde pequeños, con el solfeo y con la memorización de los elementos que componen el pentagrama.
La flauta acostumbra a ser el instrumento en el que se materializa toda la teoría, si es que alguna vez la hemos comprendido del todo. Sounds Like Fun nace como una alternativa que aprovecha todos los beneficios del juego para aplicarlos al aprendizaje.
A cargo del proyecto, está un grupo de profesionales en educación musical, entre otros ámbitos, con muchos años de experiencia en la enseñanza. Como ellos mismos señalan, solo un 3% de las personas que han contado con una práctica musical consigue superar las primeras barreras del aprendizaje.
«Un porcentaje aún menor es el que llega a comprenderlas», añaden. Es preciso reconocer que la teoría musical no es sencilla de entender (ni de explicar). Si los métodos no ayudan, todo se volverá más complejo, de ahí que aunque la música nos acompañe en nuestro día a día, sea poco lo que sepamos de ella.
El juego nos lleva a adquirir conocimientos de una forma divertida, a memorizar mediante la simbología y a entender mediante ejemplos prácticos. Partiendo de esta idea, este método lúdico permite aprender música de una forma entretenida.
No recurre a mecánicas innovadoras, sino a los juegos clásicos. Esto tiene una ventaja: no perder tiempo en comprender sus reglas, ya que jugadores de todas las edades estarán familiarizados con ellas. Los mayores pueden ser los grandes compañeros de juego de los niños, uniendo a diferentes generaciones en torno a la mesa.
Sin estas distracciones, todo el esfuerzo recae en asimilar lo que se quiere transmitir. Es recomendable comenzar con Re-Memora. Será la forma de descubrir los símbolos musicales. A continuación, pasaremos a Do-Mi-Si, con su lectura del pentagrama.
Además de proponerse distintas variantes para cada uno, en base a los intereses o para variar el tiempo o el nivel de dificultad, se concede libertad absoluta para crear juegos propios con las barajas. Es más, se invita a los jugadores a compartir sus experiencias, con la idea de crear una enorme comunidad detrás de Sounds Like Fun.
Pentanaipes Teclanaipes estaría recomendado para niños y adultos que ya comprendan el lenguaje musical. Será la forma en la que descubran, por ejemplo, escalas y acordes. Cada una de las dos barajas que lo componen simula una tradicional, haciendo la función de los palos.
Las cartas están numeradas, por lo que podremos utilizarlas para jugar al cinquillo, a la brisca, a las siete y media o a la escoba, entre otros juegos tradicionales. Será así como vayamos adquiriendo información sin darnos demasiada cuenta.
No tardará en despertarse la curiosidad, como en los otros juegos. Buscaremos semejanzas y diferencias en las cartas, de tal forma que nuestro cerebro comience a asociar. ¿Los graves están en la parte inferior del pentagrama? ¿Los agudos arriba? ¿Por qué el Sol sostenido y el La bemol aparecen en la misma carta?
Esas ansias de conocimiento no son sencillas de generar y Sounds Like Fun lo consigue en su totalidad. Si bien podemos estar algo perdidos al principio, después nos percataremos de detalles interesantes. Estas barajas también muestran su posición en el piano. Leeremos el pentagrama mientras vemos su tecla correspondiente.
Estamos ante el reto más completo de los tres, que también cuenta con sus respectivos modos de juego. Nuevamente, opta por reglas muy sencillas. La observación y la concentración serán las claves para pelear por la victoria.
El éxito de Sounds Like Fun en Verkami, cuya campaña está prevista para el 1 de abril, será determinante en el proyecto. Sus responsables ya piensan en una segunda parte, donde las cartas cederán el protagonismo al tablero. Se seguirá apostando por lo tradicional, al simular el ajedrez, las damas o el parchís.
En ella, entrarán en escena las dimensiones de ritmo y de forma. Aún hay una primera etapa por superar, pero esta mirada en perspectiva ya indica que estamos ante el principio de un concepto muy bien pensado, a utilizar en las aulas o en casa.
Introducirlo en clase (Primaria y Secundaria) o incluso en las escuelas de música promete ofrecer grandes resultados. Puede funcionar como explicación complementaria o como refuerzo a todo lo aprendido. Tener entre las manos ese aprendizaje, en ocasiones abstracto, siempre ayuda. Poder tocarlo. Sentirlo.
Los conocimientos que transmite no son exclusivos para niños y adolescentes. En Pentanaipes Teclanaipes son avanzados, por lo que es una buena forma de que los adultos retomen su aprendizaje musical justo donde una vez se quedaron. Por descontado, es recomendable que comiencen por los primeros juegos si apenas recuerdan nada.
Ellos también utilizarán el poder de la memoria y de la lógica, mientras su mente asocia formas y colores. En Sounds Like Fun no sólo se explican fundamentos musicales, sino que sus creadores, fruto de la experiencia, conocen los métodos de asimilación con los que la mente trabaja.
Los combinan con la interacción entre jugadores, con la victoria en base al esfuerzo y con la satisfacción de superar retos en solitario o de forma cooperativa. Podría definirse como un método lúdico musical abierto, por las infinitas posibilidades de juego propuestas y por proponer.
Estaríamos ante la solución a un sistema educativo que no siempre se adapta a las necesidades de los alumnos, dejando vacíos que nos acompañan durante toda la vida. Tiene un enorme trabajo profesional detrás, puesto que adaptar juegos tradicionales a la teoría no es tan sencillo como puede parecer.
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