Esta mañana me he levantado muy temprano. La ilusión está presente en cada rincón de mi casa, ya que la familia va a ir al nuevo zoo. Dicen que hay osos, bonobos e incluso hipopótamos. Los niños no paran de preguntar cuándo salimos.
Les enseño la entrada y el folleto y vemos la última campaña de publicidad lanzada. La emoción crece. Una vez allí, resulta difícil saber por dónde comenzar. Vemos animales en hábitats grandes y espaciosos. «¡Mira!, si hasta hay un pangolín». Leones, hienas, lobos y nuestros queridos osos. Para mi sorpresa, hay tres tipos en diferentes lugares, aunque el oso gris es mi preferido.
Multitud de personas se agolpan para ver al bebé oso Teddy juguetear con un palo. Se rasca con él. Lo muerde. La cosa se pone interesante. Las tiendas de recuerdos y de comida están situadas de una manera estratégica. ¡Menudo olor!
En los carteles informativos, repartidos por todo el parque, se nos educa como visitantes. He estado investigando un poco antes de venir y este nuevo zoo colabora en múltiples programa de cría y reproducción de animales. Cuidándolos, para después soltarlos a la naturaleza. Todo esto es Planet Zoo.
PLANET ZOO, UN PASO MÁS
Frontier Developments está a cargo de Planet Zoo. También es el estudio responsable de los exitosos Planet Coaster, Jurassic World Evolution y Elite Dangerous, entre otros. Con esta propuesta, basada en el cuidado de animales, dan un paso más en el género de la gestión y la simulación.
Como ya se anticipaba en su presentación, no consiste en colocar animales en lugares cerrados. Hay muchas variables a las que atender, mucha decoración a la que recurrir y, sobre todo, mucho cariño que aplicar.
Planet Zoo se encuentra disponible para PC, mediante Steam, a un precio de 44,99 euros. Puede disfrutarse en castellano. Su Deluxe Edition está valorada en 54,99 euros. Incluye tres animales exclusivos, fondos de pantalla y la banda sonora.
Las críticas de la comunidad en esta plataforma son muy positivas. Los DLC no corren la misma suerte. Aunque añaden contenido considerable al juego, las ventas por partes no parecen convencer a todos los jugadores por igual.
En cuanto a los requisitos, exige un punto medio entre un ordenador de la NASA y una patata con teclas. Con un ordenador medio, con 8 GB de RAM y un procesador no muy viejo, funcionará a las mil maravillas.
Algo que a Planet Coaster le hizo muy bien es el Workshop de Steam. Con Planet Zoo ocurre lo mismo. Ya son casi 30.000 las creaciones por parte de los jugadores para aplicar en nuestros zoos.
Las experiencias en anteriores juegos han servido para mejorar en calidad y en jugabilidad. El estudio ha sabido escuchar muy bien a los jugadores y se ha mostrado muy receptivo en cuanto a opiniones. Un ejemplo lo encontramos en la investigación del juego, que permite dar un paso más en dificultad.
LA COMPLEJIDAD EN LOS PEQUEÑOS DETALLES
Sus creadores se han puesto el listón muy alto con sus anteriores trabajos, con comparaciones que se hacen inevitables. Planet Zoo ha ido mejorando con el tiempo. Estamos ante un juego de simulación, pero sobre todo de gestión.
Formamos parte de los diferentes problemas por resolver a lo largo de la experiencia. Los pequeños detalles serán difíciles de abarcar y es ahí donde reside la complejidad a la hora de alcanzar el éxito. El gran atractivo.
Al inicio, es preciso escalar muy bien las mejoras del zoo con el dinero que tengamos, puesto que costará bastante que se mantenga a flote. Recurrir a los préstamos es casi una obligación para los que no sean expertos.
La fórmula del ensayo y error forma parte. No siempre acertaremos con los distintos animales y necesitaremos cambios muy costosos para sus entornos. El esfuerzo se verá recompensado. Conseguiremos nuevos con los llamados puntos de conservación.
La venta no aparece como tal, pero sí lo que podríamos considerar un intercambio por dinero o por esos preciados puntos. Soltar especies también tendrá sus recompensas.
Los visitantes seguirán teniendo un enorme protagonismo, ya que al fin y al cabo, de ellos dependerán la gloria o el fracaso del proyecto. Incitarles a gastar más dinero y tratar de evitar sus enfados son dos de las misiones a las que el jugador se enfrentará de forma permanente.
Los gráficos continúan con un estilo ‘cartoon’ para los visitantes, lo que recuerda mucho a Planet Coaster. Algo que funciona, no debería modificarse. En lo que respecta a los animales, se apuesta por un gran cambio. Seremos testigos del cuidado y del mimo se le ha puesto a la calidad gráfica de las criaturas.
El realismo es de notable alto, tirando a sobresaliente. Los gestos y los movimientos están muy bien conseguidos. El sonido puede ser lo que menos destaque en un principio. Sin embargo, su música relajante cumple la función de apoyo. Por desgracia, si no nos detenemos en escucharla, ni nos daremos cuenta de su existencia.
Podríamos decir que Planet Zoo combina las experiencias pasadas de Planet Coaster y Jurassic World Evolution para pasarlas por la coctelera. Y funciona.
LAS MODALIDADES DE JUEGO
El número de modos y la forma de exprimirlos es fundamental a la hora de decantarnos por un juego o por otro. En el caso de Planet Zoo, cuenta con un modo carrera como estrella. Sin ir más lejos, es el mejor para adaptarnos a todo lo que ofrece.
En él, se guía al jugador por unos escenarios, acompañados de útiles tutoriales, como si de una bicicleta con ruedines se tratase. Conforme vamos superando escenarios, nos irán quitando la ayuda de un ruedín, hasta, finalmente, dejarnos libertad absoluta.
Se completa con un modo desafío. Funciona como una modalidad libre, pero con objetivos a completar y con limitación de dinero. Es, quizás, el más interesante de todos. Permite elegir el bioma y el continente donde situar el zoológico.
Una vez puesto el nombre, será hora de volar. Nos encontraremos con un gigantesco solar vacío en el que desplegar nuestra imaginación y aplicar una perfecta gestión. Es fácil perder dinero si no sabemos equilibrar gastos.
En tercer lugar, tenemos el modo creación. Es, básicamente, un cajón de arena en el que hacer lo que sea sin preocuparnos del dinero o de investigar las diferentes mejoras. Están todas a nuestra disposición.
Por último, aparece un modo franquicia, ahora mismo parado por la actual crisis, al igual que los desafíos de la comunidad. Funciona como un salto a la hora de crear un zoo como en el modo desafío. En este caso, estamos conectados online con otros zoos para intercambiar animales de todo tipo y mejorar la calidad.
LAS MEJORAS Y LAS EXPANSIONES
Las mejoras no paran de llegar desde su lanzamiento en el pasado mes de noviembre. Unas llegan en forma de corrección de errores. Otras, añaden contenido para personalizar el parque o como nuevos animales.
Los artículos en el Workshop de Steam no para de crecer, con lo que podremos hacernos con los que nos gusten. Por descontado, es posible crear objetos o cualquier edificio para compartirlo con los demás.
Respecto a los DLC, por el momento hay dos, aunque se irán sumando más en un futuro. Como su propio título indica, el nuevo South America Pack nos traslada a América del Sur con nuevos animales y edificios exclusivos. Será en los próximos días cuando analicemos su contenido.
Algo parecido ocurrió con Artic Pack, expansión ambientada en el Ártico. Los osos polares, la decoración navideña y la nieve adaptada a edificios y biomas hicieron su aparición.
PLANET ZOO: CONCLUSIONES
Planet Zoo ha dado un paso más en las creaciones de Frontier Developments. Arregla muchos de los errores que se habían cometido en el pasado, como el aburrimiento progresivo.
A cambio, ha cometido otros como el inicio lento y, en ocasiones, tedioso. Hay veces que el dinero no sube por causas que escapan a nuestra comprensión, mientras que en otras, en la misma situación y sin cambiar ningún parámetro, la cosa va bien.
Cuando nos adentramos en el juego, comprobamos como todo fluye. En ningún momento da la sensación de que la interfaz o las posibilidades abrumen. Todo lo contrario: al conocer sus opciones será difícil escapar de ellas.
Ver a los animales tan bien hechos significará tirarse un largo rato observando qué hacen. Las preciosas vistas también son dignas de admirar.
Las herramientas están mejoradas. Para crear barreras, poner animales o cualquier cosa que hagamos, la facilidad es máxima. No se pierde el entretenimiento que esto produce. La creación de hábitats es también sencilla y práctica. Lo único que dificulta el avance es el excesivo precio de las tiendas, por lo que no abundarán en los zoológicos de los principiantes.
Estamos un juego ideal para estos jugadores novatos. No se encontrarán con trabas, a la par que tendrán ayuda en todos los aspectos.
Para los expertos, tanto en el género como en los juegos de Frontier, la experiencia también será más que gratificante. Debe tenerse en cuenta que no estamos ante un reto de acción, aunque ¿por qué no comprobar si un león es más fuerte que un oso?
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