El Pasaporte de la Ruta de los Dragones de Madrid acaba de iniciar una campaña de búsqueda de financiación en Verkami. Se trata de un librojuego, donde recorrer los rincones de la capital en busca de fantásticas criaturas.
ASÍ ES EL PASAPORTE DE LA RUTA DE LOS DRAGONES DE MADRID
El Pasaporte de la Ruta de los Dragones de Madrid (Dragon Trail Passport Madrid) necesita 1.500 euros para convertirse en una realidad en el mes de octubre. Es un proyecto de Cucafera Games que seguirá la esencia de El Pasaporte de la Ruta de los Dragones de Barcelona.
Su precio durante la campaña es de 12 euros (10 para los más rápidos), en una recompensa que incluye el juego y una chapita. Incrementando esta cantidad, se añaden otra copia, El Pasaporte de Barcelona, una lámina firmada por la ilustradora, una camiseta o los gastos de envío internacionales, entre otro contenido.
Creado por Núria Casellas e ilustrado por Marta Calvo y Craig Petersen, se presenta en castellano, inglés, francés y alemán. Se completa con una funda y con una cinta, con las que facilitar su transporte por toda la ciudad.
Tiene como objetivo mostrarnos las criaturas legendarias que oculta Madrid. Forman parte de fuentes, esculturas y edificios. Encontraremos sus diez guaridas siguiendo las pistas marcadas. Durante la campaña, podrán desbloquearse otras dos.
¿Cómo se juega?
El Pasaporte de la Ruta de los Dragones de Madrid seguirá la misma estructura que su antecesor. Nos convertirá en buscamitos para sellar sus páginas por medio de pegatinas.
Cada guarida cuenta con su propia dirección y con las línea de metro que nos llevarán hasta ella. Se acompaña de un pequeño mapa de la zona. Cuando estemos en el punto exacto, atenderemos a la simbología para localizar a la criatura.
Sabremos si es pequeña, mediana o grande y su altura con respecto al suelo. Otro icono nos indicará a qué horas puede visualizarse. Si necesitamos más información, basta con escanear el código con el dispositivo móvil.
Una vez encontrado, buscaremos la pegatina perteneciente a esa criatura para colocarla en su correspondiente página. Habremos sellado esa localización (podrá despegarse sin problemas si nos equivocamos). El último paso será marcar la casilla de fuego, electricidad, agua, aire, metal o piedra, en base al tipo que creamos que es el bicho. Podremos pasar al siguiente.
EL PASAPORTE DE MADRID: PRIMERAS IMPRESIONES
Todas las ciudades esconden secretos y Madrid no iba a ser menos. El Pasaporte de la Ruta de los Dragones de Madrid es ese nexo entre fantasía y realidad. El compañero de unos paseos distintos, donde visitar el hogar de dragones y criaturas legendarias.
Esas guaridas no se encuentran en lugares recónditos, sino en aquéllos que hemos pisado una y otra vez. ¿A alguien le suena El Retiro? El que ha sido el escenario de muchos encuentros es, ahora, uno de los destinos para los buscamitos.
Quienes descubren Madrid por primera vez (o segunda o tercera), visitarán lugares emblemáticos a la vez que tratan de cumplir la misión. El Pasaporte se conforma como la mejor guía turística que pueden encontrar. El recuerdo perfecto de la tienda de regalos. Eso sí, a completar antes de marcharse.
Se pasearán por zonas que merece la pena ver, mientras buscan a las criaturas. Siguiendo las pistas de cada localización, hallarán el tesoro. Ya sólo quedará localizar la pegatina correspondiente para sellar esa página. Si le echamos imaginación, sabremos de qué tipo es. ¿Las alas son clave? ¿La boca?
Una vez completado en su totalidad, nos habremos llevado un bonito recuerdo. Serán las memorias de una aventura donde conocer a seres que no creíamos encontrar en medio de la arquitectura. Un álbum testigo de los mágicos encuentros.
Al igual que ocurría con el de Barcelona, tiene el poder de sorprender incluso a los habitantes de la ciudad. No importa que llevemos toda una vida en Madrid. Seguramente, descubriremos criaturas nuevas, con las que despertar la curiosidad. ¿Por qué están ahí? ¿A qué hacen alusión? ¿Quién las construyó?
Volveremos a pasearnos por lugares emblemáticos, aunque esta vez, desde una perspectiva diferente. Nos asombraremos al comprobar como ese dragón ha estado siempre ahí, invisible ante nuestros ojos.
Este proyecto continúa con la original idea de Cucafera Games, adoptando el mismo formato, en A6. Es fácil de transportar, en su funda, colgado al cuello. Sencillo de manejar, con iconos entendibles de un solo vistazo, independientes del idioma.
Marta Calvo, su ilustradora, es capaz de reflejar el alma de cada rincón, con un arte excepcional. La editorial reitera la importancia de que alguien que conoce bien la ciudad esté a cargo de sus dibujos.
Volvemos a estar ante una experiencia que se disfruta más si contamos con un par de días, aprovechando cada visita para recorrer los alrededores. Es el pasatiempo ideal para las familias y para las parejas, sin importar la edad de los buscadores.
No necesitaremos más de un Pasaporte por grupo, pero quizás todos los integrantes quieran conservarlo como recuerdo. Así, aunque no es rejugable, volver a pasar sus páginas meses después nos devolverá la sonrisa que nunca perdimos en la búsqueda.
En esas excursiones, aparecerán los debates y los intercambios de opiniones. Se transformarán en anécdotas que quizás queramos apuntar también. Por descontado, también es posible disfrutarlo en solitario.
En este caso, no tendremos que adaptarnos al ritmo de nadie. Acompañados de nuestros propios pensamientos y reflexiones, haremos algo de ejercicio y potenciaremos la observación. Cada detalle podría ser la propia solución. El silencio, la clave para escuchar los rugidos de las bestias…
El éxito que tenga El Pasaporte de la Ruta de los Dragones de Madrid podría suponer una ampliación de este concepto a otras muchas ciudades. ¿Sevilla? ¿Burgos? ¿Alicante? ¿Santander?
La idea se convierte en una revolucionaria forma de hacer turismo en diferentes puntos de España (o incluso fuera). En una nueva ciudad. En nuestra propia ciudad. En una forma distinta de soñar al aire libre, en un año en el que nuestra percepción de libertad parece haber cambiado para siempre.
Las imágenes se han tomado a partir de una guía de muestra, por lo que no corresponden a su versión final.