TCG Factory lanzará Honey y Sticky Chameleons durante 2021. Se trata de dos nuevos juegos infantiles, de los que se han desvelado los primeros detalles.
LOS NUEVOS JUEGOS INFANTILES DE TCG
Aunque Honey y Sticky Chameleons estarán dirigidos a los más pequeños de la casa, no seguirán la línea de la colección didáctica que hay en marcha. Ésta comenzaría con Sabuesos y Constructorres, a finales de enero, para continuar con Lady Up y 16 Sheeps a mediados de año.
Los nuevos títulos llegarán en la mitad de 2021. Honey se presenta como una competición entre 2 y 4 jugadores, de 15 a 25 minutos, indicada desde los 5 años. Tiene a Anna Oppolzer y a Stefan Klob como autores, mientras que sus ilustraciones corren a cargo de Louis Vettese.
La edición en castellano se lanzará fruto del acuerdo con Pegasus Spiele. Nos moveremos por una pradera repleta de coloridas flores, con abejas que recogen el polen para convertirlo en un sabroso néctar.
Con la caja como tablero, tiraremos el dado en cada turno para mover a la pequeña abeja. Ésta soltará el polen en todas las flores que encuentre en su misma línea hasta que detenga el movimiento.
La memoria desempeñará un papel fundamental en esta experiencia en tres dimensiones y, como elemento innovador, también las pistas que recurren al oído. Puesto que cada flor tiene la forma de tubo hueco, al dejar caer una ficha de polen descubriremos si es una flor vacía o llena, en base al sonido.
El turno termina con otro lanzamiento del dado, esta vez para obtener las fichas que hubiera dentro de una flor. El primero en llenar su bote gana la partida.
Por otro lado, Sticky Chameleons es un juego de Iello. Creado por Théo Rivière y Cédric Barbé, e ilustrado por Rémy Tornior, podrá disfrutarse entre 2 y 5 jugadores. Está indicado a partir de los 6 años, con una duración de 20 minutos por partida.
Se define como un juego de habilidad, con un componente estrella: lenguas largas, pegajosas y elásticas. En la piel de un camaleón con familia numerosa, tendremos que buscar comida. Aunque los depredadores no se atreven a meterse con ellos, la falta de alimento crea auténticas batallas campales.
Sujetaremos una lengua con una mano para cazar a los insectos indicados en los dados, a base de latigazos. Al atrapar al más apetitoso, se despegará con la otra mano para volver a dejarlo en la mesa.
Se traducirá en una preciada ficha de apetito, que necesitaremos para alcanzar la victoria. En plena caza, los demás intentarán arrebatarnos el insecto, también «a lengüetazo limpio», en palabras de la editorial.