Ésta es la primera vez que coso algo en toda mi vida. Miento: la segunda. Cuando tenía cinco años, dedicamos toda una tarde entera en el colegio a coser un muñeco de papel. Claro que con punzón y almohadilla debajo. Había mucho torpe suelto.
Guardo buenos recuerdos, aunque mis dedos no pueden decir lo mismo. Quizás, los pequeños puntitos en las yemas tengan su origen en aquel día… En pleno derramamiento de sangre, quienes no estuvieron presentes fueron los nervios, al contrario que ahora. La presión es fuerte y el maldito hilo no entra. Menos mal que no hay punzones ni agujas… Reseñamos Franky.
UN JUEGO DE MESA CON HILO
Franky es un juego de mesa de 1 a 6 participantes, indicado desde los 4 años. Se conforma como un reto familiar, con competiciones de 5 minutos de duración.
Creado por Anna Lucini y Pau Moré (Senbazuru), cuenta con ilustraciones de Alba Aragón. Ya se encuentra disponible en formato de caja mediana, fruto de la colaboración entre GDM Games y Old Teddy’s Company (OTC). Consta de piezas de cuerpo, cartas e hilo.
La acción nos arrastra hasta la Escuela Superior de Magia. No hay encantamientos por aprender, pero sí varios monstruos a los que dar vida. En la clase de hoy, la tarea pasa por coser las diferentes partes del cuerpo, siguiendo el patrón correcto. El primero en conseguirlo reclamará la victoria.
Toma la forma de reto de habilidad, haciendo uso de la destreza manual. Sus autores, ganadores de los HISPA Awards 2021 por este juego, ofrecen tres niveles de dificultad: normal, avanzado y experto.
FRANKY: UNA PARTIDA
Antes de empezar, extraemos todas las piezas de cuerpo de la caja. Barajamos las cartas de patrón por tipos para repartir una de cada pila por jugador, bocarriba. Las sobrantes se dejan en el centro, por si quisieran cambiarlas.
Será momento de crear el monstruo. Cada carta de patrón muestra una pieza de cuerpo, con el dibujo que realizaremos con el hilo para unirla a otra. Localizamos esas partes y tomamos un hilo.
Así, cada pieza tendrá que unirse siguiendo el patrón de su carta, pasando el hilo por los agujeros. Es importante saber que podremos colarlo hasta tres veces por el mismo orificio. Cuando un jugador tenga las piezas unidas, gritará «¡está vivo!».
Comprobamos que las costuras sean correctas por la parte superior. De ser así, gana la partida. Será el alumno del mes. Si hubiese algún error, todos continúan por donde se habían quedado. Ese jugador no tendrá más remedio que deshacer lo que estuviera mal, continuando en la carrera.
FRANKY: CONCLUSIONES
En mi mar de ideas preconcebidas, siempre he pensado que la costura era algo relajante. Ilusa. También he creído que la obra final tendría algún sentido. Mi lobo gris tiene su propio brazo izquierdo, pero espera a ver su brazo derecho. También es suave, pero de un tono marrón. Luce media camiseta de tirantes y está a punto de enseñar ombligo.
Las piernas no se quedan atrás. Le estoy cosiendo unos leotardos de rayas y una faldita negra de lo más ‘cool’. Ahora que veo mi obra casi terminada, empiezo a adorar este estilo. Echo un vistazo a los costureros de al lado. Gran error que pagaré caro.
En medio de esta carrera a contrarreloj, pensaba que iba de maravilla. No lo es. Me ha bastado observar al monstruo de mi derecha para ver como ya está casi completado. El de mi izquierda lleva el mismo camino. ¡No puede ser, tenía que haber seguido concentrada en lo mío!
Regreso a mi trabajo. A esos leotardos que empiezan a atragantarse. ¿Qué diantres…? Las últimas puntadas están mal. No era forma de ‘M’, sino de ‘N’. Tengo que descoser las tres últimas. Tal vez, llegue a tiempo. «¡Está vivo!». ¿Quién está vivo? Ah, sí, tu monstruos «perfecto». De acuerdo, has ganado. Eres el alumno del mes. Pero mi monstruo era más bonito, y lo sabes. El más bonito de todos.
Franky no sólo es uno de los juegos más originales del catálogo de GDM Games, sino de todo el marcado. La editorial continúa con su labor de lanzar títulos que no se parezcan a otros, algo que vuelve a conseguir con hilo de por medio. Por algo se ha ganado el premio HISPA 2021.
No es la primera vez que juntamos partes de un ‘Frankenstein’ para darle vida, pero sí la primera que lo cosemos de verdad. El resultado es una carrera a contrarreloj, donde la presión y los nervios se cuelan entre la rapidez mental y la habilidad.
Anna Lucini y Pau Moré ya sorprendieron con Senbazuru, una leyenda japonesa traducida en un duelo abstracto de colocación de losetas. Con Franky, cambian totalmente de temática y de mecánicas. No abandonan unas reglas sencillas, aunque en este caso, sin estrategia de por medio.
Lo realmente importante es la atención al detalle. La concentración. El reparto aleatorio de las cartas de patrón garantiza infinidad de combinaciones y una rejugabilidad máxima. Daremos forma a variopintas criaturas, con patrones diferentes. De hecho, que nos haya tocado un mismo patrón dos semanas atrás no implica jugar con ventaja.
Una vez que tengamos nuestras cartas, será momento de abstraernos del mundo. Identificamos las partes correspondientes y empezamos la costura. Hilo por dentro. Hilo por fuera. Hilo por dentro. Hilo por fuera. El resultado merecerá la pena, siempre y cuando logremos acabarlo. De hecho, no son pocos los que piden terminarlo aunque la partida ya haya llegado a su fin. Sólo por ver recompensado el esfuerzo.
Habrá quienes se motiven mirando a los rivales. Correrán como nunca. Por su parte, no faltarán los que prefieren no levantar la vista de su monstruo, no vaya a ser que cometan un error que acabe pagándose caro. Para creer que van bien, aunque en realidad, la lentitud sea su fiel amiga.
No hay plan más válido que otro. Lo que resulta fundamental es controlar los nervios. Al menos, no plasmarlos en la obra final. Es muy común encontrar un pequeño fallo que nos haga corregir. Retroceder nos alejará de la victoria.
La rapidez de las partidas son un punto a favor de Franky. También sus turnos simultáneos. Será muy común querer iniciar otro reto. Aunque el nivel de dificultad lo aportan los propios jugadores, en función de su habilidad, los propios patrones generan tres tipos de retos.
Están representados en las cartas mediante bobinas, de tal forma que continuemos ante un juego independiente del idioma. Lo ideal es comenzar por las normales para, tras un par de entrenamientos, pasar a las avanzadas. Las de nivel experto constituirán una auténtica locura, ya que representan patrones que, a priori, resultan imposibles de completar. ¡Sólo aptas para amantes de los retos dolorosos!
La experiencia se completa con un modo en solitario, en el que introducir un cronómetro. ¿La misión? Crear al monstruo antes de que terminen los cinco minutos. ¿Conseguido? Rebajamos el tiempo 30 segundos. ¿Ni en sueños? Lo aumentamos 30. La rejugabilidad llega al superar marcas propias, gracias a la experiencia.
Ya sea en una modalidad o en otra, en un nivel normal, avanzado o experto, estamos ante un juego cargado de beneficios. Sorprende y divierte, mientras nos sumerge en un entrenamiento para los sentidos. Aunque a nadie nos viene mal poner a prueba nuestras capacidades, serán los pequeños quienes le saquen el mayor provecho.
Practicarán la identificación de formas, al reconocer las partes acordes a los patrones. Después, mientras aplican la concentración, desarrollarán la coordinación óculo-manual. La vista marcará el ejercicio que realizarán sus dedos, reproduciendo patrones con el hilo.
No menos importante es el resultado final. Habrán tomado cariño a sus personajes y, tal vez, no quieran descoserlos en un tiempo. No importa. Siempre podrán ponerle un nombre a esa paliducha vampiresa. Al lobo con cara de pocos amigos. Crearán una historia, individual o con todos los personajes, aprovechando el inmenso poder de la imaginación.
Franky es un juego que apuesta por la igualdad de género, lo que ayudará en esa creación de historias. Existen tantos personajes femeninos como masculinos, por lo que estaremos generando un mensaje que debería estar ya presente en todos los ámbitos de la sociedad.
Los niños se lo pasarán de maravilla cosiendo, pero también nuestros mayores. No tienen desperdicio las partidas que unen a nietos y a abuelos. Serán éstos quienes demuestren unas habilidades entrenadas durante muchos años, refrescando una capacidades que entrenan la mente. Refrescando recuerdos.
Aprovecharán las reglas sencillas y los componentes vistosos y grandes para no oxidarse. Si no quieren participar en la carrera, siempre podrán coser por libre, sin ningún tipo de presión. La experiencia continuará brillando y haciendo su función.
Alba Aragón, una habitual en los juegos de GDM Games, es la encargada de las ilustraciones en Franky. Recurre a un colorido diseño. A unos personajes con personalidad propia. Por su temática, encaja muy bien en una celebración de Halloween, pero también durante el resto del año.
Las simpáticas ilustraciones se acompañan de un manual claro, que no deja dudas en el aire. De una simbología entendible a simple vista, que tampoco precisa de aclaraciones adicionales.
Ahora bien, ¿qué hay del hilo? Es habitual que, tras unas cuantas partidas, empiece a deshilacharse. Si cortamos un poco la punta, volverá a ser útil. Para todo hay solución, ya que podremos reemplazarlo por otros que tengamos en casa sin problemas, de un grosor similar. Eso sí, se nos habrán acabado las excusas ante una derrota.
COMPONENTES DE FRANKY
- 18 Cartas de Brazo Izquierdo
- 18 Cartas de Brazo Derecho
- 12 Cartas de Piernas
- 6 Cartas de Cabeza y Tronco
- Carta de Trofeo
- 12 Piezas de Brazo
- 6 Piezas de Cabeza y Tronco
- 6 Piezas de Piernas
- 6 Hilos de Colores
- Instrucciones (castellano, inglés, francés, alemán)