¿Lo mejor de los Sherlock? Su costumbre de llegar de tres en tres. Intrusión, Frida y El fantasma de la habitación 208 están disponibles de forma independiente, pero resultará complicado llevarse sólo uno.

Una muerte repentina, el robo de un impresionante collar tras la gala del año y un nuevo «accidente» en el Hotel Blair. En la habitación de siempre, para ser exactos. Nuevas tramas se suman a la colección. Bien podríamos decir que la deducción y la investigación permanecen intactas, pero no es así. Con cada historia, se ven obligadas a reinventarse.

 

TRES NUEVAS CAJAS DE BOLSILLO

Como bien sabrán los fans de los juegos Sherlock, existen títulos pertenecientes a colecciones (Aquelarre, Far West, Junior, Fantasy) y títulos ajenos a ellas. Pues bien, Intrusión, Frida y El fantasma de la habitación 208 no pertenecen a ninguna, pero se estrenan de forma simultánea.

Comparten la jugabilidad cooperativa, pero varía todo lo demás. GDM Games, su editorial, apuesta por el formato de siempre: caja de bolsillo. Es la que permite transportarlos a cualquier lugar y, además, conservar su precio inferior a los 8 euros.

Cada una puede disfrutarse entre 1 y 8 participantes, en 60 minutos, desde los 10 años. Comparten el nivel medio de dificultad y unas ilustraciones de Amelia Sales, habitual en la serie. Los autores cambian. Intrusión lleva las firmas de Josep Izquierdo y Martí Lucas (padres de los Sherlock); Frida es obra de Isabel Gutiérrez; El fantasma de la habitación 208 es una creación de Núria Casellas.

INTRUSIÓN, FRIDA Y EL FANTASMA…: UNA PARTIDA

Antes de empezar, debemos saber que cada caja sólo podrá disfrutarse una vez por grupo. Sus cartas no se pintan ni se rompen, por lo que es posible prestarla a otros, a ser posible, ejerciendo de anfitrión para potenciar la diversión. Si lo dejamos en la estantería, es posible que en unos años hayamos olvidado la solución.

Sherlock: Intrusión

Una llamada quedará grabada para siempre. Èric Vidal se encontraba de viaje cuando, al descolgar el teléfono, la policía le informa del fallecimiento de su hermano Josep. Éste empezó a sentirse mal cuando estaba de visitar en casa de su madre…

Es momento de regresar. De acompañar a mamá ante esta desgracia. Por lo pronto, desde Investigación Criminal investigan el suceso. La madre no es el único testigo. Luisa Caicedo García, su cuidadora, tal vez tenga algo que decir.

Sherlock: Frida

Josephine Pioneer fue la gran estrella de los Premios Leonardo 2020. Como era de esperar, la actriz deslumbró en la alfombra roja. Ganadora de cuatro de los galardones, por su papel de protagonista en la película Lejos del amor, lució el famoso collar Frida.

Lo que nadie esperaba es que la noticia se volviese amarga. Esta mañana, un representante de la firma Maryland Company, creadora del collar, acudía al hotel en el que se alojaba el equipo de la película para recoger la joya. Para su sorpresa, la caja fuerte estaba vacía. ¿Qué habrá pasado con el collar Frida? ¿Se produciría algún incidente en la fiesta posterior a la entrega de premios?

Sherlock: El fantasma de la habitación 208

El teléfono suena en las oficinas de Cazadores de Espectros S.L. El director del Hotel Blair informa de un suicidio. Nadie se sorprende al descubrir que se ha producido en la habitación 208. Por desgracia, no es la primera vez que ocurre algo ahí.

La policía ya ha llegado al lugar de los hechos, pero el director Thomas Thompson parece convencido de que el fantasma ha vuelto a hacer de las suyas, de ahí que requiera de la presencia de esta empresa. Por lo pronto, será momento de registrar la famosa habitación en busca de alguna pista.

¿Cómo se juega a Sherlock?

Los Sherlock comparten reglas, lo que permite que los habituales puedan pasar directamente a la acción, sin necesidad de leer el manual. Es importante no mirar ninguna carta para no arruinar la experiencia, salvo la inicial, que quedará visible en el centro.

Barajamos el mazo y repartimos tres cartas por persona (dos si jugamos 6 o más). Compartiremos, en voz alta, las partes subrayadas o en cuadros de texto de la carta. Lo haremos cada vez que obtengamos nuevas.

El turno de cada participante consiste en revelar o en descartar información. Al revelar, sitúa una de sus cartas en el centro, tras leerla en voz alta. Será una pista visible para toda la partida. Si descarta, toma una de sus cartas para dejarla bocabajo en un montón. Al final de la partida, debe contener, como mínimo, seis cartas.

Termina reponiendo la mano con una nueva carta, si aún quedan. Una vez que todas las cartas se hayan jugado o descartado, podremos compartir lo que recordemos de las cartas descartadas (sin consultarlas). Elaboraremos una teoría conjunta de lo sucedido.

A continuación, rellenaremos el formulario para, después, acceder a la solución. Cada respuesta correcta son dos puntos. Cada carta irrelevante revelada sobre la mesa resta un punto. La puntuación total deberá compararse con la tabla para saber si hemos estado a la altura del propio Sherlock Holmes o, más bien, del Inspector Lestrade.

 

INTRUSIÓN, FRIDA Y EL FANTASMA…: CONCLUSIONES

Cuando se tienen tantos jugadores detrás de una serie, es fundamental no decepcionarlos. Mantener el compromiso con todos y cada uno de ellos. A día de hoy, podemos decir que Sherlock sigue fiel a su esencia sin dejar de sorprender en cuanto a ambientación. Una retroalimenta a la otra.

Al tratarse con tanto mimo, es lógico que cada nueva caja sorprenda. Haber completado todos los títulos no implica jugar con ventaja. Podemos imaginar por dónde van los tiros, pero no poder dar nada por seguro hasta el fin implica disfrutarlo en su totalidad. ¡Bendito momento el de leer la crónica del suceso!

GDM Games consiguió la fórmula para hacerlo triunfar en todo el mundo: cajas asequibles, fáciles de introducir en cualquier plan y unas reglas accesibles para todos, que concederán todo el protagonismo a unos casos atractivos. De los que no nos sacaremos de la cabeza en una buena temporada.

Al haber lanzado tantos, se tiende a pensar que alguno resultará repetitivo. Ni de cerca. Cada caso aporta un soplo de aire fresco. Engrandece a la serie. Se consigue reuniendo a autores diferentes que, sin salirse de la idea original de Josep Izquierdo y Martí Lucas, aportarán su energías, sus puntos de vista y sus anhelos.

Sin ir más lejos, firmar un Sherlock es algo de lo que presumir de por vida. En Frida, podrá hacerlo Isabel Gutiérrez. Aporta suspense, historias entrelazadas y un ambiente de lujo en el que todos resultan sospechosos. Tensión y ansias por saber qué está pasando. Nos aleja de la realidad para trasladarnos a una fiesta, con sus cotilleos.

¿Quién querría robar un collar tan famoso? ¿Qué haría con él dada la repercusión de un caso así? ¿Tendrá algo que decir el recepcionista? Partimos de fotografías de la gala y de la fiesta posterior, de mensajes de móvil, de recortes de prensa y de testimonios. Por descontado, también tendremos acceso a las dependencias del hotel.

Núria Casellas fusiona realidad y ficción en El fantasma de la habitación 208, proporcionándonos un caso en el que no sabremos si tirar hacia la lógica o hacia lo paranormal. No es nuevo en la serie, pero sí poco habitual. Por descontado, no vamos a revelar el camino correcto, pero sí diremos que esta combinación, altamente inmersiva, nos dará algún que otro quebradero de cabeza.

Los creadores de Sherlock regresan en Intrusión, con testamentos y enfados de por medio. Es, tal vez, la historia más clásica, pero no por ello exenta de giros. Las matemáticas entran en escena, de tal forma que un pequeño cálculo y altas dosis de atención puedan darnos la solución. La portada cuadrará una vez que conozcamos la solución.

El lujo es formar parte de la familia Sherlock, uno de los juegos de deducción con más trayectoria. Ocurre lo mismo a la inversa. Para Sherlock (y su séquito de jugadores), el privilegio es seguir contando con grandes mentes amantes del misterio. Esta relación contribuye a que el cariño hacia la serie aumente.

Queda claro como es un éxito mundial, ¿pero qué veremos en casa? Si es nuestro primer acercamiento, cualquiera de estos tres nuevos juegos puede ser un buen inicio. Su dificultad media resulta perfecta si ya hemos puesto en práctica la deducción en alguna que otra ocasión, ya sea en salas de escape o en juegos de mesa del género.

Llenaremos la mesa de pistas, representadas por informes forenses, registros de ordenador, imágenes de las que extraer hasta el más mínimo detalle y testimonios de los implicados. A base de decisiones, nos quedaremos con las relevantes e intentaremos quitar las que sólo nos llevan hasta caminos falsos. O, al menos, ésa es la idea.

Si lo jugamos entre varios, serán los distintos puntos de vista los que enriquezcan el resultado, pero también los que lo hagan peligrar. Por si alguien descarta una prueba esencial, conviene andarse con ojo con todas las demás.

La responsabilidad es compartida. No podremos jugar todas las cartas, por lo que la memoria deberá acompañarnos para, una vez agotadas, hablar de lo que contenían. Dependeremos de ese recuerdo. ¿Ayudará o desestabilizará?

No habrá lugar a reproches en el modo en solitario, pero a cambio estaremos perdiéndonos esos matices que, tal vez, uno solo esté dejando escapar. Como en los demás juegos, tendremos una pila de descartes provisional y otra definitiva, por lo que habrá una segunda vuelta para las cartas dudosas.

Empezar a elaborar la historia, carta a carta, sigue resultando tan satisfactorio como enfrentarse al cuestionario. Con sus debates. Como leer la cronología real de lo sucedido y obtener una puntuación. Nuevamente, con sus debates. ¿Cómo supiste que esa pista era importante? ¿Qué es lo que has descartado?

Accidentes y crímenes siguen dando forma a Sherlock, prometiendo no parar jamás. Los tres nuevos están al caer, inaugurando la colección Piratas. Encontrarlos en la tienda supone una alegría inmensa que, por ahora, queda lejos de apagarse. Llevarlos a mesa es mezclar antiguas sensaciones con nuevas. Recuerdos con experiencias cambiantes. Por lo pronto, y para amenizar la espera, contamos con un test dedicado por completo a la serie.