Cottage Garden: Mi Pequeño Jardín es una de las novedades de SD Games para este mes de abril, por lo que irá llegando a las tiendas en las próximas semanas. Se trata de la versión en castellano del nuevo juego de Uwe Rosenberg, más conocido por ser el Patchwork para cuatro jugadores. ¿Pero esto es realmente cierto?
UNA APROXIMACIÓN A COTTAGE GARDEN: MI PEQUEÑO JARDÍN
Como muchos sabrán, la edición original de Cottage Garden arrasó en ventas en la pasada feria de Essen. Sin embargo, incluía varios errores de fábrica, tanto en sus instrucciones como en el mismo tablero, que quedarían «solucionados» con pegatinas.
Tal y como confirma SD Games, su edición en castellano está corregida, por lo que ya no incluye esos errores, ni siquiera en el tablero. Con ello, estamos ante un juego de mesa sin fallos estéticos, de 1 a 4 jugadores y de 45 a 60 minutos de duración.
Creado por Uwe Rosenberg, cuenta con ilustraciones de Andrea Boekhoff. Como primer dato comparativo con Patchwork, diremos que ambos están recomendados para mayores de 8 años.
En esta ocasión, los jugadores se convierten en jardineros, con turnos que se dividen en cuatro fases. Vuelven a competir por alcanzar la máxima puntuación aunque, en este caso, lo harán llenando sus parterres de preciosas piezas de flores. Las macetas, e incluso los gatos, tendrán una función clave a la hora de obtener la victoria.
¿ME RECUERDAS EN QUÉ CONSISTÍA PATCHWORK?
Patchwork ya forma parte del catálogo de Maldito Games, editorial responsable de su versión en castellano. Se trata de un juego para 2 participantes, con partidas de 30 minutos de duración. Es obra del mismo autor, aunque sus ilustraciones corresponden a Klemens Franz.
Sus participantes tienen como misión crear una bonita colcha, acoplando piezas en sus tableros individuales. Es en su turno donde pueden comprar una de las piezas señaladas por el peón, mediante el pago de botones y tiempo, o adelantar a su rival en el recorrido del tablero central. Esta segunda opción resulta útil cuando no se tienen botones.
El orden de turno viene determinado por ese camino hacia la meta, por lo que el jugador que esté situado más atrás será quien ejecute su acción. Su originalidad en cuanto a temática y reglas lo convirtieron en uno de los juegos de mesa más populares de los últimos tiempos.
SEMEJANZAS ENTRE COTTAGE GARDEN Y PATCHWORK
– Las losetas de flores adquieren formas similares a las losetas de tela. Esta característica vuelve a ser determinante a la hora de elegir qué pieza tomar.
– Los jugadores tienen tableros individuales con espacios cuadriculados sobre los que encajar las piezas (dos en Cottage Garden y uno en Patchwork), las cuales, tampoco podrán salirse por los lados ni situarse sobre otras.
– La carretilla de Cottage Garden tiene una función similar al peón de Patchwork, ya que marcará las piezas a situar sobre el tablero central o el individual, respectivamente.
– A la hora de puntuar, es de vital importancia rellenar todos los espacios del tablero. En Cottage Garden es necesario para ir sumando puntos a lo largo de la partida, mientras que en Patchwork cada espacio vacío restará puntos al final. La eliminación de puntos también puede producirse a partir de la sexta ronda en el juego de los jardineros.
DIFERENCIAS ENTRE COTTAGE GARDEN Y PATCHWORK
– Cottage Garden permite competiciones entre uno y cuatro jugadores, frente a los dos de Patchwork. Como se puede ver a simple vista, cambia por completo su temática: jardines y mantas.
– En Cottage Garden se sigue un orden de turno clásico. El turno ya no irá a parar al jugador que se encuentre más atrás en el tablero, como ocurría en Patchwork.
– Como jardineros, los participantes empiezan la partida con un tablero de puntuación individual, con sus respectivos cubos, y con dos parterres, además de sus dos fichas de gato. El centro de la mesa está ocupado por un tablero central, sobre el que situar 16 piezas de flores. Las restantes se colocan en fila, precedidas por la pieza de carretilla.
En el juego de los costureros, las piezas de tela se sitúan alrededor del tablero central, mientras que cada participante recibe únicamente un tablero individual.
– Los parterres son más pequeños que los escenarios de Patchwork y tienen, además, varias casillas ya ocupadas (aunque se pueden colocar piezas para taparlas). Si se completa uno, los jugadores podrán coger otro. El hecho de tener dos permite ir completando ambos a la vez.
– Será el dado de jardinero, que gira alrededor del tablero central, el que marque las rondas en Cottage Garden, aunque la partida finalizará cuando se agoten todos los parterres. En Patchwork, la competición termina cuando los dos participantes llegan a la casilla de meta.
– El juego de SD Games cuenta con turnos compuestos por cuatro fases. Se rellena la fila o columna del tablero central que marque el jardinero para, después, realizar una acción. Es posible escoger entre una pieza de flor de dicha fila o columna para colocarla en un parterre, o de maceta (similares a los parches de cuero).
Como acción adicional, pueden situarse fichas de gatos en los parterres. El turno continúa con una fase de puntuación, siempre y cuando se hayan llenado todos los espacios de un tablero individual.
En función de las macetas y de las plantas, se avanzan los cubos naranjas y azules por el tablero propio, con sus correspondientes bonificaciones, ya sea en forma de colmenas, macetas o gatos.
Tras devolver los componentes, se toma un nuevo parterre. En la cuarta fase, se avanza el dado de jardinero, a la vez que se aumenta en uno su valor para determinar la ronda.
Por su parte, en el de Maldito Games sólo hay una acción por turno: tomar una ficha para colocarla en el tablero individual, pagando su coste en botones y tiempo, o avanzar el marcador en el tablero central, para obtener botones o parches de cuero.
– El caos llega a Cottage Garden tras la sexta ronda. Algunos jugadores devolverán parterres si tienen dos o menos losetas de flores en ellos, pudiendo no realizar nada más en algunos casos. Quienes aún conserven parterres pierden dos puntos en su turno y ya no los reemplazarán. Cuando ya no queden más, la partida finaliza.
– Patchwork sólo cuenta con puntuación final. A los botones sobrantes (y a la loseta bonus) se les restarán dos puntos por cada casilla vacía. En Cottage Garden, se suman los ya obtenidos. Las fichas de colmena otorgan uno o dos puntos adicionales. Por tanto, en el segundo se pierden menos puntos.
COTTAGE GARDEN Y PATCHWORK: CONCLUSIONES FINALES
Es innegable que Patchwork supuso toda una revolución en los juegos de mesa. Uwe Rosenberg apostaba por un temática que no tendría por qué atraer a demasiados jugadores, pero les ofrecía un reto original y sencillo, con más posibilidades de las que parecía a simple vista.
Ahora bien, si una fórmula funciona a las mil maravillas, ¿hay que explotarla hasta la saciedad? La respuesta es no. Si Patchwork no hubiera existido, tal vez estaríamos hablando de Cottage Garden como un juego brillante y sorprendente.
En este caso, sólo estamos ante un juego divertido y con mecánicas interesantes (que no es poco), pero alejado de esa originalidad que muchos jugadores pedimos.
Como podemos comprobar en este reportaje, las diferencias entre ambos juegos son más numerosas que las semejanzas. Sin embargo, la esencia entre ambos es calcada: completar el mayor número de cuadrículas con piezas de diferentes formas.
Cottage Garden, en su edición original, ha sido un éxito en ventas. Probablemente, su versión en castellano también lo sea. Si queremos disfrutar de esa esencia con tres y cuatro jugadores, viene perfecto. Y si buscamos iniciarnos en la experiencia con gatos, macetas, colmenas y puntuaciones extra, también.
Al fin y al cabo, cuenta con reglas distintas, que aumentan significativamente sus posibilidades y su dificultad. La presión por completar un parterre tras otro, o por llegar sanos y salvos a la sexta ronda, tal vez sean los responsables de una emoción que gustará a principiantes y expertos en la estrategia.
Sin embargo, si ya disfrutamos con Patchwork en su totalidad, tal vez sea preferible huir de esta nueva apuesta. De lo contrario, hasta corremos el riesgo de cogerle cierta manía al que es considerado una figura clave en el mundo de los juegos de mesa. ¿Es que ya no sabe hacer cosas mejores? ¿Tenía que seguir aprovechando el tirón?
El colorido aportado por Cottage Garden es mucho mayor que el de una manta de retales, mientras que su carretilla en tres dimensiones es una auténtica delicia. No obstante, deberíamos alejarnos de estos alicientes si no queremos sentir esa decepción tras haber pasado por caja. ¡Hasta han utilizado a adorables gatitos!
Hay quienes piensan que una expansión para Patchwork hubiera aportado más que esta nueva versión, y no andan desencaminados. Incluso hubiera habido sitio para los gatitos, destrozando la maravillosa manta.
¿Conclusión? Si nunca hemos probado Patchwork o si está abandonado en la estantería porque siempre somos más de dos jugadores, podremos hacernos con Cottage Garden sin problemas (aunque más nos vale no presumir de mecánicas revolucionarias por ahí).
Si somos unos enamorados de Patchwork, recomendamos no mirar a esos gatitos a los ojos, para no sucumbir a la tentación. Tras unas cuantas partidas, la sensación de déjà vu será constante y esas diferencias, que podrían parecer tantas, no nos aportarán nada bueno nuevo.