Es increíble lo que la gente tiende a adornar los puestos de trabajo. Más aún cuando se trata de un puesto de trabajo como éste. Cuando me ofrecieron trabajar como vigilante en el cementerio, esperaba noches tranquilas, así que decidí aceptar. Mi nombre es Federico, aunque aquí todos me conocen como «La Sombra». Me pusieron el mote porque, según el resto de guardianes, soy tan rápido y silencioso como una de ellas. Y aunque este trabajo no es tal y como me lo habían vendido, he de reconocer que cada noche es una nueva aventura.
Soy uno de los guardianes del cementerio de Spanta, el más exigente de todos. Cada noche, junto al resto de guardianes, procuramos que los intrépidos inquilinos de nuestro peculiar lugar de descanso terminen la jornada en sus respectivas tumbas. La paz de todo Spanta depende de ello.
¿Quién es el gracioso que dice que este fenómeno sólo ocurre en Halloween? Puede que mantenerlos en sus tumbas parezca cosa sencilla, pero os aseguro que no lo es. Aunque desde que nos renovaron el material y trajeron los nuevos dados de sellado, la cosa pinta algo mejor.
Mientras tanto, los fantasmas, cada vez con más originalidad, se empeñan en escapar para hacer de las suyas. Hasta hace poco, conseguíamos pillarles con las manos en la masa, ya que con el tiempo nos vamos conociendo. Recientemente, han ideado una nueva técnica que nos complica bastante nuestra labor. ¡Los muy gaseosos se han hecho con el suministro de pintura de Spanta! Ahora, identificarlos no resulta nada sencillo.
Nuestros animados inquilinos
Algunos se asustan con la historia de que si no vuelven a sus tumbas al amanecer se volatilizarán. Pero los más astutos, a menudo, consiguen escapar creando verdaderos disturbios hasta que son capturados.
Por ejemplo, la semana pasada, el señor Von Skelleten, el carnicero, acusó a la señorita Mortensia de haberse comido uno de sus jamones. Pocas horas después, tuvimos que acercarnos a la carnicería para que Clyde pidiera disculpas.
El muy gamberro se lo comió de un bocado, dejando únicamente el hueso a los pies de la pobre Mortensia. Es cierto que Blinky, Inky y Pinky a veces se portan fatal con el pobre Clyde. No solemos ser muy duros con él, pero eso no significa que pueda hacer lo que quiera.
Eso sí, Clyde no es para nada el más problemático de nuestros traviesos amigos. Si tuviera que hablaros de alguno de ellos, os hablaría los más impredecibles y originales: Hifi y Bu. Esos dos sí que están considerados un verdadero peligro. Juntos son una verdadera mente maestra. Han conseguido burlar nuestros intentos de captura en múltiples ocasiones.
Hifi es el fantasma de una princesa algo caprichosa, con una mente muy cultivada, y a veces un pelín cruel con el pobre Bu. Él es sólo el fantasma de un humilde jornalero que no poseía nada en vida, salvo sus animales y su gran corazón. Aunque sí que es cierto que Bu nos sorprendió a todos con su originalidad.
Cuando se conocieron, todos nos dimos cuenta de que se gustaron al instante. Sin embargo, cuando ella se enteró de que no era de alta alcurnia, empezó a darle largas. A día de hoy parece que son prácticamente inseparables. Aunque intenten ocultárselo al resto, por algún extraño motivo que sólo ellos conocen.
Motivados por el sueño de fugarse para siempre, son los autores del robo de la pintura, entre otras muchas fechorías. Asalto al Spantabank. Secuestro de Huesitos, el perróseo de la señora Witchmore. Sustracción de Teddy Oso, el preciado peluche de la pequeña Octena, hija del alcalde. Apropiación indebida de El lado oscuro, el bar con las mejores actuaciones de toda Spanta.
Estas últimas noches, el ambiente ha estado un poco distinto. A pesar de tener en su poder la pintura, parecen estar más tranquilos que de costumbre, esperando el momento adecuado. Algo me dice que esta noche será movidita.
LA LUNA HA DESPERTADO, ¡ES LA SEÑAL!
En esta ocasión reseñamos Spanta, una divertida fusión de dados y cartas. Nos pondremos en la piel de un auténtico cazafantasmas. Nuestra función consistirá en devolver a cada fantasma a su tumba para que las buenas gentes de Spanta puedan seguir sin percances con sus lúgubres y tranquilas vidas.
En sus partidas de 20 a 30 minutos de duración podrán participar de 2 a 4 integrantes. La edad recomendada para iniciar nuestras cacerías nocturnas será a partir de los 10 años.
Creado por Javier Martínez y Lorena Gestido, está ilustrado por la segunda. Lleva el sello de Cacahuete Games. Tras una exitosa campaña de búsqueda de financiación en Verkami, llegó a las mesas en marzo de 2023. Podemos adquirirlo por un precio inferior a 20 euros.
UNA NOCHE DE TRABAJO EN SPANTA
Como los mejores custodios que jamás han pisado este cementerio, nuestro objetivo será capturar fantasmas y devolverlos a su lugar correspondiente. Nos guiaremos por nuestra carta de objetivo. En ella, encontraremos las formas y colores de fantasma que nos otorgarán puntos al final de la partida.
Cada fantasma será de una forma y de un color determinado. Existen cuatro formas y cuatro colores de fantasmas diferentes. Para capturarlos con nuestros maravillosos dados último modelo, usaremos dos de los cuatro dado que lanzaremos, y éstos deben cumplir la condición que aparezca en dicha carta de fantasma. Si la captura tiene éxito, guardaremos esa carta de fantasma en nuestra mano.
Para colocar un fantasma sobre la mesa, y conseguir que puntúe al finalizar la partida, necesitaremos tener dos fantasmas de la misma forma o color en la mano. Debemos decidir cuál descartar y cuál depositar en la zona de juego.
Además de las ya mencionadas cuatro formas y colores de fantasmas, hay otros muy especiales. Se trata de los fantasmas comodín. Estos comodines nos serán tremendamente útiles en la fase de colocación, ya que nos permitirán bajar a nuestra zona de juego cualquier fantasma.
Durante la partida, los encontraremos siempre de color blanco, pero si aparece en nuestra carta de objetivo se teñirá de uno de los cuatro colores, validando cualquier forma, pero sólo de ese color.
Debemos tener en cuenta que el fantasma comodín no puede bajarse a nuestra zona de juego. Únicamente podremos utilizarlo como descarte para poder colocar otro fantasma.
¿Cómo funcionan las cartas de objetivo?
Antes de comenzar a prepararnos para abordar con éxito nuestra jornada nocturna, vamos a explicar el funcionamiento de las cartas de objetivo. Éstas son vitales para alzarnos con la victoria, ya que nos indican qué fantasmas puntuarán al final de la partida. Se dividen en dos partes: formación y bonus.
- Formación: La encontraremos al lado izquierdo de nuestra carta de objetivo. Será la que nos indique el orden de colocación de los fantasmas en nuestra zona de tumbas. Si conseguimos situarlos a cada uno en su sitio, nos otorgará cuatro puntos cada vez que reproduzcamos una secuencia completa. Podremos repetir la secuencia todas las veces que queramos para conseguir un buen puñado de puntos. Aunque ojo, no es la única manera de ser el mejor custodio de Spanta.
- Bonus: Aparecen al lado derecho de nuestra carta de objetivo y se dividen en forma (superior) y color (inferior). Por cada fantasma que tengamos sobre la mesa al final de la partida que cumpla con estas condiciones, recibiremos un punto extra por cada una de las que cumpla.
El color blanco de los fantasmas siempre actúa como comodín de color. En estos casos sólo deberemos fijarnos en la forma. Para conseguir el mayor número de puntos, intentaremos que la forma y el color de los bonus se repita la mayor cantidad de veces.
Por supuesto, el resto de guardianes no nos lo pondrá nada fácil, así que tampoco podremos perder de vista nuestra secuencia.
¿Aún no estáis preparados? ¡Los fantasmas no esperan!
Lo primero cada noche es una correcta preparación. Cada jugador deberá elegir un color y coger sus respectivos dados. Tras esto, se reparte a cada persona una carta de objetivo al azar. Podremos situarla en la peana o boca abajo en nuestra zona de juego, siempre intentando mantenerla en secreto. ¡Hay que respetar el honor entre guardianes! Se podrá consultar tantas veces como se quiera.
A continuación, preparamos el mazo de fantasmas para el número de jugadores que vaya a participar. Para dos jugadores, retiraremos los fantasmas con icono 3 y 4. Para tres, únicamente retiraremos los fantasmas con el icono 4. Para cuatro participantes, utilizaremos todos los fantasmas. Posteriormente, barajamos el mazo de fantasmas y lo colocamos en la mesa, boca abajo, al alcance de todos los jugadores.
Acto seguido, volteamos del mazo dos cartas de fantasma por cada integrante y las colocamos en el centro de la mesa formando dos filas. A esa zona la llamaremos «el cementerio».
El que dé comienzo a la cacería será aquél que haya visto un fantasma más recientemente. Puede ser en una película, serie o videojuego. ¡Ah! y si conoces a alguien muy flipado también puede valer. Tomará la carta de jugador inicial.
3, 2, 1… ¡Comienza Spanta!
Una partida a Spanta consta de varias rondas, y cada ronda, a su vez, se divide en cuatro fases: lanzamiento, captura, colocación y limpieza.
- Lanzamiento: En esta fase todos los jugadores lanzamos nuestros dados a la vez. Podemos plantarnos o repetir la tirada de tantos dados como queramos dos veces más. En total, podemos realizar tres tiradas. Las tiradas deberán ser secretas. ¡Nada de hacer trampas! Cuando todos hayamos realizado las tres tiradas o nos hayamos plantado, revelaremos nuestros dados a la vez.
- Captura: Como jugador inicial, cogemos dos de nuestros dados y los colocamos sobre un fantasma del cementerio. Los dos dados deberán cumplir el requisito que indica el icono de la carta de fantasma. No pueden colocarse dados en una carta que ya tenga dados sobre ella. Una vez situados, pasamos el turno al jugador de nuestra izquierda. Continuaremos hasta que todos los jugadores hayamos colocado todos nuestros dados o no podamos cumplir los requisitos de ninguna carta. Cuando esto pase, cada jugador llevará a su mano los fantasmas que haya capturado y recupera sus dados.
- Colocación: Podemos buscar en nuestras manos dos fantasmas con el mismo color o con la misma forma. A continuación, descartamos uno para bajar el otro a nuestra zona de juego. Éstos serán los fantasmas que puntuarán al final de la partida. Como ya explicamos anteriormente, podemos utilizar un fantasma comodín para colocar cualquier fantasma. Salvo nuestro primer fantasma, todos se colocarán siempre a la izquierda o la derecha de los fantasmas que ya hubiéramos colocado previamente. Nunca entre dos fantasmas. Siempre debemos situarlos formando una fila única, intentando repetir la secuencia tantas veces como sea posible. También podemos bajar fantasmas a nuestra zona de juego que no cumplan la secuencia, simplemente para acumular puntos.
- Limpieza: Descartamos todas las cartas que queden en el cementerio, y sacamos del mazo dos nuevas cartas por participante. Las dejamos boca arriba en el centro de la mesa, formando dos filas. El jugador inicial de la ronda terminada pasa la carta de jugador inicial al de su izquierda. Así dará comienzo la siguiente ronda.
Los iconos de los fantasmas nos darán la clave para poder capturarlos. La escalera nos indicará que coloquemos dos dados con valores consecutivos. El de impar, dos dados con valores impares. El de par, dos dados con números pares. El requerimiento para el igual equivaldrá a dos dados cuyos valores sean los mismos. El cuatro o más nos obligará a usar dos dados mayores o iguales que cuatro. Por último, el tres o menos nos pedirá como requisito para la captura que utilicemos dos dados con números menores o iguales que tres.
Fin de la noche. Hora del recuento
Cuando al finalizar una ronda, en la fase de limpieza, no queden fantasmas para reponer el cementerio, la partida habrá llegado a su fin. Todos los jugadores revelaremos nuestras cartas de objetivo y contaremos los puntos.
Por cada formación de tres fantasmas correcta, sumaremos cuatro puntos.
Los fantasmas del color del bonus nos darán un punto cada uno.
Con los fantasmas con la forma del bonus, actuaremos de la misma manera que con los anteriores. Por cada uno de ellos en nuestra zona de juego sumaremos un punto.
Ganará la partida, alzándose con la copa de Spanta, el guardián que tenga más puntos. Si existiera un empate, vencerá quien tenga más fantasmas en su zona de juego. Si todavía persistiera el empate, reclamará la victoria quien conserve más fantasmas en la mano.
Reglas de variante: para esas noches en las que buscamos un reto distinto
Spanta también cuenta con una variante, que dotará a las partidas de un mayor dinamismo si cabe, dándole otro enfoque a nuestra competición. En ella, utilizaremos únicamente las cartas de objetivo especiales, mientras las cartas de objetivo ordinarias permanecen en la caja.
En cada carta de objetivo especial encontraremos una forma y un color que nos darán dos puntos, y otra forma y color que nos otorgarán únicamente un punto. Estos objetivos funcionan como los bonus, pudiendo hacer las combinaciones que queramos para obtener la máxima puntuación.
Algunos de los fantasmas nos concederán un punto; otros dos; otros tres puntos. Sólo unos pocos llegarán a darnos cuatro puntos.
SPANTA: CONCLUSIONES
Con Spanta la diversión estará asegurada en cada una de nuestras sesiones nocturnas de juegos de mesa. Como ya sabéis, la historia no se reduce a la noche de Halloween. Para estos fantasmas cada noche es una nueva oportunidad de escapar.
El juego se desarrolla mediante una acertada unión entre dados y cartas. Esto, sin duda alguna, permite que el azar (aunque gestionado) tome un gran protagonismo, encontrándonos en escenarios totalmente diferentes ronda a ronda. Lo mejor de todo es que sumergirnos en su cementerio noche tras noche será toda una aventura.
Pero ojo, el azar no será lo único importante. Para llegar a ser el mejor vigilante del cementerio, deberemos elegir estratégicamente qué dados volver a lanzar o qué fantasma del cementerio es la mejor opción en cada momento. Tomaremos decisiones constantes con el riesgo llamando a la puerta.
Aunque el ritmo es rápido, nunca vendrán mal unos segundos de análisis (preferiblemente, sin parálisis). Lanzamos dados siguiendo unos turnos simultáneos, atendiendo a nuestras necesidades. A la hora de seleccionar fantasmas, vamos uno a uno. Habrá rondas en los que podremos llevarnos uno. Otras en los que dos serán nuestros.
Existen numerosas estrategias para la victoria, pero la acumulación no siempre servirá de mucho. El número máximo de cartas en la mano es de cinco y, si en algún momento no podemos bajar fantasma, estaremos obligados a perder las sobrantes. De ahí que actuar con cabeza resulte la herramienta perfecta.
Necesitaremos a los fantasmas que encajen con nuestra carta de objetivo, pero también otros que nos permitan bajarlos a nuestra zona. Recordamos que, para bajar uno, precisamos de otro de la misma forma o color. La mecánica no es nueva, pero sigue haciendo su función. En ocasiones, no nos quedará otra que descartar uno que necesitamos sólo por bajar otro. Por ello, tendremos puesta una mirada hacia el futuro, sin perder de vista los preciados comodines.
Bien podríamos estar ante un set collection en horizontal. Ante uno en el que acumulamos cartas siguiendo unos patrones de puntuación. Al contrario de lo que suele ocurrir en el género, el orden importa. De hecho, será el que pueda otorgarnos los máximos puntos. Al menos, en su modalidad principal. Eso sí, si no hay manera de lograr la secuencia (ya sea porque los demás se llevan los fantasmas de los que precisamos o porque no aparecen), conviene no perder el tiempo e ir a por los bonus.
Si prestamos atención, tal vez seamos capaces de deducir alguno de los fantasmas en los que estén interesados nuestros rivales. Si lo conseguimos, tendremos la posibilidad de adelantarnos en algunas ocasiones, pudiendo hacer puntos a la vez que negárselos a otro guardián. O, tal vez, con fastidiar sea suficiente.
Fruto de mi exhaustivo trabajo de observación y concentración, sé que mi rival se está llevando demasiados fantasmas rosas. No hay que ser muy listo para entender las razones. Pues nada, yo también los quiero. Siempre y cuando no descuide mi objetivo, un poco de frustración de planes ajenos nunca viene mal.
Spanta es rejugable, gracias a los dados y a la disposición aleatoria del escenario. La interacción entre participantes es grande. Aparece con esa selección de cartas. La forma tiene tanto protagonismo como el color, de ahí que sea frecuente que varios queramos el mismo fantasma.
Los habituales a los juegos de mesa captarán las tácticas de los oponentes y las utilizarán para asegurarse sus fantasmas. Incluso los más expertos tendrán tiempo de jugar al despiste y al engaño. Ser el jugador inicial es un premio en sí mismo, ya que elegimos primero.
Esas elecciones marcarán la diferencia entre victoria y derrota. Por desgracia, en ocasiones servirán de poco, sobre todo hacia el final de partida. Si no aparecen los fantasmas que necesitamos para vaciar la mano, simplemente tendremos la posibilidad de fastidiar. ¡Menos es nada!
Es un título que funciona muy bien en todas sus modalidades, consiguiendo un gran equilibrio en partidas de dos, tres o cuatro jugadores. Las reglas de variante le dan un nuevo enfoque a las partidas, las cuales también respetan ese magnífico equilibrio. Continúan sus fases estructuradas, sencillas de recordar y de ejecutar en base a la propia lógica.
Los finales de partida son inesperados, puesto que, aunque conozcamos parte de los planes de los rivales, siempre habrá alguna que otra sorpresa. Al fin y al cabo, puntuamos por diversos elementos (orden de secuencia, forma y color). Es habitual que la diferencia resida en un par de puntos, como mucho, por lo que puede presumir de un sistema igualado.
Este juego familiar se presenta en una caja pequeña, fácil de transportar. Da como resultado partidas informales que no precisan de enormes despliegues. El set up es rápido. Se completa con un manual cargado de ejemplos y con unas simpáticas, a la par que funcionales ilustraciones.
Es independiente del idioma. No hay textos ni tampoco símbolos de habilidades. Los fantasmas y las condiciones para atraparlos son los únicos que aparecen. Esas condiciones son sencillas de recordar, por lo que no necesitaremos tener las instrucciones al lado, ni siquiera en las primeras partidas.
El plan maestro
Ya tenemos a casi todos, pero el sol está al caer y no hay rastro de Hifi y Bu. Llevamos horas buscando a esos dos. Hemos peinado cada metro de Spanta y mirado cada cámara de vigilancia. Parece que esta noche no nos lo están poniendo nada fácil. Esos malditos… ¿Qué pueden estar tramando?
Por un lado Hifi, tan exigente como inteligente, una temible rival con grandes aspiraciones. Mientras que él, impulsado por sus sentimientos hacia ella, cuenta con una voluntad férrea que me temo que podría ayudarles a cumplir cualquiera de sus sueños. No entiendo cómo pueden ponernos en jaque a los cuatro guardianes ellos dos solitos.
En el fondo, sólo son dos espíritus romanticones que se pasan las horas intercambiando miradas. Excepto cuando se sientan sobre su lapida preferida acurrucados mirando al firmamento… En ese momento, siempre fantasean con viajar a las estrellas. ¡Espera un momento! ¡No puede ser! Pero viniendo de ellos… Debo darme prisa. ¡Seguidme todos al campanario! ¡No hay tiempo que perder!
¿Cómo no me di cuenta antes? El robo del banco. La escasez de materiales en Spanta, causante del retraso en la entrega de nuestro nuevo material. El secuestro de Teddy Oso, quien tiene la capacidad de cargar hasta un verdadero reactor espacial, con el cariño que depositaron hace años en su inerte corazón. La toma del lado oscuro, el lugar mas ruidoso de Spanta y que, casualidades de la vida, su almacén da directamente a la zona cerrada del viejo campanario.
Además, Darkest, el sacerdote de Spanta, nos informó de ruidos extraños provenientes de la zona precintada. Dado el mal estado del edificio, y que coincidió con noches bastante tranquilas, no decidimos irrumpir en el edificio en ruinas.
Tan sólo un día notamos su ausencia. Fue justo el día que les pillamos con las manos en la masa, durante el secuestro de Huesitos. Ahora que lo pienso… No acostumbran a cometer errores tan tontos. No me lo puedo creer… ¡Huesitos sólo debió de ser un recurso más para desviar nuestra atención!
Al igual que la pintura. Sabían que les teníamos vigilados, así que decidieron poner de moda lo de pintarse de colores entre el resto de fantasmas. De esa manera, nosotros estaríamos saturados y, entre todo el desconcierto de colores, nos resultaría completamente imposible mantener nuestra estrecha vigilancia.
¡Estos granujas! Realmente piensan hacerlo… ¡Están locos! Un reactor espacial posee una potencia espantosa, ¡si algo sale mal podrían volatilizarse de verdad!
Según nos acercábamos al edificio destartalado, un ruido infernal, que iba in crescendo, hacía bailar a su son cada piedra del camino. Spanta entera se estaba estremeciendo. Los restos del edificio comenzaron a crujir y a retorcerse. A tan solo unos metros de distancia, mientras una figura aguda hacía su aparición entre los lamentos de cientos de tejas, llegó el éxtasis de la poderosa melodía.
Apoteosis final
Una explosión le dio un billete de ida a lo que quedaba en pie del viejo edificio, embarcando a la nube de escombros en un vuelo salvaje en busca de sus propias aventuras. Mientras tanto, la enorme figura desveló su identidad, dejando atónitos a todos los presentes. ¡Realmente se trataba de un verdadero cohete! Puede que fuera uno más rudimentario que los que estamos acostumbrados a ver hoy en día. ¡Pero verdaderamente funcionaba!
Comenzaron a elevarse mientras, totalmente paralizados ante el hipnótico resplandor que proyectaban, no podíamos apartar la mirada. De pronto, a unos treinta metros del suelo, el resplandor que nos mantenía hipnotizados desapareció.
El modelo casero de cohete empezó a desplomarse trazando una impecable parábola. Yo, mientras tanto, no pude hacer otra cosa que cerrar los ojos y temerme lo peor, agudizando mis oídos que esperaban, expectantes, el estruendo de tan devastador impacto.
En lugar de eso, captaron un sonido que no esperaba, pero que me resultaba familiar. Parecía como si el ser más grande del mundo se hubiera zambullido violentamente en el estanque de mocosquillas. Abrí los ojos y una gigantesca ola cargada de nuestros pegajosos y divertidos amiguitos se precipitaba sobre nosotros. Finalmente, fuimos engullidos por la pegajosa ola.
Tan pronto como comenzaron a adherirse a mí, unas cosquillas inmensas recorrieron todo mi cuerpo. Oía a mis compañeros retorcerse entre carcajadas. Parece que nadie se libró de esa forzosa sesión de risoterapia.
Por suerte, sólo se trataba de una ola y no caímos dentro del estanque, de lo contrario podría no haber resultado tan divertido. Las mocosquillas no tardaron en cansarse de nosotros, librándonos de lo que podría llegar a ser una verdadera tortura. Son seres eusociales, es decir, una mente colmena. ¿Y sabéis qué es lo que nunca les debéis hacer? Entrar en su casa sin permiso.
Tan pronto como pudimos dejar de reír y retirarnos buena parte de la sustancia pegajosa de la que nos veíamos impregnados, nos apresuramos a la mayor velocidad dirección al estanque. No fue tarea sencilla, ya que todo el suelo estaba cubierto de ese moco que nuestras amigas desprendían.
Cuando llegamos allí oímos como, entre carcajadas y restos del asombroso artefacto, Hifi reprendía duramente a Bu. Ambos se encontraban completamente cubiertos de las mocosquillas. Como ya os dije, no les gustan nada los invitados indeseados.
Por lo que me pareció entender, cuando secuestraron a Teddy Oso, Bu en secreto usó parte de la carga de su corazón como ingrediente especial de la cena de Hifi. Todo con la equívoca idea de que eso propulsaría prematuramente su relación a las estrellas. En realidad, lo único que consiguió fue que ella se sintiera mal del estómago durante días.
Es cierto que a veces puede ser demasiado fría, pero hay que decir que fue un acto realmente estúpido. Este fantasma, a veces, es de lo que no hay. Es normal que estuviera molesta. Esa voluntad férrea le falló, o quizá fuera su percepción de la situación… Aunque según ella, lo que le molestó era que a causa de ello no tuvieron suficiente energía para el reactor, frustrándose, de esa manera, su hasta ese momento exitoso plan de huida.
Tras unas horas metidos en el estanque para que aprendieran la lección, decidimos dejarlos de vuelta en sus tumbas. Ahora parece que ella necesita unos días para pensar, alejada de él. Creo que aunque dijera que no le molestó, le preocupa que Bu llegara hasta ese punto… Y aunque pueda ser a veces un poco fría con el resto, con Bu se comporta de una manera muy distinta. A ver si el muy idiota se da cuenta de una vez.
Él, mientras tanto, va como alma en pena. Deambulando con la mirada perdida hasta su lápida preferida, desde la que cada noche miraban las estrellas. A veces, incluso, dándose de cabezazos contra el viejo árbol. Siempre fue bonito ver como Bu fingía que era su pisete de cinco metrazos cuadrados, e invitaba a Hifi a hacerle una visita, la cual acudía increíblemente ilusionada. Al menos, hasta que unas odiosas ardillas se lo arrebataron.
Es una pena verlos así. Él sabe perfectamente que cometió un error muy grave. Parece que no se reconoce ni delante del espejo… Y ella sabe que las noches de Spanta sin él no serían lo mismo. Aunque los actos le sigan doliendo. Puede que ahora mismo la mente maestra se haya tomado unas vacaciones, pero estoy seguro de que muy pronto volverán a deleitarnos con sus elaborados planes de huida.
En cualquier caso, me alegro increíblemente de que su plan de fuga saliera mal. Y de que no haya habido heridos por supuesto. ¡No sé qué sería de estas cacerías sin ese par de granujillas!
Y ahora a descansar tras una larga jornada. Mañana habrá que estar frescos. Nuestros traviesos inquilinos no dan tregua ni una noche. A veces me pregunto que sería de mí de no haber dejado el Burger Princess, pero sé que echaría de menos cada divertida noche en el cementerio de Spanta, junto a mis queridos amigos. Buenos días a todos.
COMPONENTES DE SPANTA
- 72 Cartas de Fantasma
- 8 Cartas de Objetivo
- 4 Cartas de Objetivo Especial
- Carta de Jugador Inicial
- 16 Dados
- 4 Peanas de plástico
- Instrucciones (castellano)