Un juego de mesa informal, con el humor y la actualidad como aliados. Así podríamos definir Exhumación, propuesta en fase de desarrollo que pudo probarse en Protos y Tipos 2019.
LA BÚSQUEDA DE LOS RESTOS DEL DICTADOR
Exhumación es un juego de cartas de 1 a 4 participantes, con retos de 25 a 45 minutos, recomendado a partir de los 12 años. Se trata de una creación de Alejandro Pradas que, el pasado año, recurrió a Verkami para tratar de convertirse en una realidad.
La campaña finalizó sin haberse alcanzado el objetivo. Es por ello que su autor continúa trabajando en el proyecto de cara a un nuevo intento, previsto para los próximos meses. Habrá novedades respecto al primer ‘crowdfunding’, aunque su temática seguirá intacta.
Haciendo uso de la cooperación, los jugadores se convierten en «gente de bien». Hay un rumor sobre un grupo de izquierdistas venezolanos batasunos, que cuenta como están dispuestos a robar el cadáver del dictador para someterlo a ritos judeosatánicos.
Nuestro deber, por tanto, es encontrar los restos para exhumarlos antes que ellos. Antes de empezar, se crea el escenario. Las cartas se disponen boca abajo, en el centro de la mesa, a modo de tumbas. Los guardias ocuparán las esquinas, mientras que los jugadores rodearán la carta central, en los pasillos.
Durante su turno, cada uno llevará a cabo una acción. Podrá mover a su peón un espacio o dos por los pasillos. Al correr, con esta segunda opción, una carta de ruido le indicará si ha llamado la atención. De ser así, el marcador de ruido se colocará en una de las cartas adyacentes a donde termina su movimiento. Los guardias avanzarán en la dirección del ruido.
El turno también podrá ser aprovechado para excavar, momento en que se coloca el peón sobre la carta y se produce ruido. Se gira para llevar a cabo su efecto, con la posibilidad de encontrar un doble fondo, con su correspondiente objeto, o una parte de Franco. En su siguiente turno, se baja a un pasillo antes de realizar su acción.
Al vigilar, se tumba el peón. El objetivo de esta opción es evitar que se produzca ruido en las cartas de alrededor durante el turno de los compañeros. Por último, y a modo de señuelo, es posible lanzar el marcador de ruido en una prueba de habilidad.
Si cae fuera del escenario, el ruido se producirá donde se encuentre el jugador y los guardias avanzan una posición hasta él. Si cae dentro, ocupa la nueva posición. La ronda finaliza con un movimiento de los guardias hacia el marcador de ruido. Al llegar hasta allí, se retira hasta que vuelva a producirse.
Los guardias atraparán a los peones de las cartas y posiciones adyacentes y ortogonales. Cuando ocurra, el grupo se elimina una vida y el peón del jugador pasa a una esquina. La derrota llega al perder sus cuatro vidas comunes. Ganan si encuentran las partes del dictador.
EXHUMACIÓN: PRIMERAS IMPRESIONES
Sin renunciar a las mecánicas actuales, Exhumación recurre a la sátira como ingrediente estrella. Nos traslada a una situación de actualidad, no para generar un debate (que también podrá producirse al finalizar la partida), sino para llenar la tarde de risas.
No hay competición, puesto que todos tenemos un mismo objetivo: encontrar los restos de Franco y evitar perder los puntos de vida comunes. Sin embargo, esto no significa que esté exento de reproches, culpas y desesperación, sobre todo cuando no se opta por una buena comunicación.
Algunos jugadores querrán arriesgarse más de la cuenta, dispuestos a encontrar los restos cuanto antes. Los más cautos atenderán al ruido por encima de todo, tratando de despistar a los guardias y de no ser capturados. Puesto que las decisiones nunca serán las mismas en cada partida, se crean retos muy distintos unos de otros.
Cambiarán no sólo al jugarlo en otro grupo, sino al recorrer escenarios distintos. Es al comienzo del reto donde se crea la zona de juego, con las cartas barajadas. El azar, combinado con los diferentes planes, hará que en unas partidas resulte más o menos sencillo completar la misión. En otras, será una auténtica odisea, cumpliendo con la base de todo cooperativo.
Esa rejugabilidad se potenciará con una expansión que hay en camino, protagonizada por los zombis. Pero no adelantemos acontecimientos. Por el momento, es fundamental que su autor aproveche el momento para tratar de publicar su juego, dado que su temática aún está de actualidad.
El resultado es un juego con una estructura muy fácil de seguir, incluso para no jugadores. Sin embargo, dominarlo no será moco de pavo. La toma de decisiones siempre está ahí y el riesgo aparece en todas y cada una de las acciones. Descubrir una carta es la parte más emocionante, tanto para encontrar una parte del cuerpo como un objeto o un efecto.
Sin embargo, las consecuencias pueden ser demasiado grandes. El fatídico ruido podría convertir ese maravilloso momento en una captura que nos acercase a la derrota. Un equilibrio constante entre cabeza y riesgo, en un análisis de la situación, podría ahorrarnos unos disgustos.
Los planes estratégicos, la comunicación y la gestión del riesgo dan forma a Exhumación. Su autor ha querido combinar estos elementos con la habilidad, algo no demasiado habitual. Llega al lanzar el marcador de ruido para que alcance un buen espacio. Con esta prueba, se sigue potenciando el carácter informal de la propuesta.
Aún podrá haber cambios en sus reglas, al tratarse de un prototipo. Aunque funcionan bien, su temática tiene mucho más peso que cualquier mecánica. Así, quienes se acerquen al juego encontrarán un producto elaborado desde el humor, repleto de sorpresas en forma de personajes que todos conocemos.
Sin desvelar demasiado sobre ellos, para que se presenten a los propios jugadores cuando tengan el juego en sus manos, diremos que son capaces de aparecer en los momentos más oportunos (o inoportunos), añadiendo risas a los momentos de máxima concentración o discusiones. El detalle se muestra en cada objeto, e incluso en las partes del cuerpo, siempre derechas.
El batiburrillo de mecánicas no es el único presente en Exhumación. El mismo Cthulhu también está dispuesto a unirse a la fiesta política, donde se reviven fantasmas del pasado entre túneles secretos. Literalmente.
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