David Amorín (Dam), autor de Grim Doom: The Beginning, tiene nuevos juegos de mesa en camino. Uno de ellos es Star Forge, propuesta que pudo probarse en Protos y Tipos 2019.

LA OBTENCIÓN DE LOS VALIOSOS RECURSOS

Star Forge es un juego de mesa en fase de desarrollo, presentado en forma de prototipo. Se trata de una creación de David Amorín (Dam), donde los participantes adquieren el rol de mineros espaciales.

Su misión es extraer materiales de los asteroides, haciendo uso de unas reglas sencillas y estructuradas. El primer paso es preparar el escenario y repartir cinco monedas y una carta de cada color a cada jugador. Durante su turno, llevarán a cabo dos acciones.

Una posibilidad es colocar una carta en el centro de la mesa, adyacente a otra ya situada, por su cara principal (cuatro círculos de colores). Al coincidir dos idénticos, se paga en monedas el coste indicado en ese color y se gira, de tal forma que sólo muestre un color.

Se obtiene el recurso relativo a la coincidencia. Si no coincide el color de la carta adyacente también se gira, aunque no hay que pagar coste. No se obtienen recursos, sino dos monedas.

También es posible llevarse la primera carta del mazo de reserva, pagando su coste en recursos. La dejaremos boca abajo en nuestra zona de juego y obtendremos nuestro marcador, a colocar sobre cualquier carta libre de objetivo. Puesto que sólo tendremos uno por jugador, no podremos repetir esta acción hasta que vuelva a la reserva.

Si nos llevamos la primera carta del mazo de descarte, también boca abajo a nuestra zona y pagando su coste en recursos, podremos retirar una libre de objetivo, de tal forma que nadie pueda llevársela.

Por último, es posible pagar los recursos de una de las cartas de objetivo visibles, tanto libre como una que hayamos reservado previamente. En este caso, la carta se guarda boca arriba para aprovechar su bonificación, tapando las que hubiera debajo. El espacio dejado por la carta de objetivo se repone.

Es al final de la ronda donde se obtienen monedas (atendiendo a los bonus) y una carta de cada color. Se repite la misma mecánica hasta que alguien obtenga cumpla 11 objetivos. Se cuentan los puntos de las cartas ganadas, boca arriba y boca abajo, para determinar quién es el ganador.

STAR FORGE: PRIMERAS IMPRESIONES

Aún no está todo inventado en lo que respecta a colores y números. Esta combinación, aunque es muy habitual, es capaz de seguir sorprendiendo si cae en buenas manos. En este caso, lo hace.

Tras el lanzamiento de Grim Doom, su autor cambia por completo de género y de temática. Sustituye la construcción de mazos por una mecánica propia de los juegos abstractos, basada en la colocación de losetas. Un mundo de fantasía por un escenario espacial.

Aunque es probable que cambien distintos puntos, por tratarse de un prototipo, ya funciona a la perfección. Así, recurre a unas reglas sencillas basadas en la ejecución de acciones. Con ellas, todo el protagonismo puede recaer en el uso de la estrategia, de la lógica y de una buena gestión de recursos.

La misión es alcanzar la máxima puntuación, para lo que podremos tomar varios caminos. La improvisación y una buena observación desempeñan un papel clave a la hora de escoger uno u otro. Poder completar el escenario central está recompensado con valiosos recursos, necesarios para cumplir objetivos.

Será necesario valorar el tipo, puesto que no todos tienen la misma utilidad. La valoración también entra en juego al atender a los objetivos, ya no sólo en cuanto a puntos, sino en bonificadores y costes.

No es el único uso de los recursos. Sirven para tomar cartas de la reserva o del descarte que, si bien no recompensarán con tantos puntos, harán un apaño. No hay que olvidar que ambas opciones tienen sus ventajas a la hora de reservar o descartar objetivos.

Las monedas también resultan valiosas, puesto que son necesarias para colocar cartas en el centro y, por tanto, para obtener recursos. La recuperación al final de cada ronda evita las frustrantes desigualdades. 

La gestión irá de la mano de la necesidad de fastidiar a los rivales. La interacción está asegurada en cada partida, no sólo al llevarnos el objetivo que estaba a punto de tomar el contrario. Ocupar los huecos que mejor le venían y descartar objetivos, por el mero hecho de truncar planes, resulta una delicia.

Con ello, Star Forge ya cuenta con una base construida a través de la simplicidad, la originalidad, la diversión, la estrategia y la interacción. Los colores y los números serán sustituidos por un diseño a la altura, pero habrán servido para dar forma a unos cimientos sólidos.