Aunque creo que me servirá, he de reconocer que tengo un grupo de incompetentes bajo mis órdenes. Me hubiera gustado seleccionar más a fondo a los privilegiados que probarán mis pociones, pero no ha podido ser. Al fin y al cabo, ellos tampoco han elegido estar aquí.
Hay uno que se ríe compulsivamente. Otro sólo se preocupa por su aspecto físico. Ya se le pasará la tontería cuando le salgan granos y verrugas. También hay uno muy serio, que sería mi preferido de no ser porque acaba de morir. Una lástima. Quizás el nuevo esté a punto de seguir sus pasos. Reseñamos Mal Trago.
LA SUPERVIVENCIA DEL MÁS FUERTE
Mal Trago es un juego de cartas de 4 a 10 participantes, con competiciones de 15 a 20 minutos. Recomendado a partir de los 8 años, es una creación de José Manuel Fernández Aguilera. Sus ilustraciones corren a cargo de Ana Marco.
El que es el nuevo proyecto de Rocket Lemon Games, responsables de Rey Paparajote, iniciará su campaña en Verkami el 7 de septiembre. Durante las primeras 48 horas, estará disponible por 14 euros. Los mecenas que participen durante estos dos primeros días entrarán en el sorteo de peluches (el de Goblin incluido) y de camisetas.
Su precio durante el resto de la campaña será de 16 euros, con gastos de envío incluidos (14 euros para recogida en tiendas). Habrá packs compuestos por varios juegos y la opción de convertirse en un goblin.
Definido como un ‘party goblin’, cada participante se pone en la piel de una pequeña criatura. Son voluntarios forzosos que deberán probar las pociones en las que trabaja la bruja, aunque eso suponga la propia muerte. Sólo podrá quedar uno con vida, ya que de lo contrario, no habría nadie que limpiase todo el desastre.
MAL TRAGO: UNA PARTIDA
Antes de empezar, se separan las cartas por tipos. Cada jugador recibe su carta de goblin, a dejar por su lado principal, tres de poción segura y una de poción mortal. Las baraja para colocarlas boca abajo en su lado de la mesa. Obtiene, además, una ficha de antídoto.
El mazo de acción se sitúa en el centro, boca abajo, junto a las pociones restantes, boca arriba, y la reserva de fichas. Comienza la partida. Durante su turno, cada participante muestra la primera carta de acción, para seguir sus instrucciones. A continuación, pasa el turno al siguiente.
Beber una poción
Por lo general, se indicará que uno o varios jugadores deben beber (siempre se empieza por el activo). Para ello, descubren una carta de poción. Si es una segura, siguen con vida. Si se muestra una mortal, hay dos opciones. Podrán gastar una ficha de antídoto, permaneciendo con vida. Si no tienen ninguna o no quieren gastarla, mueren.
Tras beber una poción, la carta se descarta. En caso de haberse bebido la mortal, el jugador gira su carta de goblin para mostrar el lado de fantasma. Se descarta todas las pociones que tuviera. Jugará su turno con normalidad, aunque ignorando los efectos de beber. Al aparecer el símbolo de fantasma en las cartas, podrá enviarlas a quien desee.
Volverá a la vida cuando consiga convertir a otro goblin en fantasma, ya sea durante su turno o como consecuencia de una carta de conjuro. Vuelve a mostrar su carta de goblin por el lado principal y recibe una poción segura y otra mortal, a barajar y a dejar boca abajo en su zona. Cuando alguien se quede sin cartas de poción, también se lleva a cabo este paso.
Las acciones y los conjuros
Las cartas de acción también muestran intercambios de pociones y robos, a la par que permiten ganar fichas de antídoto, entre otros efectos. Los conjuros también forman parte del mazo.
Estas cartas se dejan en la zona propia, en forma de condición que afecta a todos. Quien la incumpla, será penalizado bebiendo una poción. Se repite la misma mecánica hasta que sólo quede un goblin con vida, convirtiéndose en el ganador.
MAL TRAGO: CONCLUSIONES
Estos goblins caen como moscas. Al menos, saben como resucitar. Salgo ganando, puesto que así puedo seguir probando mis pociones. Eso sí, necesito que no mueran todos a la vez. ¿Acaso tengo necesidad de limpiar yo todo este estropicio de cadáveres?
Voy comprobando como las pociones funcionan. Al menos, las mortales. Existe un pique constante entre el de las risitas insoportables y el nuevo, aunque la tensión y los nervios sólo se reflejan en el segundo. Son conscientes de que, de un momento a otro, uno de los dos tendrá que beberse la deliciosa poción mortal.
Sí, he dicho deliciosa. He tenido la delicadeza de incluir un buen sabor en las mortales, puesto que el hecho de morir ya es un fastidio. Las seguras sí que saben a rana, a unicornio y a coliflor. Las caras de asco de las criaturillas al beber me hacen tanta gracia que no pienso cambiarles el sabor.
A lo que íbamos. Los dos tontos se debaten entre la vida y la muerte con inútiles enfrentamientos. Se han concentrado tanto en eliminar al contrario que han olvidado que los fantasmas están haciendo de las suyas. Rambo, mi ojito derecho, ha resucitado en el momento justo. Ya es el único que sigue con vida. Ahora, ¡a limpiar!
Mal Trago es un ‘party’ en estado puro, que funciona igual de bien entre juegos más largos que en una noche de fiesta o en una tarde en el parque. ¿El truco? Sus reglas sencillas y rápidas y sus efectos adictivos. Incluso quienes jamás se hayan acercado a un juego de mesa podrán participar sin problemas.
José Manuel Fernández Aguilera se estrena en el sector con una propuesta para todo tipo de jugadores, de cualquier edad. En un par de minutos, los participantes ya se habrán familiarizado con sus reglas, mientras comprueban como la interacción es la máxima protagonista.
Durante cada turno, el jugador muestra una carta del mazo para seguir sus instrucciones. Y nada más. Así, no hay análisis parálisis ni pausas innecesarias que resten emoción. Puesto que caben en una carta, son muy simples. «Bebes tú», «bebe quien decida la mayoría» o «gana una poción mortal» son algunas de la órdenes.
Con ellas, el azar tiene un peso importante. Destaparemos una carta, a riesgo de que sea una poción segura o una mortal. A partir de ahí, se dibujan algunos puntos estratégicos y de memorización. ¿Me conviene gastar el antídoto? ¿Qué pociones he bebido en turnos anteriores?
Puesto que los intercambios y los robos están a la orden del día, la locura no tarda en aparecer, barajando también el recuerdo. La toma de decisiones se aplica, además, con las propias cartas de acción, llevándonos a elegir incluso qué jugadores beben. De esta forma, tendremos cierto control sobre las partidas. Sobre el caos.
En ocasiones, el riesgo puede ser un gran aliado. Uno de los grandes atractivos de Mal Trago es huir de la eliminación de jugadores. Todo hubiera sido más fácil con la retirada de la partida de los goblins muertos. Sin embargo, la frustración y el aburrimiento no hubiesen tardado en aparecer.
Su autor introdujo la figura de los goblins fantasmas, pudiendo jugar sus turnos con normalidad e incluso volver a la vida, con sus dos nuevas pociones. Esto no crea un círculo sin fin, aunque a primera vista pueda parecerlo. Los jugadores cada vez tendrán menos pociones, de tal forma que el final siempre llegue en menos de 20 minutos.
Las carcajadas y los nervios a flor de piel dominarán todas las competiciones. Los conjuros son los grandes responsables. Llegan en forma de condiciones, que obligan a permanecer atentos en medio de esa locura, si es que es posible.
Así, el primero que diga «sí», «no» o «bebe», tendrá que beber una poción. Puesto que estos términos están más que presentes, más antes que después, alguno caerá en la trampa. La obligación de permanecer serios, de tratar con respeto a un goblin, de no mirarle a los ojos o de no tocar las cartas con alguna mano son la puesta en escena de la esencia ‘party’.
Rocket Lemon Games ha dado forma a uno de los juegos más divertidos del año, que derrocha originalidad. Demuestra que la sencillez no es incompatible con un trabajo muy bien cuidado, libre de errores. Ana Marco adorna su atractiva jugabilidad con unas ilustraciones que toman vida por sí mismas.
A través de ellas, conoceremos a una pandilla de goblins con personalidad propia. Nos encariñaremos con uno (o con varios), de tal forma que convertirnos en él sea aún más sencillo. Estos adorables dibujos se combinan con unas cartas de acción con textos claros, que permiten dejar a un lado el manual de instrucciones.
Esta novedad puede probarse en distintas jornadas y ferias, donde no está dejando indiferente a nadie. Tiene el poder de convertir en amigos a los desconocidos, en cuestión de minutos, y de destruir amistades largas y sólidas. Coger confianza tras los efectos de un conjuro es tan sencillo como establecer una relación de venganza hasta el final de los tiempos.
Supone una ventaja, ya que no siempre podremos contar con grandes grupos para disfrutarlo. Bastará con llevarlo a una tienda o a un evento y jugarlo con los allí presentes. Los lazos empezarán a crearse, sin momentos incómodos para los más tímidos. A diferencia de otros juegos del género, no aparecen los momentos de baile ni los cánticos, algo que los vergonzosos agradecerán.
A la espera de su campaña en Verkami, donde ya es seguro que será todo un éxito, es preciso destacar la inclusión de cartas en blanco. Puesto que Mal Trago está repleto de posibilidades, es justo que los jugadores puedan crear las suyas. Las mentes más imaginativas seguirán llenando el juego de situaciones surrealistas, con las que alargar su vida hasta el infinito.
COMPONENTES DE JUEGO
-
- 50 Cartas de Acción
- 30 Cartas de Poción Segura
- 13 Cartas de Poción Mortal
- 10 Cartas de Goblin
- 4 Cartas en Blanco
- Carta de Marcador de Turno
- 10 Fichas de Antídoto
- Instrucciones (castellano)
Las imágenes corresponden a su prototipo, por lo que su diseño final podría variar.
One thought on “Mal Trago: risas, nervios y venganzas en un juego de cartas”
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