Drunken Master, alcohol, drogas y peleas en un juego de cartas

Drunken Master

¿Cómo pude llegar a ser amiga de ese tío? Siempre he dicho que esta situación no nos ha traído nada bueno, pero ahora que le veo otra vez sé que sí. Tras el caos, nuestro grupito se separó en dos. Decidí ponerme de lado del «Clásico» y de la «Porreta», como los llamo cariñosamente.

Ya me cansé de discutir todas las noches defendiendo el reguetón, las mallas de leopardo y al más chungo de mi barrio. Mis compañeros no me sacan el tema, así que mejor. Uno está muy ocupado bebiendo, con el bar convertido en su hogar, y la otra, bueno, ahí está. Así es Drunken Master.

 

EL APOCALIPSIS EN ESPAÑA

Drunken Master es un juego de cartas para 2 y 3 jugadores, con partidas de 20 a 45 minutos, recomendadas a partir de los 18 años. Lo firman Imanol Molinuevo López, Carlos Pulleiro Méndez y Gorka Díaz Río, con ilustraciones del primero.

Creado en Bilbao, será Smiling Goblin quien se encargue de la edición. Para conseguir llegar a las mesas, se iniciará una campaña de búsqueda de financiación en Verkami. Está prevista para mañana, 9 de octubre.

Drunken Master

Esta propuesta nos traslada al futuro, donde la crisis económica mundial y el cambio climático han supuesto que el 90% de la población mundial se concentre en España. Hay demasiadas personas para tan poco espacio y, con ello, poco alcohol y escasos bares.

La realidad no podía ser otra: broncas, peleas, comas etílicos y robos. El grupo de amigos se ha quedado dividido. Para su desgracia, al sólo quedar cinco tugurios en la ciudad, no les quedará otro remedio que verse las caras…

 

DRUNKEN MASTER: UNA PARTIDA

Tras separar las cartas por tipos, cada uno recibe dos o tres personajes, en función de si participan tres o dos jugadores, respectivamente. Sus valores de fuerza, labia, intoxicación y vida quedarán señalados en las cartas de marcador.

Se reparten cinco consumibles y cinco eventos a cada uno, dejando las restantes al alcance de todos. Descartarán dos cartas de cada tipo. Se muestra la primera carta de bar y se inicia la partida. Cada una de ellas representa una ronda. La primera, segunda y tercera constan de una fase: la cuarta de dos y la tercera de ilimitadas.

Secuencia de una ronda

Una ronda, a excepción de la primera, comienza con el robo de cartas de consumible y de evento, hasta tener cinco de cada, seguido por el descarte de dos de cada tipo. A partir de la segunda, y en partidas a tres, roban hasta tener cuatro de cada, descartando una de cada tipo.

Siguiendo el orden de turno y de forma alternativa, ponen en juego una carta de evento, aplicando su efecto, seguida de una de consumible. La segunda actualizará los valores del personaje sobre el que se aplique. Las cartas utilizadas se eliminan.

A continuación, comienza el turno de combate. Respetando el orden, cada jugador escogerá a uno de sus personajes para atacar a otro (a su elección), con fuerza o con labia.

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Ataque con fuerza

Se suman la fuerza del atacante, los efectos especiales que tuviera y un punto por cada personaje agresivo del grupo. Se compara con la fuerza del defensor, con sus efectos especiales. El defensor perderá tantos puntos de salud como equivalgan a la diferencia entre ambos valores, siempre que exista.

Con un empate a fuerza, el personaje con menos salud se resta dos puntos de salud. A tres jugadores, el que no intervenga en el combate podrá otorgarle un punto al defensor siempre que tenga un personaje agresivo y que así lo desee.

Ataque con labia

Se suman la labia del atacante y sus efectos especiales. El defensor hace lo propio. El segundo lanza el dado, para obtener un resultado mayor a la diferencia (si no hubiera, el atacante pierde un punto de salud).

Si no lo supera, el personaje pierde tanta salud como equivalga a la diferencia. Con un empate a labia, el que tenga más intoxicación se resta dos puntos de salud.

El contraataque

Tras un ataque (de fuerza o de labia), el defensor podrá realizar un contraataque si su personaje tiene menos intoxicación que el personaje atacante. El atacante lanza el dado para superar la diferencia entre la intoxicación del defensor y la suya. Si no supera ese valor, se resta tantos puntos de salud como equivalgan a la resta.

En cualquier ataque sólo podrán restarse, como máximo, seis puntos de salud. Tras resolverse, teniendo en cuenta que un personaje no podrá atacar dos veces seguidas, se efectúan los efectos que quedasen pendientes y se inicia una nueva ronda, mostrándose la siguiente carta de bar.

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Fin de la partida

La partida llega a su fin en el momento en que sólo quede un jugador con personajes, convirtiéndose en el ganador. Deberá tenerse en cuenta que en la cuarta ronda se desarrollan dos fases por jugador, mientras que en la quinta se continuará hasta que se proclame un vencedor.

Un personaje se retira cuando pierde toda su salud o su nivel de intoxicación supera los diez puntos. Es posible recuperar, una vez por partida, a uno que haya llegado a nueve. Aquéllos cuyo valor esté en ocho presentan condiciones especiales de combate.

 

DRUNKEN MASTER: CONCLUSIONES

No le escucho desde aquí, pero ya debe estar aburriendo a los demás con los vídeos que ha encontrado por Youtube. Ver su cara me pone de un humor de perros y me niego a que me fastidie la noche. He pagado a la niñera para que se quede con los trillizos y eso ya es un pastón.

Ahí voy yo, más chula que un ocho, dispuesta a acabar con todo de una vez. Puñetazo a la vista. Parece que tardará un rato en dejar de llorar y de gritar. ¿Dónde están ahora tus vídeos de Youtube? Mis coleguis se parten la caja, aunque su expresión cambia en cuestión de segundos. Una de esas luchadoras se acerca corriendo y no hay que ser muy listo para saber que ese puñetazo es para mí.

La guerra ha comenzado. Tengo que meterme alguna cosilla para ganar fuerza, al precio que sea. La jugada no me ha salido como yo esperaba, porque llevo un colocón de la leche. ¿Tantos años entrenando en el polígono para esto? Casi no me tengo en pie, y encima me parece ver como el «Varas» se acerca. ¡Es mi momento!

Drunken Master

No recuerdo nada más. Estoy tumbada en el suelo, pero sin dolores físicos aparentes. La «Porreta» me informa de como mi archienemigo ha soltado por su boca todo lo que pensaba de mí, mientras todo el local le aplaudía. Mi cuerpo no ha aguantado más y me he desmayado. Si alguna vez vuelvo a ver a ese tío, se tragará su propia lengua.

Drunken Master nace de la unión entre unas mecánicas clásicas de ataque y defensa con el humor. Con ello, estamos ante un juego de cartas donde tratar de sobrevivir con alguno de nuestros personajes. Aumentaremos sus valores para ganar ventaja en unos combates directos.

Si bien las situaciones que recrea no están indicadas para menores de edad, sí que puede ser disfrutado por personas poco habituales a los juegos de mesa. Aunque existen muchos detalles a recordar, sus turnos estructurados y sus fórmulas lógicas e intuitivas facilitan la tarea.

Con los personajes bajo nuestro cargo, la guerra no tardará en comenzar. No habrá piedad que valga, aprovechando que la interacción entre los jugadores es enorme. Ya con los eventos, trataremos de quitarnos de en medio a algún que otro estorbo. Con los consumibles, potenciaremos cualidades de cara a la batalla.

La toma de decisiones empieza al escoger qué cartas quedarse y cuáles descartar. ¿Me guardo ésta tan valiosa aunque sólo pueda utilizarla en la cuarta ronda? ¿Y si descarto ésa por depender tanto del azar? Continúa con el consumible a tomar. Las drogas, el tabaco, la comida y la bebida pueden ser una ayuda, pero recordando que todo tiene sus consecuencias.

Subir los valores de fuerza o de labia de nuestra «Choni» resulta genial, pero a cambio estaremos restando salud o sumando intoxicación. Al igual que el equilibrio entre ataque y defensa resulta esencial, también debe serlo entre los valores de nuestros personajes.

Será cada momento el que nos muestre la mejor opción. Podremos necesitar fuerza a toda costa, arriesgándolo todo, o por el contrario, intentar ganar tiempo desintoxicando. El éxito o el fracaso en buena parte de las partidas dependerá de un análisis correcto o incorrecto.

Llegado el combate, la parte más divertida de la competición, las chispas saltarán. Tomaremos la venganza por nuestra mano o atacaremos al que parece que se lleva la victoria. Nuevamente, en cada partida ejecutaremos planes diferentes.

Al comparar los valores, todo quedará claro. Con la labia y con los contraataques aparece el uso del dado, con todo lo que conlleva. Si bien el azar no siempre potencia lo más justo, en este caso crea situaciones inesperadas y sorpresas. Podemos controlarlo con los bonificadores, pero hasta cierto punto.

Gracias a él, las cosas no suceden siguiendo siempre un mismo patrón. Aporta rejugabilidad, sin echar por tierra el esfuerzo. Con el alcohol y las drogas de por medio no hay nada seguro, algo que las tiradas reflejan a la perfección. Éstas también forman parte de los eventos, con sus giros.

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Con ello, Drunken Master combina estrategia y azar. Planes tácticos con sorpresas. El dado no es el único que proporciona rejugabilidad, sino también la amplia variedad de cartas disponibles. Empezando por los personajes, se dividen en agresivos, charlatanes y mixtos, con sus distintos valores.

Todos ellos son fácilmente reconocibles en la vida real, lo que se transforma en risas entre los participantes. Tal y como señalan los autores, todo lo que se refleja en el juego es una exageración de la realidad misma. Conocer a sus personajes, uno a uno, no tiene desperdicio.

Los consumibles continúan aportando humor, así como los eventos. Una redada, la compra de droga, la llamada de un colega, los robos, los bajones, los vómitos, los antiguos amores, las colas del baño y el ligoteo están ahí, dispuestos a aparecer en el instante más inoportuno.

Tras unas cuantas partidas a Drunken Master, el jugador se quedará con la sensación de haber disfrutado al máximo, independientemente del resultado. Ganar es todo un orgullo, pero haber vivido en primera persona el caos, no tiene precio.

Lo mejor de todo es que se potencia la igualdad y la multiculturalidad, a la vez que se defiende la diversidad sexual. No es frecuente que el respeto forme parte de propuestas ligadas a las noches de fiesta, algo que en este juego de cartas se tiene muy en cuenta. No existen el lenguaje ni la iconografía ofensivas.

Respecto a su diseño, debe tenerse en cuenta que estamos ante un prototipo, por lo que no es definitivo. Por ahora, los símbolos están claros, así como el texto que acompaña a las cartas. Las ilustraciones apuestan por la sencillez, pero sin renunciar al detalle que nos lleva a reconocer a los personajes, objetos y situaciones.

Será en unas horas cuando este proyecto inicie su campaña de búsqueda de financiación. Tratará de llegar a las tiendas como un entretenimiento para adultos y para todo tipo de jugadores, sobre todo, para aquéllos que disfrutan del humor en los juegos de mesa y de los combates directos.

Serán los más habituales al género quienes saquen el máximo provecho a todas sus posibilidades. Porque Drunken Master es más que comparar valores y lanzar el dado. Se constituye de riesgo y de nervios. De un modo chungo en los consumibles. De efectos variados en base al nivel de intoxicación. De habilidades especiales.

En definitiva, de pequeños detalles que se irán asimilando a medida que juguemos varias partidas. Es habitual que en las primeras nos dejemos alguna que otra cosa, pero todo estará ahí tras un poco de experiencia. Aprenderemos, a base de malos tragos, cuándo nos conviene revivir a un personaje gravemente intoxicado (si es que conviene).

Funciona igual de bien a dos que a tres jugadores, sin demasiadas esperas entre turnos. Así, cumple con su función de entretener y sorprender siempre que sepamos verlo como lo que es: un juego con el que echarse unas risas y con el que atacar sin piedad. Con venganza. Sin enfados.

 

COMPONENTES DE JUEGO

  • 31 Cartas de Consumible
  • 31 Cartas de Evento
  • 21 Cartas de Personaje
  • 12 Cartas de Marcador
  • 5 Cartas de Bar
  • 24 Fichas
  • Dado
  • Instrucciones (castellano)

Las imágenes pertenecen a su prototipo, por lo que su diseño no es definitivo. 

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