Años atrás, los juegos de mesa se acompañaban de una etiqueta en la que podía leerse «hasta los 99 años». Era un indicativo claro de que no existía una edad máxima para disfrutar de esta forma de ocio. ¿Por qué iba a haberla cuando el juego es capaz de aportar tanto?
Tal vez, el simple «+8» por el que se ha sustituido no ayuda demasiado a seguir potenciando la idea. Aunque cada vez existan más entidades que promuevan el juego entre los mayores, aún no es muy habitual verles reunidos en torno a una mesa si no es para echar la clásica partida.
Quienes hayan sido partícipes de sus encuentros en torno a los llamados juegos de mesa modernos, habrán comprobado como las risas acostumbran a estar siempre presentes. Como la emoción y los nervios quedan reflejados en sus ojos. En sus palabras. Fue una de las imágenes que nos regaló DAU Barcelona 2019.
DAU BARCELONA 2019, LAS ACTIVIDADES PREVIAS AL FESTIVAL
La parte más conocida de DAU Barcelona es su Festival. A lo largo de todo un fin de semana, miles de asistentes se desplazan a Fabra i Coats. Este año, pudieron encontrar cientos de novedades, conferencias y talleres, con el juego de mesa como gran protagonista.
Si bien el 23 y el 24 de noviembre todo brilló con luz propia, Barcelona se llenó de juegos diez días antes. En colaboración de distintas editoriales, la esencia de ese prometedor fin de semana iba a trasladarse a distintos puntos.
Bajo los títulos El DAU als Barris, Les Escoles al DAU y DAU Sènior, personas de todas las edades se divertirían jugando en las mañanas y en las tardes. Algunas ya estaban familiarizadas con las posibilidades de los juegos de mesa, mientras que otras estaban ante un enorme universo por descubrir.
«Jugad un poco cada día: viviréis más y viviréis mejor». La que es una de las afirmaciones más defendidas por Oriol Comas i Coma, director de DAU Barcelona, iba a ser el lema que mejor reflejaría todo lo que se vivió en esas actividades previas.
EL DAU ALS BARRIS
Una forma de potenciar la relación intergeneracional. Así podríamos definir El DAU als Barris, una presentación del Festival a lo largo de distintos puntos de Barcelona. La red de Centres Cívics hizo posible que los juegos se trasladasen a puntos opuestos de la ciudad.
Los asistentes iban a beneficiarse de un adelanto del Gran DAU y a descubrir como el juego puede formar parte de la vida cotidiana. No había edades establecidas, por lo que niños, adultos y mayores se verían las caras en un mismo espacio.
La mecánica fue casi la misma en cada centro. Los niños, acompañados de sus padres y abuelos, tomarían de las ludotecas los juegos que más llamaban su atención. También optaban por sentarse en las mesas ya preparadas con juegos, dispuestos a escuchar las explicaciones.
Los jóvenes también acudían para conocer el mundo de los juegos de mesa, las novedades o, simplemente, para pasar un buen rato con los amigos. La estrategia y la habilidad sería explotada más o menos por igual.
Unos iban a estar más llenos que otros, quizás por el impulso dado por el propio centro durante los días previos. Con mucha o con poca gente, los asistentes se despedían contentos. Se habían aislado del mundo exterior durante unas horas. De los problemas. De las pantallas. ¿Cuándo dices que hacen el próximo?
Transportados a distintos puntos de la historia o a lugares ficticios, se meterían de lleno en su personaje, haciendo todo lo posible por cumplir su objetivo. Tendrían como compañeros de aventura a sus familiares y amigos o a desconocidos con 60 años de diferencia.
LES ESCOLES AL DAU
Para muchos, la infancia nos queda ya algo lejana. Por suerte, siempre quedarán momentos que se despiertan en determinados instantes, apelando a la nostalgia. A la maravillosa nostalgia.
Acceder a un espacio lleno de niños, con el sonido de sus voces, es un viaje en el tiempo. Todo se detiene durante unos segundos, suficientes para alcanzar la eternidad. Para llegar a experimentar ese nerviosismo de la noche previa a una excursión, en la que los libros de texto iban a ser sustituidos.
La alegría inmensa de esas mañanas estaba acompañada del mismo ritual: un desayuno con prisas y un olvido, quizás intencionado, de cepillarse los dientes. El viaje hasta el punto de destino siempre estuvo acompañado de preguntas y de expectativas. Y de un beso a papá.
Probablemente, muchos de los niños que iban a participar en Les Escoles al DAU, desayunarían con prisas. Se olvidarían de cepillarse los dientes, con la cabeza ya puesta en su destino. Acompañarían el beso a papá con preguntas y con expectativas.
En colaboración con el Districte de Sant Andreu de l’Ajuntament de Barcelona y del Centre de Recursos Pedagògics de Sant Andreu, las escuelas de Sant Andreu iban a visitar DAU Barcelona durante las mañanas. Junto a sus profesores, se dirigieron a Fabra i Coats, el mismo lugar en el que se iba a celebrar el Festival.
Tras una bienvenida por parte del director, con un breve repaso por la historia de los juegos de mesa, llegaría la mejor parte (con permiso de Oriol Comas): jugar. Divididos en mesas, disfrutaron de títulos apropiados para su edad.
El aprendizaje basado en juegos ya es una seña de DAU Barcelona, y no sólo durante el Festival, donde los maestros contaron con una intensa formación para introducir el juego en el aula. En Les Escoles al DAU quedó más que claro como los juegos de mesa divierten, a la vez que enseñan un valores y unos conocimientos.
Las claras explicaciones de los monitores, quienes acompañarían a los niños durante todas las partidas para guiarles y resolver cualquier duda, dieron paso a las risas. En unas mesas, la competición estaba presente. Los participantes daban lo mejor de sí mismos para hacerse con la victoria, comprendiendo como el esfuerzo podía dar sus frutos.
En otras, reinaba la cooperación. La valoración de unas decisiones sobre otras, los debates acerca del riesgo a asumir y las fuerza conjunta dominarían el espacio. La comunicación, las matemáticas, el pensamiento lógico y la introducción a la estrategia se potenciaron cada mañana.
Los miembros de LUDO, Asociación de Creadores de Juegos de Mesa, estuvieron presentes con la explicación constante de juegos. Llegados a este punto, y a pesar de estar ante una de las actividades más gratificantes, es necesario valorar la paciencia y la constancia de todos los que la hacen posible.
No todos los niños están igual de dispuestos a descubrir un juego nuevo, ni todos asumen igual las reglas. Es preciso una preparación previa, en la que saber que no habrá comportamientos iguales. Aprenderse el nombre de 50 niños puede llegar a ser la parte más sencilla…
Las emociones vividas en Les Escoles al DAU, inolvidables para sus protagonistas, se ambientaron con una completa exposición en la que se repasaba la evolución de los juegos de mesa, con sus carteles identificativos. Fue una muestra de los primeros juegos de la historia, dando paso a los tradicionales y a los actuales (Legacy incluidos).
DAU SÈNIOR
La ilusión no sólo es cosa de niños. Los ojos de nuestros mayores brillan con fuerza al descubrir algo nuevo. Cuando alguien les comprende, les escucha y les presta atención. Al sentirse útiles y una parte esencial de la sociedad.
De la mano del Districte de Sant Andreu de l’Ajuntamente de Barcelona y del Consell de la Gent Gran de Sant Andreu, es posible DAU Sènior. Se presenta como la aproximación al juego por parte de «uno de los colectivos a los que más les gusta jugar y que, además, tiene más tiempo para hacerlo».
El resultado es espectacular. Personas de distintos casales se reúnen con un mismo objetivo: dejarse sorprender. Las fases a la hora de descubrir un juego de mesa son las de siempre, aunque en estos casos, se completan de momentos mágicos. La explicación y la puesta en escena se unen a las múltiples anécdotas. Inmensamente valiosas.
Independientemente del juego escogido, el compañerismo entra en escena. Aparece con las preguntas al oído entre unos y otros, buscando alguna aclaración específica. Con las conversaciones en las que el razonamiento y el cariño son los más fieles compañeros.
Permanecerá guardada para siempre la escena de dos mujeres rubias. Una al lado de la otra. La de la izquierda se muestra preocupada, al descubrir como han perdido la partida. «¿Ha sido culpa mía?». Las muestras de afecto llegan por parte de la segunda. Un abrazo. Susurros al oído. «No, cariño. Por supuesto que no».
La aclaración se transforma en una enorme sonrisa. En carcajadas y en ganas de superar un nuevo reto. En él, las bromas seguirán haciendo su aparición, como muestra de la enorme complicidad.
Los juegos de mesa unen a desconocidos, a la vez que estrechan lazos entre quienes ya se conocen. DAU Sènior tendría esta misión. También, entrenar la memoria y la rapidez mental y promover el trabajo en equipo. Al igual que los niños recordarán sus momentos, las buenas sensaciones que se respiraban invitan a pensar que los ‘yayos’ también lo harán.
La labor de DAU Barcelona es grande y digna de admiración. Es un claro ejemplo a seguir y a imitar, no sólo como Festival, sino con todas estas actividades previas, fruto de un enorme esfuerzo por parte de muchos implicados. Desde la editorial o asociación que proporciona sus juegos hasta la persona que explica en cada mesa.