El Concurso Sherlock 2020 ya está en marcha. GDM Games ofrece la posibilidad de formar parte de esta colección de títulos de deducción, con la publicación de un juego y una generosa cantidad como adelanto a los derechos de autor.
Sherlock: Entre tumbas es el resultado del concurso del pasado año. La prueba de como esta iniciativa transforma una idea en un producto a comercializar. A disfrutar. Alberto Millán, su autor, ya no es sólo un jugador y admirador de la serie. Forma parte de su historia.
¿EN QUÉ CONSISTE SHERLOCK: ENTRE TUMBAS?
Sherlock: Entre tumbas está disponible. Lanzado junto a Sherlock: El mayordomo y Sherlock: ¿Quién es Vincent Leblanc?, vuelve a apostarse por el formato de caja pequeña y por un precio que ronda los 8 euros.
Siguiendo con el sistema de Josep Izquierdo y Martí Lucas, creadores de la serie, tiene a Alberto Millán como autor y a Pedro Soto como ilustrador. Nos sumergen en una historia de misterio, con un cementerio como telón de fondo.
Puede disfrutarse entre 1 y 8 participantes, en 60 minutos. Indicado a partir de los 10 años, se compone de 33 cartas y de un manual con instrucciones, cuestionario y solución. Su pegatina funciona como garantía para acceder sólo a las reglas, de tal forma que no se estropee la experiencia.
La desaparición del señor Lockwood
14 de octubre de 1910. Adam Lockwood, empleado de la Funeraria Williams, ha desaparecido. Tal y como informa el gerente, fue durante su visita al cementerio de Edén.
No es la única desgracia dentro de la empresa. Otro de sus empleados, Henry Freeman, murió la semana pasada. ¿Casualidad? La policía está desbordada investigando la guerra de mafias entre los Escaleta y los Ferrara, por lo que es momento de prestar el caso a la agencia de detectives.
Los investigadores harán uso de recortes de prensa y de testimonios para establecer una correcta relación. Las visitas a los entornos de los implicados también podrán ser la clave para encontrar una solución.
El sistema a seguir
Sherlock: Entre tumbas recurre al ya clásico Q System, sin variaciones. Tras leer o escuchar el mensaje enviado desde la comisaría de policía, localizamos la carta inicial para dejarla a la vista de todos.
Se baraja el mazo para repartir tres cartas a cada jugador (dos, si hay seis o más participantes). Podrán compartir la información subrayada y la que aparezca en los cuadros, tanto de estas cartas como de las que recibirán en toda la partida.
Comienza el reto. Durante su turno, el jugador elige entre jugar una carta de su mano o descartarla, boca abajo. Con la primera opción, la deja boca arriba tras leerla en su totalidad. Termina con el robo de una carta.
Se repite la misma mecánica hasta que todos agoten las cartas de sus manos. Para continuar con el siguiente paso es imprescindible que se hayan descartado, al menos, seis cartas.
Es momento de hablar de lo que se recuerde de las cartas descartadas y de establecer una hipótesis conjunta. A continuación, resolvemos el cuestionario, de diez preguntas. Por último, leeremos la historia de lo que realmente ocurrió y comprobaremos los aciertos y los errores del test.
Cada respuesta correcta se traduce en dos puntos. Cada carta irrelevante jugada resta un punto. La puntuación final se utilizará para determinar la habilidad del grupo, atendiendo a la tabla.
SHERLOCK: ENTRE TUMBAS – CONCLUSIONES
«Desapareció ayer durante su jornada laboral». «Muerte de Henry Freeman, otro de los empleados de la funeraria». Resulta imposible que estos dos datos, recogidos del mensaje urgente de la comisaría de policía, pasen desapercibidos.
¿Se transformará esta desaparición en una nueva muerte? ¿Dónde está el cuerpo? ¿Existe relación entre los que un día fueron compañeros de trabajo? ¿Hay algo oscuro dentro de la propia empresa? Estas preguntas rondarán por las cabezas de los jugadores de Sherlock: Entre tumbas, ya convertidos en detectives.
Los principiantes sospecharán que algo no va bien. Los expertos en estos retos sabrán que algo no va bien. Que los accidentes no suelen ocurrir. Que los malos actos no siempre se perdonan. Que toda acción siempre desencadena en una consecuencia.
La historia ofrecida por Alberto Millán se adapta muy bien al sistema de la serie. No se cambia ningún punto, de tal forma que sus cartas deben ser suficientes para resolver el caso. Apuesta por el misterio y por las incógnitas. Lejos de empezar a aclararse todo conforme vayan jugándose cartas, irán surgiendo nuevas cuestiones.
La tensión se mantiene de principio o a fin, incluso tras la resolución del cuestionario. La crónica de lo sucedido pillará por sorpresa a muchos. ¿Cómo no he podido darme cuenta? ¿De verdad ha ocurrido algo así? Quienes lo hayan intuido volverán a experimentar la sensación de satisfacción que deja cada caja.
No conocemos las propuestas que se presentaron al Concurso Sherlok 2019, pero lo que resulta evidente es que GDM Games hizo una muy buena elección con Entre tumbas. No cae en la monotonía, sino que vuelve a ser un soplo de aire fresco para la colección.
También supone un punto destacado en la carrera de Alberto Millán. Con Paradox University ya en el mercado, y con planes de futuro con editoriales como Venatus, Looping Games y DMZ Games, puede presumir de formar parte de la historia de uno de los juegos más exitosos del momento.
Como él mismo nos explicaba hace unos meses, contar con ilustraciones de Pedro Soto para su juego iba a ser todo un lujo. No se equivocaba. El potencial del que es uno de los mejores ilustradores queda reflejado en su portada, siniestra y encantadora a partes iguales.
Su estilo característico se muestra en la representación del cementerio y en los pequeños detalles que forman parte de las cartas. Algunos acompañan al texto. Otros son la pista en sí mismas. El resultado es espectacular. No sólo es un lujo para el autor, sino para el propio jugador, quien disfrutará de una ambientación perfecta.
Su trama inquietante y su precioso diseño toman forma con la jugabilidad de siempre. La jugabilidad de siempre brilla con su trama inquietante y su precioso diseño. Los elementos que conforman esta unión se alimentan entre ellos, como si hubiesen nacido juntos.
Volvemos a tener un reto que no se echa a perder con la presión del tiempo. Que se disfruta en solitario con pequeñas variaciones. Que no se destruye ni se pinta, para poder prestarlo a otros grupos.
La rejugabilidad llega mientras haya personas dispuestas a jugarlo. Organizarles una partida y guiarles por ella llega a ser tan satisfactorio como haberse enfrentado al caso en primera persona.
Se mantienen las reglas sencillas, rápidas e intuitivas, que no precisan de experiencia previa en los juegos de mesa. La cooperación, la comunicación y la puesta en común de teorías. La lógica, la observación y la concentración, en un juego donde cada detalle cuenta.
Viajamos al pasado, a diferencia de otros retos, lo que vuelve a traducirse en otra relación entre temática y mecánica. No habrá pistas en forma de grabaciones, mensajes interceptados ni localizaciones grabadas.
Aunque el nivel de dificultad sigue siendo medio, nos vemos obligados a actuar conforme lo haría un detective del siglo pasado. No será un problema, ya que Sherlock: Entre tumbas nos sumerge por completo en su trama, en las ramas a conectar y en las vidas de sus peculiares (o, quizás, corrientes) personajes, aislándonos del mundo exterior.