End Of Line: el abstracto que cabe en la palma de la mano

EOL

Recto. Izquierda. Recto. Izquierda de nuevo. No hay una línea de meta para cruzar, por lo que las prisas no son la mejor opción. Recto. Otra vez recto. ¿Dónde se cree que va? Derecha. Esta vez, no tendrá más opciones. Izquierda. ¿O soy yo quien no las tiene? Así es End Of Line.

 

UN NUEVO JUEGO EN VERKAMI

End Of Line es un juego de mesa abstracto. LittleHouse BoardGames, sus responsables, lanzarán una campaña de búsqueda de financiación en Verkami para tratar de convertirlo en una realidad. Se iniciará el 23 de junio.

End Of Line

Se presenta en cajas de colores. Cada una, compuesta por 54 cartas, puede disfrutarse entre 1 y 2 jugadores. Las partidas, indicadas a partir de los 7 años, tienen una duración de 10 minutos. Combinando varias copias, se juega con hasta 8 participantes.

La estrategia desempeña un papel fundamental. En su modalidad básica, la misión será cortar el camino del oponente, mientras evitamos que éste haga lo propio con el nuestro. Los puntos de energía deberán gestionarse para aprovecharse como ventajas.

 

END OF LINE: UNA PARTIDA

Cada jugador recibe las cartas de su color. Dejan las iniciales en la zona de juego, que contará con una extensión de 7×7 cartas. Los bordes estarán conectados, de tal forma que los caminos creados puedan sobrepasarlos, para aparecer en los opuestos.

Comienzan la partida con tres puntos de energía, que marcarán con su correspondiente carta. Tras barajar todas las demás, cada participante roba la primera de su mazo. Aquél que muestre la carta con el número de iniciativa más bajo será el inicial.

Devuelven la carta, se barajan y roban cinco. Podrán cambiar su mano una vez. Una ronda consta de tres fases, a realizar en orden.

End Of Line

1. Orden de Turno.

Se ignora en la primera ronda. Quien tenga el número de iniciativa más bajo en la última carta colocada se convierte en el jugador inicial. Con un empate, se comprueba la anterior.

2. Robo.

Roban cartas de su mazo hasta tener cinco en la mano.

3. Acción.

Durante la primera ronda, empezando por el inicial, sitúan una carta de línea en la zona de juego, siguiendo su propio camino. Cada una cuenta con una entrada y, al menos, una salida.

A lo largo de toda la partida, deberá respetarse la dirección de las flechas a la hora de colocar. Desde la segunda ronda, se colocarán dos, haciendo coincidir la entrada de la nueva carta con una de las salidas de la última colocada. Cuando los dos hayan colocado sus cartas, se inicia una nueva ronda.

Una vez por turno, y a partir de la tercera ronda, el jugador podrá consumir un punto de energía. Cuando haya agotado los tres, no dispondrá de más. Permiten bajar tres cartas de línea en el turno, una, continuar la línea desde una salida de la penúltima carta colocada o robar una carta extra.

Se repite la misma mecánica hasta que alguien corte la línea de su oponente. Al quedarse sin opciones para colocar una carta de línea, habrá perdido la partida.

 

END OF LINE: CONCLUSIONES

La tensión crece por momentos. En el juego del gato y el ratón, los dos somos gatos. Los dos somos ratones. El objetivo resuena en mi mente una y otra vez. No te dejes atrapar. No te dejes atrapar. Pues bien, estoy atrapada.

¿Cómo ha podido ocurrir? Reconozco que ese despiste me ha costado caro. Creía que podría continuar avanzando, pero he aparecido por el lado opuesto. ¡Ya no había más espacio! Ha sido el principio del fin. Mi táctica de ataque se ha visto truncada, dejando paso a una intensa lucha por la supervivencia.

He aguantado bastante. Quizás, era cuestión de tiempo que esto acabase sucediendo, pero me he esforzado como si no hubiera un mañana. Una jugada maestra por aquí. Otra por allá. Un error garrafal del rival me ha dado esperanzas, pero ya era tarde. Muy tarde. No te dejes atrapar. No te dejes atrapar.

End Of Line

En medio de tanta superproducción, en cuanto a juegos de mesa se refiere, de vez en cuando se echan en falta títulos como End Of Line. Sencillos, puramente estratégicos y con una rejugabilidad enorme. Entre tanto título de caja grande, arte espectacular y temática fantástica, nunca está de más un abstracto.

Que un juego no tenga una ambientación como tal, no significa que no tenga inmersión. Ni de cerca. End Of Line es capaz de alejarnos por completo del mundo que nos rodea para centrarnos en nuestra línea. En la del rival. No necesita nada más para atraparnos.

Recomponer el puzle con las cartas de la mano, sin salirse del espacio delimitado, tiene su gracia. Perderse entre sus líneas, mientras buscamos la pieza con las mejores salidas, no tiene desperdicio. La emoción llega al saber que compartimos territorio con el enemigo. Todo se vuelve aún más estrecho.

Se crea un duelo marcado por el ataque y la defensa, en busca del perfecto equilibrio. El azar aparece al robar cartas, de tal forma que la rejugabilidad siempre aparezca. Un buen plan en una partida dejará de serlo en la siguiente. A partir de ahí, todo es táctica.

El éxito llegará al adaptar nuestra forma de juego al plan ejecutado por el oponente. Al improvisar sobre la marcha. No es sencillo. Evitar quedarse encerrado mientras intentamos encerrar al otro exige de un mayor esfuerzo del que parece a simple vista. Exigirá riesgos, con sus consecuencias positivas y negativas.

End Of Line

Nunca podremos cerrar al oponente a menos que vayamos a por él (siempre y cuando no se encierre él solo). A su vez, ese intento de bloqueo nos hará descuidar nuestras opciones. Con ello, debemos molestar, sin dejar de asegurar. Arriesgar, sin dejar de lado la deducción. Anticiparnos. Visualizar los caminos a través de los extremos no ayuda.

A estas exigencias les suma la gestión, proveniente de los muy limitados puntos de energía. ¡Qué bien me vendría una carta extra! ¡O colocar una más! Habrá que valorar el momento preciso para gastarlos, puesto que no se recuperan. Serán nuestra salvación, pero también la perdición. Uno de los mejores puntos del juego.

Ante momentos de bloqueo, no está de más contar con puntos que frenen el avance, colocando únicamente una carta. Al fin y al cabo, en End Of Line, el tiempo lo marca todo. Si conseguimos aguantar unos turnos extra, colocando menos cartas que el rival, tal vez sea él quien se agote. No es una carrera de velocidad, sino de resistencia.

La esencia de los juegos de mesa tradicionales está muy presente, por todas las sensaciones que transmite. Como en ellos, puede disfrutarse entre principiantes o entre expertos. Serán los segundos quienes protagonicen los duelos más intensos y largos.

Las primeras partidas deberán verse como un entrenamiento. No tardaremos en aprender de los errores del pasado, para aplicarlos en el presente. Aprenderemos del amante de la estrategia para poner en juego sus tácticas.

Como hemos visto, la rejugabilidad es infinita, tanto por la disposición aleatoria del mazo como por la forma de jugar del oponente y la gestión de los puntos de energía. Tendremos entretenimiento para rato (y del bueno), y más sabiendo que existen diferentes modos.

End Of Line

Encontramos el Versus/Battle Royale, un claro homenaje al género de moda de los videojuegos. El objetivo no es otro que seguir con vida cuando los demás ya no lo hagan. En este caso, pueden participar hasta ocho jugadores, añadiendo más cajas. Recordamos que cada una cuenta con los componentes para dos.

El área de juego crece, puesto que de lo contrario sería imposible moverse. También se cambia la disposición de las cartas de inicio. La competición da paso a la unión de fuerzas en su modo cooperativo. Dos o más jugadores tratarán de cubrir, por completo, el área de juego (su tamaño también depende del número de jugadores).

Una combinación entre ambos extremos la encontramos en Team Battle, desafío donde se juega por equipos. Habrá que cortar la línea del oponente y, como ventaja, podrán saltarse las líneas de los compañeros con puntos de energía.

Sus creadores no se olvidan de la experiencia en solitario. En Puzle/Solitario, tendremos que cubrir un área de 5×5 cartas, siguiendo las reglas de colocación. Obtendremos una puntuación, procedente de la iniciativa de las cartas sobrantes y de los puntos de energía no consumidos.

El reto será sumar más puntos que en el intento anterior. En Solitario Clásico, la mecánica es la misma, aunque sin robo. Las cartas se irán descubriendo una a una, para decidir si forman parte de la línea o si se descartan.

LittleHouse Boardgames

El resultado es un juego de cartas que cabe en la palma de la mano, repleto de posibilidades para todos los gustos. La competición, la cooperación y los retos en solitario son exigentes, animando a disputar una partida tras otra.

Puede transportarse fácilmente y jugarse en cualquier lugar, siempre que haya una superficie plana. Deberemos tener en cuenta que las instrucciones se descargan mediante código, por lo que conviene llevarlas guardadas en el móvil si no vamos a contar con conexión. Nunca se sabe cuando tendremos que consultar alguna duda.

Demuestra que no está todo inventado, ni siquiera cuando se trata de sencillez ni de jugabilidad clásica. Su diseño es acorde con ella, renunciando a cualquier tipo de dibujo que pudiera distraernos del objetivo. End Of Line es concentración pura, de ahí que no necesitemos adornos para disfrutarlo al máximo.

Sus líneas y sus colores se diferencian con un solo vistazo, lo que permite agilizar los retos. Los aciertos y los errores serán nuestra responsabilidad, sin excusas baratas que valgan.

 

COMPONENTES DE END OF LINE

  • 50 Cartas de Línea
  • 2 Cartas de Inicio
  • 2 Cartas de Energía

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