CanDados: azar, toma de decisiones y riesgo

Anima-T

La combinación entre candados y dados no podía tener otro juego de palabras: CanDados. Es el título del nuevo proyecto de Anima-T, en forma de competición de reglas rápidas y sencillas. Las parejas, los tríos y las escaleras están tan presentes como los fatídicos desafíos.

 

LA RECTA FINAL EN VERKAMI

CanDados es un juego de mesa de 2 a 8 participantes, con competiciones de 30 minutos, indicado desde los 8 años. Lleva las firmas de Sergio Carrasco y Anna Álvarez, bajo el sello Anima-T (Trato Monstruoso).

Actualmente, se encuentra en la recta final de una campaña de búsqueda de financiación en Verkami. Su precio es de 13 euros, en una recompensa que incluye el juego, los extras desbloqueados y los gastos de envío a la Península.

Incrementando esta cantidad, se suman copias adicionales o el anterior juego de la editorial. La idea es que pueda llegar a las mesas en enero de 2022. En relación a los componentes a desbloquear, aparecen fundas para proteger las cartas o un set de dados adicionales.

Estamos ante un reto abstracto, que nos propone completar distintos objetivos. Tienen la forma de candados, con sus requisitos para abrirlos. Se traducirán en puntos para el final de la partida, mientras que los desafíos no completados funcionarán a modo de penalización.

 

CANDADOS: UNA PARTIDA

Antes de empezar, barajamos todas las cartas. Repartimos dos objetivos por jugador, que permanecerán bocarriba en sus zonas. Si somos 2 ó 3 jugadores, es recomendable retirar 10 cartas del mazo.

La estructura de turno

Comienza la partida. El turno de cada participante comienza con el lanzamiento de dados. Podrá realizar hasta tres tiradas, conservando los resultados que desee. Cuando tenga la definitiva, apartará, si lo desea, un dado con un ‘1’. No se utilizará para completar objetivo.

Si hemos guardado un ‘1’ blanco, realizamos su acción especial. Consiste en lanzar, una vez más, todos los dados (a excepción del blanco). Será momento de comprobar si cumplimos con los requisitos de algún objetivo. Debemos tener en cuenta que sólo podremos completar uno por turno.

Al hacerlo, lo guardamos y reponemos su hueco con uno nuevo de la pila. Nos pedirán determinados resultados, ya sea en número o en color, lanzamientos pares e impares, parejas, tíos y escaleras, entre otras muchas opciones.

A continuación, ejecutaremos la acción especial de un ‘1’ guardado, en caso de que lo tengamos. El verde nos recompensa con un objetivo extra y el rojo permite robar un objetivo a un rival. El amarillo implica un intercambio entre un objetivo propio y otro ajeno, mientras que el azul supone retirar todos los objetivos en juego para volver a repartirlos. Empezamos por el jugador de la izquierda.

Por último, y sólo en caso de haber completado un objetivo, realizaremos una tirada única. Todos podrán utilizarla para intentar cumplir con los requisitos de una de sus cartas de objetivo. Pasamos el turno al de la izquierda, quien repetirá la misma mecánica.

CanDados

Los desafíos

A la hora de robar un nuevo objetivo de la pila, podremos toparnos con una carta de desafío. Deberá resolverse al instante, mediante una tirada única. Si cumplimos con sus requisitos, lo devolvemos al mazo. De no conseguir lo que se pide (por ejemplo, un total de más de ’20’), lo guardamos. Restará puntos en el recuento.

Fin de la partida

El reto termina cuando alguien se quede sin cartas objetivo. En partidas a dos, finaliza al agotarse el mazo de robo. Sumamos los puntos procedentes de los objetivos completados y restamos los de los desafíos no cumplidos. El jugador con la mayor puntuación gana la partida.

 

CANDADOS: CONCLUSIONES

¿Cómo puedo ser tan ilusa? Mi mentalidad ha cambiado por completo en cuestión de minutos. He empezado la partida con decisión. Con confianza extrema en mis posibilidades. La suerte estaba de mi parte, pero no sería justo restar importancia a mis decisiones.

A objetivo por turno, esto fluye. Lástima que me haya estancado tan pronto. ¿Qué queda de aquel riesgo que siempre daba sus frutos? Sigo arriesgándome. Quizás, demasiado. Todo indica que el fallo puede estar ahí. Me relajo y, esta vez, no me la juego.

¿De verdad es tan complicado obtener un ‘2’ azul y un ‘3’ rojo? ¿Por qué no consigo tres ‘1’ si el color no importa? He de confesar que, cuando me han tocado estos objetivos, me he alegrado. Parecían fáciles, pero las apariencias engañan. Ya lo decía mi abuela…

Los listos de mis compañeros avanzan, mientras mi amiga Frustración se sienta sobre mis rodillas. Es ella la que me abre los ojos. A decir verdad, no debería culpar de esto al azar. Al menos, no en su totalidad. Debo confesar que, aunque he reducido el riesgo, me he guardado resultados especiales en cada turno.

Bien podría haber completado ya alguno de esos objetivos que tanto se resisten, de no ser por mis ansias de fastidiar al prójimo. Que si un robo por aquí, que si un intercambio por allá. ¡Y estoy a punto de reiniciar el escenario! Tal vez, me estoy pasando al causar tanto mal, ¿pero has visto sus caras? Creo que esto empieza a merecer la pena…

CanDados

CanDados es, precisamente, lo que promete: un juego divertido, de reglas muy sencillas, que genera encuentros muy rápidos y dinámicos. No esperaremos encontrar el reto más revolucionario del año, pero sí uno capaz de entretener en los ratos muertos, en reuniones con amigos y fuera de casa. Y, además, durante una larga temporada.

A partir de una caja pequeña, tenemos un título para disfrutar en cualquier lugar. Con disponer de una superficie lisa, no muy grande, es suficiente. La mesa del tren, la hierba del parque y la toalla de la piscina funcionarán a la perfección.

Tampoco necesitamos a jugadores habituales para que se animen. De hecho, estamos ante uno de esos juegos que sirven como introducción a competiciones más complejas. Que son una carta de presentación a un sector con enormes posibilidades, tanto en lo que a diversión como a aprendizaje respecta.

En un par de minutos, estaremos familiarizados con las reglas. Lanzamos los dados y tratamos de completar objetivos. La inspiración en los clásicos es más que evidente, al intentar obtener determinados resultados. Escalera. Póker. Full. De hecho, esta esencia llama la atención de nuestros mayores, que se guiarán movidos por la lógica y por los colores.

Podríamos pensar que, con tanto lanzamiento de dados y con una disposición aleatoria de las cartas, el factor suerte es fundamental. De hecho, tiene un enorme peso (¡lo sentimos, alérgicos del azar!). Por suerte, se completa con dos elementos tan atractivos como adictivos: la toma de decisiones y el riesgo.

CanDados

Cada partida está repleta de decisiones por tomar y, por descontado, cada turno. ¿Me quedo con ese ‘2’ rojo? ¿Y si conservo ese ‘1’ incluso sabiendo que estoy renunciando a mi objetivo? En todo momento, valoraremos la situación. Nos guiaremos por el avance de los demás (los candados que han abierto) y por lo mucho o lo poco que tengamos por perder.

Por lo general, el equilibrio es sinónimo de éxito. Es decir, no descuidaremos nuestros objetivos, para no estancarnos, mientras intentamos fastidiar algo (o mucho) a los oponentes. De hecho, nos encontraremos con aquellos jugadores que parecen estar a lo suyo y, también, con quienes sólo buscan pisar al resto. Por los que se mueven por venganza, con jugadas que se pagan caras.

En este punto, entra en juego el riesgo. Tendremos una jugada casi perfecta, ¿pero y si un nuevo lanzamiento la hace perfecta en su totalidad? Habrá momentos en los que todo esté claro, pero en otros sufriremos. A lo bestia. Llegarán las sorpresas, con sus alegrías. Los arrepentimientos. ¿Por qué diantres he guardado ese ‘1’?

Para aumentar más la emoción, aparecen los desafíos. Consisten en tiradas únicas, esta vez sí, movidas por el azar máximo. Si los cumplimos, nos quitaremos un buen peso de encima. Al fin y al cabo, no hay nada peor que ver como el esfuerzo al abrir candados queda enturbiado por un buen puñado de puntos negativos.

Los finales no son inesperados en su totalidad, pero tampoco sabremos a ciencia cierta quién ha ganado, a menos que seamos maestros de la memoria. Así, los nervios brillan en el recuento.

Anima-T

Uno de sus mejores puntos es que no nos aburriremos entre turnos. Es lo que hace, sin ir más lejos, que sea muy divertido con grandes grupos. Se debe a la interacción entre jugadores, no sólo por los efectos de los dados especiales, con sus robos e intercambios, sino por las tiradas únicas cada vez que alguien complete un objetivo.

Servirán para que todos puedan cumplir uno de los suyos. Es una forma de permanecer atentos a cualquier jugada y, por supuesto, de no quedarnos atrás. El sistema permite que no haya, por lo general, resultados muy dispares. Por su parte, a dos no habrá elementos que se omitan o eliminen, a excepción de las 10 cartas que retiraremos para ajustar la duración.

Como hemos visto, los más mayores serán quienes más lo disfruten. Al estar ante un reto familiar, los niños podrán participar sin problemas. De hecho, en una partida a CanDados estarán practicando con el cálculo simple, con la observación y con la atención, a la par que relacionan colores y resultados. Aprenderán a tomar decisiones, movidos por las consecuencias.

El nuevo proyecto de Anima-T es una muestra de como la sencillez no caduca y como, a pesar de la enorme cantidad de juegos que ven la luz cada año, siempre quedan propuestas por salir. Como ya ocurriera con Trato Monstruoso, su anterior juego, el diseño también está marcado por la simplicidad.

No existen las distracciones, por lo que podremos centrarnos únicamente en ganar. Los números y las letras que acompañan a cada carta tienen grandes dimensiones, facilitando la tarea a quienes no cuenten con una vista perfecta. Las personas con problemas de daltonismo tendrán algún que otro problema a la hora de asociar colores, algo que puede solucionarse mediante el tradicional sistema de iconos.

 

COMPONENTES DE CANDADOS

  • 46 Cartas de Objetivo
  • 4 Cartas de Desafío
  • 3 Cartas de Ayuda
  • Carta de Reglas
  • 5 Dados de Colores

 

Las fotografías utilizadas para esta reseña están tomadas a partir de su prototipo, por lo que no se corresponden con un diseño final.