Desde tiempos inmemoriales, he sido explorador. Ahora estoy en un nuevo planeta con cuatro cosas y unas cuantas herramientas básicas de terraformación. Toca ponerse el mono de trabajo e intentar sobrevivir. Con el pico, puedo hacer huecos en la tierra y así conseguir tierra como tal. ¡O incluso minerales! No nos olvidemos de la esencial piedra. Parece que no estoy solo. Hay unas cuantas criaturas en el pequeño planeta. Necesitaré un arma.

¡Anda! Nadie me dijo que tenía la posibilidad de… mezclar (bueno, craftear, ¿no es así como se dice?). ¿Por dónde iba? Ah, sí, por lo de juntar palos para crear una lanza. Con madera que he conseguido antes puedo hacer un escudo. ¡Ostras! Si puedo crear mecanismos y todo. Eso sí, necesito materias primas más complejas. Unos cuantos enemigos han caído del cielo. Lanza de madera en mano, voy a por ellos.

Desde tiempos inmemoriales, he sido explorador. Ahora estoy en un nuevo planeta con cuatro cosas y unas cuantas herramientas básicas de terraformación. Toca ponerse el mono de trabajo e intentar sobrevivir. Con el pico, puedo hacer huecos en la tierra y así conseguir tierra como tal. ¡O incluso minerales! No nos olvidemos de la esencial piedra. Parece que no estoy solo. Hay unas cuantas criaturas en el pequeño planeta.

Pues va a ser que otro ya estuvo aquí antes… Encuentro huecos en la tierra y algunos materiales en cofres. Debo ir mejorando este «asentamiento» y automatizarlo lo más rápido posible. Resulta un poco laborioso. Mejor, me largo de aventura por el planeta. ¡Tengo un hacha, tengo un hacha, wiiiii! Voy a por vosotros enemigos…

Desde tiempos inmemoriales, he sido explorador. Ahora estoy en un nuevo planeta con cuatro cosas y unas cuantas herramientas básicas de terraformación. Toca ponerse el mono de trabajo e intentar sobrevivir. Con el pico, puedo hacer huecos en la tierra y así conseguir tierra como tal. ¡O incluso minerales! No nos olvidemos de la esencial piedra.

¿Pero qué es todo esto? Parece un lugar abandonado. Sin embargo, todos los edificios están automatizados y tienen hasta energía eólica y solar alimentando sus baterías. Ay, pues mira, hay material para aburrir. Si mezclo esto con esto otro y esto otro con aquello… ¡Qué suerte! Aquí hay una nave para surcar los cielos y viajar a otros planetas. Antes voy a deshacerme de unas cuantas medusas galácticas, las cuales cuentan con un jefe que otorgará una recompensa muy jugosa…

Desde tiempos inmemoriales, he sido explorador. Ahora estoy en un nuevo planeta con cuatro cosas y unas cuantas herramientas básicas de terraformación. Toca ponerse el mono de trabajo e intentar sobrevivir. Con el pico, puedo hacer huecos en la tierra y así conseguir tierra como tal. ¡O incluso minerales! No nos olvidemos de la esencial piedra. Ojo, parece que aquí ha vivido gente… Hay de todo. ¡Hasta una nave con combustible que espera para ser lanzada! Pues oye, que me voy a otro planeta. Esto es Minicology.

 

MINICOLOGY, ¿QUÉ ES?

Esta novedad se define como una mezcla entre Terraria y Astroneer. No es fácil contar con una presentación así, puesto que ambos son juegos muy exitosos e importantes para la comunidad. Sin ser del todo tendencia, han logrado colarse en los corazones de muchos jugadores. Con estas señas de identidad, Minicology va con todo a posicionarse, con los años, al lado de estos dos grandes. Nosotros añadiremos que tiene toques muy claros de Oxygen Not Included.

Sobrevivir no es la meta general, sino automatizar y conseguir todo tipo de recursos. ¿Para qué? Sí, para seguir con vida, pero en este proceso «moriremos» muchas veces y nuestros clones seguirán con la «misión» autoimpuesta.

La estrategia toma parte también al elegir qué construir y para qué. El género más importante representado es la gestión de recursos. La clave reside en saber gestionar los recursos y lograr una buena automatización de los planetas para que nos dispensen todo tipo de recursos.

A priori es fácil, aunque el camino es largo y muy complicado. Sobre todo al principio. No van a faltar enemigos ni misiones varias a la cita. Incluso jefes que nos otorgan jugosas recompensas. Muchas veces, la dejadez o la incompetencia pueden jugarnos una mala pasada. Y es que algunos enemigos aparecen en la tierra. Es tan fácil evitarlos como no dejar ni un poco de tierra en nuestra base principal. El crafteo es imprescindible.

 

MINICOLOGY, YA DISPONIBLE EN PC

A los mandos de esta creación se encuentra Isaac Denner, un desarrollador independiente. Para impulsar el juego, se ha aliado con nada más y nada menos que Iceberg Interactive, los cuales son editores también de infinidad de títulos como Railroad Corporation, CLeM o Pax Nova.

Minicology ya se encuentra disponible en PC desde hace unos días, mediante Steam, por 14,79 euros. Si sumamos 4,99 euros, nos haremos con su banda sonora. En esta plataforma ha sido acogido por la comunidad con críticas muy positivas, lo cual no es de extrañar.

Si atendemos a las pocas reseñas con las que cuenta, podemos ver que la premisa con la que se define el juego es repetida. La originalidad está presente, ya que aporta elementos que no acostumbran a aparecer en otros retos. Por desgracia, en nuestra experiencia nos hemos topado con varios cierres del juego que han lastrado largas sesiones, pero eso lo veremos más tarde.

 

¡SÉ CURIOSO!

Si algo potencia Minicology es la curiosidad. Ofrece una herramienta para craftear. Informa de qué cosas se pueden crear con el objeto seleccionado. Eso sí, para ello, habrá que investigar y navegar por el inventario. Es necesario ser muy persistentes en nuestras exploraciones. El agua, por ejemplo, es una gran aliada. Conseguir un lago cerca o crear uno artificial resultará de gran ayuda.

El ensayo y error es la esencia. Piensas que con este material se va a poder hacer una cosa u otra. Pues bien, hazte con él. Si para ello tienes que viajar a otro planeta, pues se va. Así hasta conseguir lo que queríamos y, poco a poco, ir creciendo en automatización. Puede ser un camino largo, y a veces un poco tedioso, pero es muy útil de cara a «colonizar» otros planetas.

El ser curioso también se tiene que llevar al plano de investigar los planetas que nos dé la gana. Dentro del «tablero» de Minicology podemos ver varios de ellos, a priori, con diferentes aspectos. Tan solo necesitamos entrar en ellos y llevar a cabo el mismo trabajo que en los otros planetas. Por supuesto, sin obviar que existen distintas dificultades según el planeta. No nos confiemos al calor o al frío, puesto que nos puede hacer pasar malos momentos.

 

¿ES DE NICHO?

¿Es Minicology un juego de nicho? Es una pregunta que surge a menudo con varios de los juegos que se sitúan un poco fuera de lo más popular. Es así. No es Minecraft, ni tampoco es Terraria, ni Astroneer, aunque sí que cuenta con semejanzas con ellos.

Sabiendo esto, podemos decir que es, en cierta medida, un juego dirigido a un público concreto. Se puede acceder a él como jugador estándar, pero si no estamos acostumbrados al tiempo que se requiere para conseguir objetivos a largo plazo, podremos cansarnos en el camino.

Hay que decir que la curva de aprendizaje es muy leve. Con los pequeños tutoriales y consejos aprenderemos a la vez que jugamos, sin necesidad de buscar tutoriales o vídeos de la jugabilidad para instruirse.

Es muy gratificante conseguir un objetivo a corto plazo, lo que permite quedarse a los jugadores no tan fans del género. Y es que construir un horno para fundir materias primas está bien, pero hay que darle un apoyo eléctrico para que sea rentable. Además, si unimos esos lingotes recién salidos del horno a una tubería que los lleve a un cofre y se almacenan allí, pues mejor. Habremos automatizado el proceso.

 

MINICOLOGY: CONCLUSIONES

Si hay algo que debemos tener clarísimo es que Minicology no tiene fin. Podemos siempre hacer más y más. El objetivo es el de automatizar y crear bases, descubrir planetas que nos ofrezcan más recursos y vuelta a empezar. Para muchos jugadores, entre los que me incluyo, esto es la diversión en este tipo de juegos. Es lo que nos gusta. Para otros puede ser como un duro «trabajo» que realizamos gratis desde la silla gaming.

Para que nos guste el juego, tenemos que ser de los primeros, ya que si no no tendría sentido. Partiendo de ahí, estamos ante una creación de Isaac Denner, un solo desarrollador que lo ha dado todo en su obra. Y se nota. Hasta el momento de escribir este análisis, hay que remarcar aspectos importantes. Tanto buenos como malos.

Empezando por lo positivo, hay que felicitar a su responsable por lo divertido e interesante que resulta descubrir nuevas recetas de crafteo y más planetas y sus riesgos, como sus recompensas. Eso sí, como ya hemos visto, son varias las veces que se ha salido el juego y se ha cerrado sin un motivo aparente.

Además de lo anterior, en ocasiones se hace repetitivo y un poco desesperante. Imagina que se te cierra el juego después de combatir a un jefe y hacerte con su jugosa recompensa… Pues duele. La música, los gráficos y la fluidez de la jugabilidad son puntos positivos. Todo va en armonía.

Su aspecto muestra como no se centra en el realismo ni en las tres dimensiones. Aboga directamente por las dos dimensiones. Puede parecer negativo, pero no lo es: le queda como anillo al dedo.

Los requisitos mínimos son muy facilones, con lo que podremos jugarlo con casi cualquier ordenador decente. No con uno del 1991, pero ya me entiendes. Es accesible. La relación entre calidad precio es un acierto enorme. Lejos quedan esos juegos inalcanzables por 40, 50, 60 ó 70 euros. Minicology cuesta 14,79 euros y bien los merece.

Para finalizar, en muchas ocasiones encontramos la imperante necesidad de tener que aclimatar el lugar, ya sea con calor o frio. Será preciso ponernos más o menos armaduras, de las varias existentes. Lo primero puede ser muy fastidioso al principio del juego y lastra la diversión en los primeros pasos para quienes sean de minar y minar.