Existen prototipos que ya podrían llegar a las tiendas sin modificación alguna, gracias a la creatividad de su autor o a un intensivo proceso de testeo. Es el caso de Colisión, propuesta de Paz Navarro (MONSTArgh!) y César Gómez Bernardino (¡Abordaje!, Walking on the Moon, Eureka!, Cats, 18XS) que combina una atractiva temática con una perfecta ejecución.
ÁTOMOS Y CARGAS
Colisión es un juego de mesa abstracto para 2 participantes, con competiciones de 10 minutos, recomendado a partir de los 12 años. Se trata de una creación de Paz Navarro y César Gómez Bernardino, que pudo probarse en Protos y Tipos 2019.
Por ahora en forma de prototipo, nos traslada a las instalaciones del CERN. El duelo se lleva a cabo entre físicos teóricos, que aprovechan las noches de guardia para realizar peleas ilegales de partículas. Cada uno recibe las cargas de su color, en forma de marcadores.
A continuación, se prepara el escenario. Las losetas, en su representación de los átomos, se colocan en un espacio de 3×3. El turno de cada participante sigue una sencilla mecánica: desplazar átomos y colocar cargas.
Mediante un sistema de empuje, el jugador seleccionará una fila para arrastrarla. Así, una loseta quedará fuera, para incorporarse al hueco dejado. Si se ha movido la fila central, se colocarán tres cargas. Al haberse desplazado una lateral, se pondrán dos.
Las cargas se situarán en las losetas adyacentes a la desplazada, sólo en caso de que sean del mismo color. Se reparten de forma equitativa entre las dos cartas y la principal. Al no ser del mismo color, pasan a la loseta movida.
Cada loseta cuenta con una capacidad. Al haber en ella tantas cargas como equivalgan a ese número, se giran, bloqueando las filas para futuros movimientos. Es decir, esos átomos ya no podrán moverse. Se repite la misma mecánica hasta que todas las filas estén bloqueadas, siendo imposible realizar más desplazamientos, o hasta que se agoten las cargas.
Se comprueba quién tiene más cargas en cada loseta completa, atendiendo a un sistema de mayorías. El vencedor será el que posea el mayor número.
COLISIÓN: PRIMERAS IMPRESIONES
No son necesarias unas reglas complicadas para ofrecer juegos repletos de estrategia. Colisión parte de unas normas sencillas y de unas mecánicas fáciles de interiorizar desde los primeros turnos. Sin embargo, dominarlo puede ser una verdadera hazaña que requiere de una concentración máxima. Veamos los motivos.
Es habitual que al principio todo resulte un poco caótico. Desplazaremos filas sólo por ver qué ocurre hasta dar con el plan perfecto. O, al menos, con uno mejor que el del rival. Comprenderemos que los movimientos deberán realizarse en base al color de la loseta desplazada y de las de alrededor. Y he aquí el primer reto: saber mirar en perspectiva.
Antes de cualquier movimiento, ya tendremos que saber cuál será el resultado a su desplazamiento. Surgen las primeras diferencias entre jugadores. Habrá quienes quieran bloquear (y asegurarse una mayoría clara en una loseta) o quienes busquen tener posición en el mayor número de losetas. Se juega con el riesgo e incluso con el despiste.
Ambos planes son válidos, puesto que nos harán actuar en base a ese sistema de mayorías sobre el que gira Colisión. En el momento en que comiencen a bloquearse átomos, la complicación aumentará. Ya no podremos mover a nuestro antojo ni con la libertad de los primeros minutos.
Los jugadores más estratégicos no sólo se encargarán de asegurar posiciones, sino de determinar las acciones de los demás. Adaptar el escenario a su antojo no es moco de pavo, pero si lo consiguen, tendrán una ventaja importante en el dominio de zonas.
Con todo ello, esta propuesta de pequeño tamaño y fácil de transportar esconde un enorme universo de posibilidades entre sus losetas y marcadores. La rejugabilidad es máxima, puesto que el escenario será distinto en cada partida. Por si aún buscamos más, sus autores ya han ideado otras variantes.
Se añaden marcadores neutrales, con los que ocupar espacios de cara a las mayorías. Su utilidad es rellenar espacios para que no terminen en empate o, como viene siendo habitual en todo el juego, fastidiar al rival.
También aparece la opción de enviar cargas a otras dimensiones, donde no hay límite de espacio. No faltan las habilidades, mediante una hoja con varias que pasa de uno a otro. En el momento en que alguien aproveche una ventaja, se la pasa a su rival. No le volverá a llegar hasta que éste no la utilice, y así sucesivamente, creciendo la relación entre beneficio propio y desventaja al contrario.
Colisión deja un muy buen sabor de boca, a la vez que resulta adictivo para quienes lo prueben. Como ya hemos visto, esa sencillez en su comprensión y esa dificultad en su dominio ya están más que trabajadas, estando ante un juego de mesa con un enorme potencial.
A la espera de que llegue a las mesas (porque seguro llegará), y puestos a pedir, apostamos porque su temática también se mantenga. No existen demasiados títulos con la ciencia como eje central, y si puede servir para que jugadores de todas las edades se interesen por todo lo que rodea al CERN, ya hay mucho ganado.