Hellevator, la guerra en el ascensor del futuro

Hellevator

En un futuro, viviremos en rascacielos. Las playas, los parques y las escuelas se localizarán en sus distintas plantas o, al menos, eso es lo que imagina Isaac Hidalgo en Hellevator. La comodidad para la sociedad no tardará en convertirse en un infierno, como se anticipa en su propio título.

 

HUMANOS VS. ROBOTS

Hellevator (traducido como ‘ascensor del infierno’) es un juego de mesa en fase de desarrollo, que pudo probarse en Protos y Tipos 2019. Se trata de una creación de Isaac Hidalgo, bajo el sello JEA Games, que se editará en los próximos meses.

Mientras tanto, su autor trabaja en los talleres online de creación de juegos de mesa. Tras el éxito de una primera edición, ya está en marcha la segunda, prevista para los días 12 y 18 de mayo. Volverá a contar con dos sesiones, donde mostrar las claves para el desarrollo de un juego de mesa.

Hellevator

El que será su primer juego publicado recurre a la cooperación como elemento principal. De 1 a 4 jugadores unirán sus fuerzas en partidas de 40 a 60 minutos, recomendadas a partir de los 10 años. Sus ilustraciones correrán a cargo de Alba Aragón.

Su acción nos traslada a una sociedad futurista, donde la humanidad se ha establecido en edificios repletos de plantas. Todo va bien hasta que la inteligencia artificial HELIA 9000 se rebela. Los ascensores, hasta ahora indispensables para esta nueva forma de vida, serán los aliados de los robots para la aniquilación de las personas.

Se crea una guerra entre robots y humanos. El objetivo, como miembros del equipo de seguridad, es salvar a un determinado número de personas (varía en función del número de participantes). Se obtiene la victoria al cumplir con la misión, mientras que la derrota llega con su muerte.

Tras crear el escenario, y repartir cartas a los jugadores, se inicia el reto. En una combinación entre gestión de la mano y planificación de acciones, podrán mover el ascensor, realizar paradas de emergencia, intercambiar programas y abrir puertas, entre otras posibilidades.

Siempre atendiendo a valores de las cartas y de las fichas, tratarán de enviar a los humanos a sus respectivas plantas para que estén a salvo. Terminarán sus turnos reponiendo la mano. Los robots y el propio ascensor se moverán en el turno de HELIA 9000, con sus luchas entre ambos bandos.

Entre tanto movimiento a elevada velocidad, es habitual que los humanos acaben mareándose, en sus distintos niveles. Abandonar a su suerte a quienes se han trasladado a esta zona implica su posterior muerte, al alcanzar el máximo nivel.

 

HELLEVATOR: PRIMERAS IMPRESIONES

Una temática clásica con un nuevo escenario. Hellevator recurre a una tradicional lucha entre robots y humanos, muy habitual en propuestas ambientadas en el futuro. La diferencia se marca con la inclusión de un ascensor como elemento principal. Es el gran protagonista de su trasfondo y también de su jugabilidad.

El prototipo se presenta en un tablero explicativo por sí mismo. Muestra el mismo ascensor, con sus plantas, y las zonas en las que colocar los distintos componentes. A su derecha, se invita a disfrutar de lugares idílicos para recordarnos la importancia de trasladar allí a las personas. O playa, o muerte.

Esta seña de identidad, capaz de crear una versión futurista alternativa, es donde reside toda la acción. Entre ronda y ronda, el panorama habrá cambiado por completo. El ascensor no estará en la misma planta, ni tampoco los humanos o los robots. Es fruto de una planificación constante por parte de todos los implicados.

Hellevator

Como punto a su favor, encontramos la gran libertad de actuación que ofrece. Si bien es cierto que puede provocar cierto análisis parálisis en determinados momentos, el jugador contará con distintas opciones, a valorar. Realizar las acciones perfectas para cada situación no será una tarea sencilla. Precisará de unas detalladas cartas de ayuda, para agilizar la experiencia.

Mientras tratan de salvar humanos, con ese movimiento entre planta y planta, será preciso atender a los mareados. No hay que quitar ojo de encima a los robots, para evitar sorpresas desagradables. ¿El resultado? Un reto con un objetivo bien definido, la supervivencia, pero repleto de caminos por seguir. El riesgo es uno de ellos.

Con el tiempo como principal enemigo, la muerte siempre está presente en esta carrera a contrarreloj para recordarnos la cruda realidad. La forma de evitarla (al menos, en cierta medida) no pasa sólo por realizar las mejores acciones, sino por complementarlas con las de los demás.

No hay que olvidar que somos compañeros, por lo que todos ganamos o todos perdemos. El temido efecto líder quizás aparezca al iniciar a alguien en el juego, pero se eliminará a medida que asimile sus mecánicas. Podemos pedir consejo a los demás sobre cómo aprovechar un turno, pero ya será decisión de cada uno elegir entre actuar por sí mismo o dejarse llevar.

Hellevator cumple con el nivel de dificultad exigido a todo juego cooperativo, para garantizarse su rejugabilidad. Obtener la victoria no es algo sencillo. Alcanzarla tampoco implica que en un siguiente reto podamos llegar a ella. El azar es responsable de que una estrategia válida en una partida acabe por no serlo en la siguiente.

Hellevator

Su autor, además de crear un juego divertido, tiene otro objetivo: crear un juego educativo. Esto se refleja en las partidas. Las operaciones simples de sumas y restas aparecen durante y tras cada turno.

Como los más pequeños o quienes no estén acostumbrados a los juegos de mesa podrían perderse un poco, en medio de esa libertad de elección, cumplirá su función en niños a partir de los 10 años. También en adolescentes y adultos, entre quienes nunca está de más seguir entrenando el, en ocasiones, oxidado cerebro.

La idea que propone Isaac Hidalgo es clara, aunque como todo prototipo, irá añadiendo cambios que mejoren la experiencia. A la espera de saber cómo evolucionará, su autor trabaja en otros juegos. Es el caso de Black Hole, título que cambia por completo de temática. En él, unos insectos luchan por la supervivencia en el lavabo.

 

Las imágenes pertenecen a su prototipo, por lo que su diseño no es definitivo.

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